Lady Elizabeth Anson, prima de la monarca y la mejor organizadora de fiestas de la realeza, se convirtió en su íntima, cuando ambas ya eran ancianas.
Cinco años después de su muerte, los secretos de Lady Elizabeth Anson, prima y confidente de la reina Isabel II, han comenzado a ser publicados y revelan los verdaderos sentimientos de la soberana frente al casamiento de Harry y Meghan, sus dificultades, problemas y objeciones.
Un newsletter, redactado por Sally Bedell Smith, que vive en Washington y ha publicado otros libros sobre los royals, los revela.
Isabel II era una abuela protectora de Harry, tras la muerte de su mamá, la princesa Diana.
El vínculo comenzó a deteriorarse cuando su nieto pelirrojo, capitán y piloto de helicópteros Apache de combate, se enamoró de Meghan, una actriz norteamericana, articulada, con habilidad de oradora y sin la menor timidez.
El modelo Meghan no encajaba en el victoriano estilo de la Casa de Windsor. Y la confidente de la reina era Lady Elizabeth, su prima.
Los secretos de Lady Elizabeth
Lady Elizabeth Anson, fallecida hace cinco años a los 79 años de cáncer de pulmón, fue conocida durante seis décadas como el paradigma de las organizadoras de fiestas y rees memorables para la reina Isabel II y otros miembros de la realeza, así como para celebridades como Mick Jagger y Sting.
No había nada más distinguido que un catering y organización de lady Anson en Londres y sus mansiones.
Era sobrina nieta de la reina Isabel, la reina madre, ahijada del rey Jorge VI y prima de la reina Isabel II y la princesa Margarita.
Liza, como la llamaban los amigos, fue la confidente de la reina desde el Jubileo de Oro de la monarca en 2002. Al principio, Liza tenía una opinión muy positiva de Harry, hermano menor del príncipe William. En una ocasión, le dijo a Sally: "Cuando la Reina delega, la estrella es Harry".
Después de que Harry y Meghan Markle anunciaron su compromiso en noviembre de 2017, casualmente Sally estaba tomando el té con Liza, en su casa de Ladbroke Grove, Londres. Juntas vieron su entrevista televisada.
Meghan, para los royals
Liza pensó que Meghan, una experimentada actriz estadounidense, era sencilla, muy natural, inteligente y reflexiva. "Se percibe una conexión muy afectuosa. Meghan es claramente más brillante que Harry, pero debe tener cuidado de no eclipsarlo”.
A principios de febrero del año siguiente, Liza informó que había conocido recientemente a Meghan, quien estaba "llena de encanto. Pero no tenía sentido tener una reunión".
Cada vez que Liza planteaba ideas para su boda, Meghan decía que no podía tomar ninguna decisión porque Harry estaba en África. A finales de enero, Harry viajó a Botsuana para recibir información sobre conservación de la vida silvestre. "Escribirá desde África", dijo Meghan.
Primera desilusión para lady Anson No organizaría la fiesta de casamiento de Harry.
"Harry me escribió y me dijo que iban por otro camino", recordó Liza. "Dijo: 'Soy muy cercano a mi abuela y ella está contenta con esto'. cuando hablé con la reina, me dijo que no estaba nada contenta", reveló Lady Anson.
El problema Meghan y Harry
"Meghan podría convertirse en un problema. Ella ve las cosas de otra manera", advirtió la prima de la reina. Según Liza, la reina estaba “consternada” de que Harry le hubiera pedido al arzobispo de Canterbury que oficiara la ceremonia nupcial en la capilla de San Jorge, sin pedirle primero permiso al deán de Windsor.
Isabel II era la jefa de la iglesia anglicana y conocía las jerarquías eclesiásticas. Aunque el arzobispo de Canterbury se hubiera hecho amigo de Harry y Meghan y la hubiera convertido al anglicanismo, el casamiento debía ser llevado adelante por el deán de Windsor.
"Harry parece creer que la reina puede hacer lo que quiera, pero no puede", dijo Liza.
“En cuanto a la religión, ¡es competencia del deán de Windsor! Harry arrunió la relación con su abuela. Dijo que estaba muy disgustada. Me impactó mucho cuando la reina me lo contó, lo triste que estaba. No tenía ni idea de la conversación, de que él fuera grosero con ella durante diez minutos. Anteayer tomaron el té con ella. Ella intentaba averiguar sobre el vestido de novia, y Meghan no se lo contó”, reveló entonces Lady Anson.
Normalmente la reina veía el vestido de novia de los Royals con anticipación. No estaba de acuerdo con que fuera blanco porque Meghan se había divorciado dos veces.
La reina, excluida
A finales de abril, Liza informó que “la Reina y Harry habían arreglado las cosas. Él acudió a ella por su cuenta. Ella dijo que se sentía muy excluida. Así que él le escribió una carta, el método royal, contándole lo que estaba sucediendo”.
Liza también dijo que el padre de Meghan, Thomas Markle, tenía “miedo de venir a la boda”.
Frente a un débil Harry, Meghan estaba siendo mandona. “Demasiado”, según la soberana.
Los Royals usan otros nombres que los oficiales. Así como Harry es Harold para la familia, la reina es Lilibet o Jemima, como una forma de no ser identificada por los demás.
“La Dama Número Uno dice que aún no se ha decidido si le gusta Meghan”, dijo Liza. “Mi Jemima está muy preocupada”. En opinión de Liza, “Harry está obsesionado y es débil con las mujeres. Esperamos, pero no creemos del todo, que esté enamorada. Creemos que ella lo planeó todo”.
Una semana antes de la boda, Liza le preguntó a la Reina si le parecía “bastante extraño que Meghan llegara (a la Iglesia) con su madre”. Liza dijo que, como Thomas Markle “no puede subir escaleras”, entraría por una puerta lateral y se encontraría con su hija en la entrada principal de la capilla.
“Meghan, William y Kate no se llevan bien”, reveló Liza. “Eso es lo que dijo la Reina, sobre todo las dos chicas. ¿Es preocupante que tanta gente se pregunte si Meghan es la indicada para Harry?, dijo Liza.
“El problema es que Harry no es ni brillante ni fuerte, y ella es ambas cosas", anunció Liza. Thomas Markle no apareció en la boda, alegando problemas de salud, así que el príncipe Carlos acompañó a Meghan al altar.
A sus 96 años, el príncipe Felipe caminó sin ayuda durante todo el servicio nupcial y la recepción. El mundo entero se enamoró de Meghan, y la reina la recibió con cariño.
Desconfían de los Sussex
Pero en otoño comenzaron a surgir rumores de discordia, y a finales de febrero de 2019, cuando Liza y Sally hablaron por teléfono, ella dijo: "No me fío ni un ápice de Meghan. Para empezar, no era mala: una estrella sencilla, acostumbrada a hablar en público y a la caridad. La brecha entre los hermanos es realmente terrible".
Para entonces, la Reina ya iba a cenar regularmente a Ladbroke Grove, en Notting Hill, a la casa de su prima, sin ser notada. Liza siempre invitaba a Felipe, pero la Reina solía asistir sola. Para su 66º aniversario de bodas en 2013, Liza ofreció una cena con 14 amigos cercanos y familiares.
Otra reina tras la partida del Felipe al campo
En noviembre de 2017, en vísperas de la fiesta de su 70.º aniversario de bodas en el Castillo de Windsor, Liza les ofreció otra cena de celebración. Esta vez con los reyes de Noruega, los reyes de los Países Bajos y otros familiares reales.
Con el príncipe Felipe retirado y viviendo en el campo del palacio de Sandringham, Liza empezó a colaborar con el Maestro de la Casa Real en Palacio para planificar almuerzos y cenas informales para que la Reina no se sintiera tan sola.
"Le gusta venir a mi casa", dijo Liza, a principios de 2019. "Es algo familiar, y tiene un sitio en el sofá. Nadie sabe que está aquí". Pero en junio, alguien vio a la Reina saliendo de la casa de Ladbroke Grove, el día antes del 78º cumpleaños de Liza y llamó al Daily Mail. Impertérrita, la Reina regresó a cenar la semana siguiente, sin ser detectada.
Liza contó a Sally que muy poca gente llamaba a la Reina, cuando su esposo Philip se retiró al palacio de Sandringham. La única que la llamaba con regularidad era Sophie, la esposa del príncipe Eduardo.
Sophie respetaba profundamente a la Reina. Pero también entendía que era un ser humano y la trataba como tal. Se autoinvitaba a comer al palacio cálidamente para que la reina no comiera sola.
El resto de la familia real- desde Carlos hasta su hermana Anne- pedía una cita para tomar el té con ella.
Miércoles, 2 de julio de 2025