Las autoridades del Banco de Corrientes detallan el esfuerzo realizado para que la sociedad anónima recupere su autonomía después de 16 años. Aseguran que el logro fue posible debido “la política económica del Gobierno provincial que ve en el banco una herramienta financiera y no una caja”.
Fueron 3 años de denodado trabajo por intentar recuperar un emblema de los correntinos”, afirman orgullosos y desafiantes Alejandro Abraham y Roberto Demonte, presidente y vice, respectivamente, del Banco de Corrientes que hace días recuperó su total autonomía al lograr que el Banco Central de la República Argentina levantara la veeduría que desde hace 16 años regía en la sociedad anónima.
“El éxito responde a la política económica del Gobierno provincial que ve en el banco una herramienta financiera y no una caja, como muchos gobernadores”, aseguran.
Un poco más distendidos, trazan nuevas proyecciones para la entidad y recuerdan con ahínco el día que el gobernador Ricardo Colombi tuvo el “coraje” de convocarlos a tomar las riendas del banco, que una vez estuvo a punto de quebrar. Insisten en que nunca imaginaron esa posibilidad, pese al éxito logrado en sus emprendimientos empresariales.
“Colombi fue un corajudo. Convocarnos para dirigir al banco nos tomó por sorpresa. No pertenecemos a la política, no somos especialistas en la actividad bancaria, pero el sentido de la correntinidad, de querer que una institución tan importante vuelva a ocupar el lugar que alguna vez tuvo nos ánimo a enfrentar el desafío y creemos que estamos cumpliendo”, coinciden.
Los indicadores externos posicionan al Banco de Corrientes como uno de los mejores del país y encabeza el ranking en el ítem rentabilidad sobre patrimonio neto. Además, la revista Fortuna, una de las publicaciones más prestigiosas, posicionó a la entidad en el puesto 18 de los 40 mejores bancos de las Argentina, superada en la región sólo por el Banco de Formosa. En la medición se analizaron los 82 bancos (privados, extranjeros y nacionales) de todo territorio nacional.
Con un nuevo horizonte, la entidad se alista para enfrentar nuevos desafíos como aumentar las propuestas de crédito para el sector privado, pues entienden que “sin crédito no hay inversión y sin inversión Corrientes no crece”. El banco provincial otorga hoy el 50 por ciento del total de los préstamos que se efectivizan en el mercado local, que en un 90 por ciento se destina al sector productivo privado.
En 2013 prevén abrir nuevas sucursales en toda la provincia, algo que no se hace desde hace 16 años debido a que la veeduría del Central lo prohibía. Así se inicia la entrevista con las máximas autoridades del banco de los correntinos.
¿Cuáles fueron las maniobras para lograr normalizar la entidad?
Abraham: “El levantamiento de la veeduría no es un hecho espontáneo. Debimos cumplir con muchos requisitos. Pero se logró gracias a la actitud del gobernador Ricardo Colombi que vio en el banco una herramienta financiera y no una caja, como ven muchos otros gobernadores de donde sacar recursos para el gasto de la administración”.
“Colombi priorizó la reconstrucción del banco, que estaba en un proceso de saneamiento con una veeduría de 16 años y nos convocó, a través de un ente supraprovincial como es la Fecorr (Federación Empresarial de Corrientes), a colaborar en este proyecto con empresarios correntinos que se sienten involucrados y partícipes del quehacer y el futuro correntino. El resultado es este”.
¿Cuál fue la maniobra determinante para salir de veeduría?
Demonte: “La política financiera del Ejecutivo, a través del Ministerio de Hacienda, nos ayudó a salir de dos fideicomisos que tenían atado al banco. Ese fue uno de los requisitos fundamentales para salir del plan de saneamiento. Sucede que en el ‘96 el Estado nacional hipotecó todos los bienes, capitales e inmuebles de la entidad en garantía de esos fideicomisos, que evitaron la quiebra.
En el 2011 pudimos terminar con los fideicomisos, pero además recompramos 13 de los 15 inmuebles que originalmente pertenecían al banco y que se habían puesto de garantía. Los inmuebles de la calle San Martín; el edificio de la calle Buenos Aires, La sede de Rioja y 9 de Julio y prácticamente todas las sucursales del interior, ya no eran del banco, pero los recuperamos. Eso nos mereció la felicitación de la veeduría.
¿Cuáles son los puntos fuertes de la entidad?
Abraham: “En abril de 2010 el patrimonio neto del Banco de Corrientes era de 90 millones de pesos y en agosto de 2012 alcanzaron los 254 millones. La asistencia crediticia al sector privado es del 90 por ciento. Esta gestión dio créditos por 1.500 millones de pesos, en abril de 2010 habíamos dado 286 millones de pesos en préstamos siempre al sector productivo hoy ascendieron a 908 millones. Eso sumado a los créditos de consumo”.
¿Cómo se posiciona el banco a nivel país?
Abraham: “La revista Fortuna del mes de octubre nos ubicó en el lugar 18 de los 40 mejores bancos del país (hay 82). Eso tiene que ver con la rentabilidad, la solvencia, la liquidez, el estado patrimonial, la seguridad y el riesgo crediticio.
Cuando se realizó el informe el banco se mantenía en el primer lugar de rentabilidad sobre patrimonio neto”.
¿Existen antecedentes de una situación similar?
Abraham: “Nunca pasó en la historia de la entidad, ya que estuvo 16 años controlado por los veedores del Central que tenía derecho a veto. Era una sociedad anónima sujeto a una ‘capitis deminutio’ (disminución de derecho)”.
¿Como calificarían el accionar de los veedores?
Demonte: “La actuación de los veedores fue excelente, conmensurada y con un respeto absoluto. Realmente ayudaron muchísimo a que el banco se ordene. Nos indicaron el camino a seguir, que si bien era marcado por el Central, era donde teníamos que ir”.
¿En qué consistió el proceso de normalización?
Abraham: “El Central marcó muchas observaciones en las distintas áreas. Las observaciones las debimos ir bajando y en 2010 nos puntualizaron con la calificación Camel 4 (una calificación que hace el Central en una inspección de rutina que generalmente se produce cada 2 años); Camel 5 es la liquidación del Banco y en esa categoría estuvo muchas veces.
Sin embargo, el año pasado como mucho esfuerzo alcanzamos la categoría Camel 3, ese fue el paso previo para salir del saneamiento y la veeduría. La mayoría de los bancos del país se encuentran en esta categoría”.
Demonte: “El Gobierno provincial nos dejó trabajar tranquilos, no hubo presiones.
Colombi no llamó jamás para imponer algo o bajar una línea de crédito determinada. Constantemente le consultamos algunas cuestiones, porque el banco es el instrumento financiero de la provincia y el Gobierno es el dueño del 97 por ciento de las acciones”.
Abraham: “La orientación y la dirección del banco tienen que ir acorde con la política económica provincial. Tuvimos una interacción permanente con el ministro de Hacienda, Enrique Vaz Torres y Colombi para poder cumplir con los objetivos que trazo la Provincia: un banco puro, limpio, sólido que sirva a los intereses de la producción, industria y comercio correntino”.
“Nuevas sucursales y más créditos para que Corrientes crezca”
Tras lograr recuperar la autonomía del Banco de Corrientes, las máximas autoridades proyectan nuevos desafíos de cara a 2013.
¿Cuáles son las proyecciones para los próximos años?
Abraham: “Seguir con esta misma política pero, ya un poco más distendidos y con la tranquilidad de tener un capital donde el banco pueda sostenerse y recostarse. Seguir aumentando la propuesta de crédito, esa inyección de capital es fundamental para la provincia. No existe inversión sin créditos, entonces en la medida que nosotros podamos dar respuesta inmediata a quien quiera invertir en la provincia, lograremos crecimiento y ese es el resultado directo del banco: que Corrientes crezca”.
Demonte: “Al levantarse la veeduría tenemos la posibilidad de abrir nuevas sucursales, cosa que se prohibió en estos 16 años. Se analizan abrir sedes siempre que la obra se justifique y la primera sería San Luis del Palmar”.
Más inversión: nuevos cajeros y bancomóviles
¿Cuáles son las proyecciones para 2013?
Demonte: “Se traerán 30 cajeros nuevos, ya incorporamos 32 de última tecnología. Hoy, en total, hay 98 distribuidos en toda la provincia, que no alcanzan. Se pondrán en funcionamiento 2 bancomóviles, que recorrerán el Sur de la provincia para llegar a los lugares donde no hay sucursales, pagar sueldos y demás funciones. También proyectamos edificios nuevos en Itá Ibaté, Gobernador Martínez, Paso de la Patria, Itatí, Santa Rosa. Hay muchísimo para hacer y crecer.
El bancomóvil fue una necesidad, al no poder abrir nuevas sucursales por la prohibición de los veedores. No es ningún negocio, es un servicio de la entidad, pensado especialmente para los jubilados, ya que hay localidades en las que no hay nada y deben recorrer muchos kilómetros para poder cobrar.
La idea, ciento por ciento correntina, fue copiada por los bancos de la Provincia de Buenos Aires, Córdoba y otros.
El próximo año, en marzo, tendremos que cambiar los equipos centrales de IBM del banco y estamos viendo las distintas alternativas porque cada 5 años quedan obsoletos. Día a día se incorpora nueva tecnología a la institución”.
“Le cumplimos a los
correntinos”
Tras aceptar dirigir el Banco Corrientes sin experiencia alguna en entidades bancarias, los empresarios Alejandro Abraham y Roberto Demonte aseguran que “valió la pena” y que ante tamaño desafió primó la correntinidad.
¿Cómo les cambió la vida dirigir el banco?
Demonte: “Fuimos convocados al banco sin pertenecer a la actividad, no somos especialistas en esto, estamos aprendiendo, nos asesoramos, no se trajo a nadie de afuera, usamos la gente que la entidad ya tenía y mucho sentido común.
El Gobernador fue muy valiente porque poner gente que no es de la política y sin antecedentes bancarios, pero le cumplimos, recibimos el banco en una situación y lo vamos a entregar de otra”.
Abraham: “Con la experiencia que dan estos años, sabemos mirar a un lado y al otro y reconocer a dónde va la economía, que se mueve por tendencias y es posible visualizar lo que podría pasar.
Volcamos la experiencia de nuestra actividad comercial para que una institución del Estado vuelva a ser lo que fue en sus orígenes. El sentido de la correntinidad, querer que una institución tan importante ocupe el lugar que le corresponde, fue determinante.
Valió la pena. Disfrutamos de la satisfacción del deber cumplido, son muchas horas ya que esto no se atiende por teléfono”.
Lunes, 3 de diciembre de 2012