Los jóvenes católicos expusieron su fe, su intención de vivir una vida en valores cristianos. Faifer los alentó en ese desafio. El sábado por la noche, en la denominada “marcha por la vida” ofrecieron contundentes gestos donde reflejaron lo que producen en la juventud las drogas.
Ayer, en la misa de cierre, monseñor Ricardo Faifer los instó a “ir contra la corriente, rechanzado lo que el mundo les ofrece y siguiendo el camino de Jesús”.
Los 1500 jóvenes que participaron de la Jornada de Ramos organizada por la Pastoral de Juventud de la diócesis de Goya que se realizó en Esquina, hicieron una fuerte denuncia contra las adicciones y el narcotráfico. Marcharon el sábado por la noche por las principales calles de la localidad, realizando contundentes gestos en los que expusieron, por ejemplo, los ámbitos en donde se vende y consume droga, la pérdida de esperanza que provocan las adicciones y el tendal de chicos y chicas que deja. Ayer, monseñor Ricardo Faifer presidió la misa de cierre y los instó a "ir contra la corriente, rechazando lo que el mundo les ofrece y siguiendo el camino de Jesús".
Jóvenes de localidades de los siete departamentos que integran la diócesis goyanas, se reunieron desde el sábado en Esquina, donde la premisa fue hablar de aquellas cuestiones que les permiten vivir plenamente, en la senda que Jesús les señala como modelo. En ese marco, uno de los temas centrales de charlas y manifestaciones, fue el flagelo de las adicciones que provocan las drogas. Hicieron una fuerte denuncia donde no dejaron de lado el narcotráfico.
El sábado por la noche realizaron le denominada "marcha por la vida". Recorrieron calles céntricas de la localidad. Sobre los momentos vividos, el padre Ariel Jiménez, asesor de la Pastoral de Juventud, contó que "fue hermosa, sobre todo por ver la alegría de los jóvenes, la fe que se expresa a la manera juvenil, con entusiasmo, y sin vergüenza, sin tener miedo de mostrar que creen en Jesús, que es buena su propuesta de vida, el desafío al que los invita".
De la marcha, comentó que "recorrimos las calles expresando esa alegría de ser cristianos, mostrando que él -Jesús- nos da la verdadera felicidad". Y agregó, se hizo un "fuerte reclamo a la sociedad porque los jóvenes se merecen una vida digna".
"En la marcha, la temática fue del sí a la vida, denunciando fuertemente el narcotráfico y las redes de adicciones que los destruyen, que mata su esperanza", señaló el sacerdote, quien explicó que se fue leyendo un guión sobre el tema, y se realizaron distintos gestos. "El primero, fue un video, en el que se mostró la realidad de los jóvenes expuestos a las drogas; el segundo, un baile, así con esa muestra del arte se puso de manifiesto cómo el flagelo de las drogas destruye", dijo.
Luego, "en la plaza 9 de Julio, un lugar emblemático de encuentro para la juventud, es en contraposición también, un lugar donde consume y donde se produce la venta de drogas, era una forma de ir describiendo como se da esta realidad, aquí en todas las localidades", detalló Jiménez.
El último gesto, muy significativo, fue el de "acostarnos todos los jóvenes en el piso, así, con ese impresionante mar de 1500 jóvenes tirados en la calle; mostrar como a veces dejan tendales las adicciones, quitando la vida de tantos jóvenes".
La jornada, culminó ayer con la celebración eucarística de Domingo de Ramos, que presidió monseñor Faifer, quien acompañó a los jóvenes durante la jornada.
El Obispo desafió a los jóvenes a "asumir de verdad el ir contra la corriente, de una vez por todas, o vamos contra la corriente o nos dejamos llevar por la corriente", refirió el padre Jiménez sobre el pedido del Pastor. "Eso, lo repitió varias veces, enfáticamente, y les llegó al corazón a los jóvenes; porque no nos queda otra. La corriente nos lleva a la perdición, e ir contra ella, es ir en pos de la vida en plenitud".
Lunes, 14 de abril de 2014