En el día del hincha de River, el Millonario cayó 2-1 con el Malevo que es más líder que nunca del Grupo B.
El equipo volvió a repetir errores y, como ocurrió ante Palmeiras, le convirtieron otra vez de pelota parada.
Era el día del hincha de River, pero no hubo lugar para celebraciones. El equipo de Marcelo Gallardo venía de un fuerte cachetazo ante Palmeiras en Brasil, donde se quedó afuera de la Copa Libertadores y se dio otro golpazo, en su casa y ante su gente: cayó 2 a 1 con Riestra, que metió un histórico triunfo en el Monumental.
Es muy duro el presente de River, a tal punto que no perdía cuatro partidos seguidos desde 2010, en un momento de tiempos oscuros. Y la gente lo vive en carne propia. Por eso, hubo una lluvia de silbidos al final, lo que refleja el sentimiento que hay en Núñez, donde los fanáticos de la banda roja se manifestaron antes, durante y después del papelón que hizo el equipo en la cancha. Entonaron el ya clásico grito de guerra que arranca “a ver si nos entendemos, los jugadores y la popular”, entre otros cánticos hirientes.
La tarde ya arrancó mal de entrada porque a los 11 minutos River recibió otro gol de pelota parada. Y son varios los partidos en los que le convirtieron por esa vía. Ante Libertad, Estudiantes, Palmeiras y Atlético Tucumán sucumbió en los centros. No marca bien en esas jugadas y quedó expuesto una vez más con Riestra.
Pablo Monje se tomó su tiempo para ejecutar el corner, Antony Alonso le ganó a Martínez Quarta en el salto, cabeceó y hubo una floja reacción de Armani. Sí, justo en el día del hincha, un Alonso le hizo un gol a River. Todo al revés.
Así le vienen saliendo las cosas últimamente a este River, al que le cuesta una enormidad reponerse de los golpes. Con un equipo sin pibes, al que los grandes tuvieron que ponerle la cara, tardó en meterse en el encuentro, aunque el empate llegó antes de que la gente empezara a impacientarse.
Lo había intentado River con pelotas que llegaban al área de Riestra, que estaba metido en su campo con una línea de cinco en defensa, cuatro volantes por delante y un solo punta, pero a Arse se lo sacó a Salas. Y tras un centro que no llegó a Borja, Galoppo capturó el rebote y metió un derechazo para estampar la igualdad.
El propio Galoppo tuvo el segundo, luego de una jugada iniciada por Castaño y que continuó Juanfer pero Arce voló. Fue un par de minutos después de que casi le conviertan otra vez de pelota parada pero Barbieri definió mal.
Y así transitaba River el partido, con esos vaivenes. Con un mediocampo inédito, que marca los cambios continuos de Gallardo ya que no encuentra un equipo y con una dupla de ataque que por primera vez conformaron Salas y Borja.
River salió dormido al segundo tiempo. Y fue inexplicable la reacción de Bustos que no pudo rechazar una pelota que Monje metió al área y que le picó antes al lateral derecho que tuvo tiempo para resolver. Pedro Ramírez llegó por atrás y se encontró con el regalito para poner en ventaja a Riestra. Y la visita después zafó con el gol que le anularon a Borja (justo que pudo hacer un gol) por un polémico offside que fue revisado por más de tres minutos.
Un rato después, el VAR se hizo el desentendido con un codazo de Benegas a Martínez Quarta que era para roja. Y el que sí se fue expulsado por pasarse de rosca e incriminar a uno de los asistentes fue Salas. Una muestra del desconcierto en el que vive River.
Gallardo movió tarde el banco y entre los primeros que sacó fue, inexplicablemente, a Galoppo. Uno de los que ingresó fue Nacho Fernández, quien tuvo el empate con un cabezazo pero Arce voló una vez más. Y Riestra resistió con sus once jugadores en campo propio para sostener una histórica victoria que nunca olvidará. Ya le había ganado a River en su cancha, el año pasado, y ahora lo hizo en el Monumental. Una proeza para un club que hace 12 años jugaba en la última categoría del fútbol argentino.
Desde las tribunas, los hinchas de River volvieron a meter presión al apuntar a sus jugadores, que no encontraron el empate. Y ahora se viene un partido crucial, con Racing en el Gigante de Arroyito, por la Copa Argentina. La gente cantó que “cueste lo que cueste, en Rosario tenemos que ganar”.
Pero este equipo de Gallardo está en un momento muy crítico. Y no supo honrar la historia del club justo en el día del hincha de River.
Domingo, 28 de septiembre de 2025
