La magistrada recibió cuestionamientos de Estela de Carlotto desde que se conoció la identidad de Ignacio Hurban. Las presiones de la justicia platense. La noticia más importante sin dudas fue el hallazgo de Ignacio Hurban, rebautizado como Guido Montoya Carlotto, quien después de 36 años se supo, nació en cautiverio, fue apropiado y resultó ser nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo. El hallazgo es el objetivo que se persiguió en esta investigación iniciada hace muchísimos años en el juzgado federal de María Servini de Cubría. Pero no el único. También se intenta condenar el accionar de quienes apropiaron y falsearon las identidades, y es como termina la mayoría de las causas de este tipo: con los apropiadores llevados a juicio.
El caso de Ignacio Hurban es una de esas investigaciones aunque se evidencia una disconformidad de la querella y de algunas de las defensas para con la jueza Servini de Cubría, y apuntan a vaciar el caso que tiene en su poder.
Ni bien se conoció el hallazgo a los pocos días, la jueza citó a Guido Hurban a declarar como testigo. Abuelas de Plaza de Mayo pidió aplazar la audiencia por la conmoción del momento, y la jueza la suspendió. Pero con el paso de las semanas, el joven se presentó a declarar ante la Justicia federal de La Plata, donde ahora se intenta llevar el caso.
Es que en la ciudad de las diagonales, los fiscales Hernán Schapiro y Marcelo Molina reclamaron que el caso debe quedarse en La Plata, y un juez federal de aquella jurisdicción, Adolfo Ziulu, dijo que era competente y reclamó que Servini de Cubría deje de seguir a cargo del caso.
Lo llamativo es que lo hizo luego que Servini de Cubría dispusiera citar a Clemente Hurban, padre de crianza del joven. A este hombre se lo investiga por anotarlo como propio, y al médico Julio Sacher, de quien se sospecha firmó el certificado de nacimiento, el cual se perdió en una inundación en 1980 en Olavarría, tal cual informó el registro civil de esa ciudad.
Por ello es que ahora la Cámara Federal deberá definir quién de los dos debe seguir a cargo. El testimonio de Guido Hurban en La Plata no obstante sirve como prueba de cargo en caso que la causa quede en poder de Servini de Cubría. En él dio detalles de cómo llegó a manos del matrimonio Hurban luego que naciera en el Hospital Militar, donde en junio de 1978 fue llevada su madre, Laura Carlotto, quien estaba cautiva en el centro clandestino de detención conocido como "La cacha". Incluso, del mismo podría quedar más comprometida la situación en la causa de su padre, Clemente Hurban.
El intento de apartar a Servini de Cubría sumó un nuevo planteo este lunes. Clemente Hurban la recusó, y la acusó de prejuzgar por sus declaraciones a la prensa. Lo hizo al borde de tener que presentarse a indagatoria y consiguió aplazar la misma hasta que se defina si la jueza es o no ratificada al frente del caso.
"A esta altura en este tipo de casos ya estaría resuelta la situación de los padres", graficó un funcionario judicial en diálogo con Infobae, que investigó muchos de los casos de apropiación y marcó la diferencia que se da en el caso de Guido Hurban.
Es clara la intención de la querella de llevar la causa a otro juzgado que no sea el de Servini de Cubría. También el de la defensa de Clemente Hurban, pues más allá de una cuestión estratégica, apunta a correrla y evitar que la causa tenga un devenir previsible a como ella lo hizo en el resto de los casos: con los apropiadores a juicio.
Los motivos de la disconformidad para con la jueza fueron que filtró datos del caso, y que ella dio a conocer la identidad de Ignacio Hurban. Pero parece poco argumento. Lo cierto es que hoy todos apuntan a correr del camino a Servini de Cubría, aunque en el pasado se celebró cuando investigaciones a su cargo iban dirigidas a quienes resultaron ser los apropiadores.
Martes, 7 de octubre de 2014