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PSG fue una máquina, aprovechó al máximo los errores del Real Madrid y lo goleó para ser finalista del Mundial de Clubes
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Jueves, 10 de julio de 2025

En Nueva Jersey, se impuso por 4-0 con goles de Fabián Ruiz -2-, Dembélé y Gonçalo Ramos.
El próximo domingo chocará con el Chelsea de Enzo Fernández, que venció a Fluminense.


Si algo le faltaba a Paris Saint Germain para evidenciar que es -por bastante- el mejor equipo del mundo era dejar de rodillas a Real Madrid, el club de la mística eterna que venía en alza desde el arribo del entrenador Xabi Alonso. Y lo hizo bajo el calor de Nueva Jersey: lo goleó 4-0 y el domingo jugará la final del Mundial de Clubes contra el Chelsea de Enzo Fernández.

El Paris Saint Germain de Luis Enrique es un equipo de época y también de autor. Lo que se sabía se ratificó ante un colmado MetLife, donde el elenco francés pasó por arriba al coloso Real Madrid. Los miles y miles de fanáticos del conjunto español que estuvieron en el estadio no podían creer lo que presenciaban sus ojos: una rendición total. Tal vez como nunca en la historia el Merengue se sintió infinitamente inferior al rival. Los tres goles en el primer tiempo pudieron ser muchos más si Khvicha Kvaratskhelia y Désiré Doué no fallaban tanto en los metros finales. Fue una fiesta de fútbol y al mismo tiempo un padecimiento sin fin. “3-0 y gracias” y “equipo en shock”, decían los medios madridistas al finalizar la etapa inicial.

Este PSG del carismático Luis Enrique, que esta temporada ya se quedó con la Champions League, la liga local, la Copa de Francia y el Trofeo de Campeones, se meterá de lleno en el debate sobre el mejor equipo de la historia. Es probable que no le alcance para igualar, por ejemplo, al Barcelona de Lionel Messi y Pep Guardiola. Pero tiene una virtud este elenco parisino: llegó a lo más alto, ahí donde muy pocos llegan, con un plantel equilibrado, pero sin ninguna estrella rutilante, más allá de que posiblemente Ousmane Dembélé obtenga el Balón de Oro.

Es un fútbol loco, camaleónico y de alta intensidad el que propone el PSG. A la técnica y la inteligencia de los futbolistas le suma una notable performance atlética. Una sensación: Hakimi, Dembélé y Nuno Mendes podrían ganarse la vida como velocistas. En un par de sprint dejaron en ridículo a Vinicius y a Mbappé. Pero el parisino es un conjunto que puede jugar a las transiciones rápidas y al mismo tiempo a las posesiones largas. Maneja con igual efectividad ambas facetas del juego. Puede, además, cerrar al lateral izquierdo para jugar en línea de tres centrales o mandarlo bien alto para moverse de extremo. Lo mismo con Hakimi, que juega de “falso lateral derecho”. Los del medio se mueven y rotan tanto como los de arriba. Los del Madrid la vieron pasar: la tenencia en la etapa inicial fue de 77 por ciento. Encima, Asencio y Rüdiger se durmieron para que Dembélé se las robe para el primero, de Fabián Ruiz, y el segundo, de su autoría. El tercero, otra vez de Ruiz, llegó de contra y tras pase atrás de Hakimi.

La dolorosa goleada le dejará enseñanzas a Alonso, que deslumbró al mando de Bayer Leverkusen. Pero al DT le faltó pulso para tomar una determinación y se quedó a mitad de camino. Ocurre que le respetó el lugar a Mbappé, que no había sido titular en el campeonato porque sufrió un cuadro agudo de gastroenteritis, y al mismo tiempo siguió con el canterano goleador Gonzalo García en el once inicial. Así, el cuadro español jugó con un mediocampo blando con Güler y Bellingham de interiores, que no pudieron imponerse desde la tenencia y desde la ocupación de los espacios. El que sufrió, entonces, fue Tchouaméni.

Lo del segundo tiempo hay que explicarlo desde el pacto de caballeros o desde el cansancio porque PSG bajó la marcha. Luis Enrique aprovechó para rápido sacar a los mejores valores pensando en la final ante Chelsea. El único que sacó la cara en Real Madrid fue Federico Valverde, que comenzó como lateral derecho y culminó de volante central. Recién en el final Gonçalo Ramos anotó el 4-0 para poner la frutilla al resultado.

Los números de los parisinos en la temporada son letales: marcó 3 o más goles en 34 de los 64 partidos que disputó. ¿Las mejores goleadas? 4-2 a Manchester City, 5-0 a Inter en la final de la Champions, 3-0 a Stade de Reims en el duelo definitorio de la Copa de Francia y los 4-0 a Atlético de Madrid y Real Madrid en el Mundial de Clubes.

PSG irá entonces por su quinto título en la temporada y, si lo logra, podrá completar el sextete cuando el 13 de agosto se mida contra Tottenham en Udine por la Supercopa de Europa. Un dato: solo Barcelona (2009) y Bayern Múnich (2021) se quedaron con los 6 títulos de la temporada. Claro que los franceses podrían sumar uno más cuando el 17 diciembre disputen la Copa Intercontinental.

La aplanadora que es este PSG no se intimidó por tener en frente a Real Madrid, que despidió de manera amarga al croata Luka Modric, al cabo el futbolista con más títulos en la historia del club (28, incluidas 5 Champions). Ahora, en la final, chocará contra Enzo Fernández y el Chelsea, un equipo que no le dejará tantas libertades. Igual, herramientas para imponerse le sobran por todos lados.


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