Daniel Scioli pidió a sus más íntimos colaboradores prudencia y responsabilidad en las horas previas a las PASO. No le gusta que nadie de su equipo se muestre triunfalista frente a las elecciones del domingo, pese a que una de las principales características de la personalidad del gobernador bonaerense es el optimismo. Tres fuentes allegadas al candidato presidencial contaron detalles de cómo vive y cómo piensa en estos días clave el hombre del Frente para la Victoria que busca suceder a Cristina Kirchner.
Scioli no para un minuto. Todos los que lo conocen bien saben que su ritmo de trabajo es difícil de seguir. Uno de los que aún se sigue sorprendiendo por esa cualidad es Carlos Zannini, su compañero de fórmula y secretario general de la Presidencia. "A Daniel es complicado seguirlo, es una máquina de trabajar" fue una de las frases que dijo el funcionario. Si bien Zannini no integra el grupo de confianza de Scioli, la relación entre ambos se fue consolidando con el paso de los días. Uno de los gestos del funcionario en el que más confía la Presidencia que cayó muy bien en el sciolismo fue cuando el propio Zannini estuvo en La Plata con el equipo de Scioli, hace un par de semanas. Fue una especie de presentación. Hizo una aclaración muy importante en privado: "Acá yo no vengo a vigilar a nadie muchachos".
No utilizó cualquier frase porque el candidato a vicepresidente de Scioli buscó empezar a despegar las dudas sobre su figura que despierta entre el equipo que acompaña al gobernador hace ocho años en la provincia.
Scioli no tiene hoy dudas sobre su compañero de fórmula y su rol en un eventual gobierno de Scioli. "Daniel tiene claro lo que quiere. No lo preocupa nada. No ve conspiraciones. Tiene varios años de experiencia con el kirchnerismo y mira dónde está hoy", evaluó una de las fuentes consultadas. En la argumentación que hacen cerca del candidato está la convicción de que si Scioli logra ganar las elecciones, apenas Cristina Kirchner le coloque la banda presidencial va a gobernar él, y que el papel de Zannini será el manejo del Senado. Es una tarea que conoce bien Scioli cuando fue el vice de Kirchner. El carácter pragmático del peronismo es en lo que piensan los socialistas cuando se les habla de que un sector del kirchnerismo podría jugar en contra de su candidato. "Van a estar con el que tiene el poder de la lapicera, incluido Zannini", dijo uno hombre que trabaja con Scioli.
Por supuesto, el "Chino" Zannini será uno de los hombres de consulta permanente de Scioli. En el estilo de ejercer el poder de Scioli, la consulta es clave a la hora de tomar decisiones. Siempre habla con todos las personas que considera importantes, según el tema, y después decide él. A diferencia de Néstor Kirchner, al gobernador le gusta delegar en quienes confía.
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Hasta ahora, el candidato del oficialismo no le ha confesado a nadie quién va a ser su equipo de gobierno. Y afirman los que hablan seguido con él, que el que diga que Scioli le prometió un ministerio, miente. Sólo hay un nombre seguro: el jefe de Gabinete, si gana Scioli, será Alberto Pérez, el hombre que ocupó ese cargo en la provincia en el gobierno sciolista.
Lo que sí hay definido es que se reformará la ley de ministerios porque Scioli quiere sumar áreas, como la Derechos Humanos, una para los intendentes y además planea dividir ministerios, como el de Planificación. No habrá más superministerios, al menos es de lo que se habla hoy. El único que tendrá más poder y por su función es el jefe de Gabinete. Y la información que circula hoy en La Plata es que además de Pérez, sólo dos ministros bonaerense se mudarían a la Rosada si el FPV gana las elecciones. En los planes de Scioli está también convocar gobernadores y otros dirigentes para armar su equipo de gobierno y diferenciarse del que tiene hoy en su distrito.
El gobernador bonaerense no quiere definir aún en público quién sería su ministro de Economía. Es sabido que lo asesoran los economistas "estrella" Miguel Bien y Mario Blejer. Pero también está Rafael Perelmiter, quien es, en realidad, el cerebro económico del candidato. Perelemiter conoce a Scioli desde hace 30 años. Lo acompañó con bajo perfil en todos los cargos públicos que desempeñó el actual mandatario bonaerense. Hoy ocupa un cargo de director en el Banco Provincia, e integra el selecto grupo que participa de las conversaciones en "La Ñata", pero nadie sabe desde qué cargo acompañará a su jefe.
Scioli mantiene en reserva el nombre de quien conducirá la Economía porque no es una carta que quiera jugar ahora cuando ni siquiera atravesó las PASO. Lo único que deja trascender es que mantendrá un estilo parecido al de Néstor Kirchner: ejercer un control personal de la economía del país más allá de quién sea el ministro.
El equipo de campaña del gobernador sigue con atención la evolución de la encuestas y pese a que varias de ellas marcaron una diferencia en algunos casos de menos de cinco puntos entre Scioli y Macri, prefieren mantenerse optimistas en lo privado y mesurados en público como les pidió Scioli. El desafío del candidato del oficialismo es ganar por amplio margen en las elecciones del domingo para quedar mejor posicionado frente a la pelea de las elecciones generales de octubre. En el sciolismo y también en el Gobierno no hay dudas de que el domingo el gobernador bonaerense será el más votado, pero la cuestión clave es por cuanta diferencia podría imponerse Scioli sobre Macri.
ZANNINI ACLARÓ EN PRIVADO: "YO NO VENGO A VIGILAR A NADIE".
El gobernador apuesta a que esa diferencia sea lo más amplia posible. Scioli, dicen quienes que conocen algunos de sus planes, quiere pasar las PASO con solidez porque una vez ungido por los votos como el candidato del FPV, empezará a dar mayores definiciones sobre su plan presidencial.
Después del domingo próximo, Scioli tiene pensado mostrar un discurso más definido en cuanto a lo que piensa hacer si llega a la Casa Rosada y empezará a dar nombres de los hombres y mujeres que lo acompañarán si logra ganar las elecciones de octubre. Hoy en su equipo se entusiasman con la posibilidad de evitar el balottagge contra Macri.
En esta segunda etapa de la campaña que empezará el mismo domingo a la noche, cuando se conozcan los resultados de la PASO, el gobernador ya hablará como el sucesor del Cristina y marcará que hasta el 10 de diciembre ella conduce y después, si gana, será él quien ejercerá en plenitud el cargo presidencial.
Nadie espera ni un mínimo gesto de Scioli en contra de Cristina Kirchner, pero eso no quiere decir que el gobernador tenga pensado demostrar desde el primer día que las cosas no han cambiado en la Argentina. Muy en reserva se habla de una convocatoria a la unidad nacional como primer gesto de Scioli, si es que llega a la Casa Rosada.
El diálogo con la oposición será uno de los ejes de un eventual gobierno sciolista, adelantaron las fuentes consultadas.
La Presidente no ha hablado con Scioli de sus planes una vez que deje el poder. Cerca del gobernador negaron una versión que había circulado en los últimos días sobre que la orden de Cristina Kirchner que nadie de su gobierno permaneciera en un eventual gobierno sciolista. Es difícil imaginar a Cristina Kirchner alejada de la política, en El Calafate al cuidado de sus nietos y dedicada a sus amados rosales.
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Según cuentan allegados a Scioli, el candidato presidencial del FPV no tiene pensado ofrecerle un cargo en el exterior, como se había especulado. "Será Cristina la que decida lo que quiera hacer y no se lo dijo a nadie", dijo un hombre del Gobierno. Es una incógnita que se develará dentro de varios meses.
Lo cierto es que el gobernador espera poder el domingo a la noche comenzar una nueva campaña y según la diferencia que logre sacar por sobre el candidato del PRO, de acuerdo a las especulaciones que se hacen hoy, podrá tener mayor soltura para plantear algunas cuestiones que lo van a diferenciar del gobierno kirchnerista. Un nuevo estilo, el estilo Scioli, que en parte es muy conocido en La Plata.
Ese estilo implica dejar de lado la confrontación y buscar que en la nueva administración que él podría encabezar haya desde dialogo fluido con la oposición hasta una una relación fluida con la prensa.
Hace muchos años que el gobernador bonaerense sueña con ser presidente. Hizo todo lo que tenía que hacer y ahora está cada vez más cerca de que en las urnas se defina su futuro. Mientras el kirchnernismo lo destrataba y luego no se definía por su candidatura, él construyó vínculos y armó política con el peronismo tradicional.
Hoy el gobernador bonaerense cuenta con el apoyo algunos gobernadores que ya ganaron sus provincias, como Juan Manuel Urtubey en Salta, una relación sólida. Eso también fue parte de su estrategia para llegar. Algunos de esos dirigentes ya piensan en un peronismo sin el apellido Kirchner como eje.
"Scioli no quiere llegar al poder por llegar. Scioli quiere pasar a la historia con su presidencia. Quiere ser el presidente del desarrollo", conjeturó uno de sus hombres. En el sciolismo existe hoy esa convicción. El primer paso se define el domingo.
El candidato no para. Es mesurado a la hora de hacer pronósticos. No le gusta. Pero espera que las elecciones del domingo le den un respaldo contundente para encarar la segunda parte de la campaña hacia las elecciones de octubre.
Lunes, 3 de agosto de 2015