Con la participación de representantes de distintitas instituciones locales involucradas para dar solución, difusión y concretar prevención a la problemática, concluyó ayer jueves 5 de diciembre en Corrientes la primera capacitación del SENASA sobre el Sistema de Prevención, Monitoreo y Control del Caracol Gigante Africano (Achatina fulica) en Argentina.
Las actividades de esta primera capacitación vienen desarrollándose desde el lunes en la capital correntina –que se inició en el Ministerio de Producción- y concluyeron ayer por la tarde con una jornada de Monitoreo en conjunto con las instituciones convocadas en la zona “foco” y aledañas del barrio Yapeyú, donde en estos días se capturaron alrededor de 300 caracoles.
El cierre teórico de esta capacitación técnica del SENASA se desarrolló ayer desde las 8 en el Salón de Proyecciones de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), y la apertura estuvo a cargo de la directora de Producción Vegetal del Ministerio de Producción, Ing. Agr. Mariela Pletsch; el supervisor por Corrientes del SENASA, Ing. Agr. Pablo Horak y la doctora María Josefa Rea, del Laboratorio del Centro Nacional de Parasitología y Enfermedades Tropicales (Cenpetrop), dependiente de la Facultad de Medicina de la UNNE. Por el Ministerio de Producción también participó el equipo técnico de la Dirección de Producción Vegetal integrado por las Ing. Agr. Natalia Ojeda, Paola Martínez y Rocío Raggio, entre otros. También participaron representantes de la Municipalidad de Corrientes, de la Prefectura de Corrientes, entre otras instituciones locales.
Tras la apertura, el responsable de la Dirección de Vigilancia y Monitoreo de Plagas del Sistema Nacional Argentino de Vigilancia y Monitoreo (SINAVIMO) del SENASA, Téc. Agr. Jorge Orellana, tuvo a su cargo la exposición de aspectos específicos de los aspectos morfológicos y ecológicos del Caracol Gigante Africano. También se refirió a la problemática actual y potencial del molusco como su impacto en la agricultura, la salud y el medio ambiente.
Mediante la utilización de un power point y ante la inquietud de un auditorio colmado de asistentes, Orellana profundizó en información sobre el Achatina fulica, el panorama mundial y regional (América) y sus antecedentes. Se refirió además al sistema de prevención, monitoreo y control del caracol en Argentina, puntualmente del Sistema de Vigilancia Precedente en Puerto Iguazú, Misiones, como así la situación Actual en el País.
Justamente, hizo hincapié en la metodología de trabajo interinstitucional precedente en Puerto Iguazú, y las técnicas de reconocimiento preliminar empleadas y su diferenciación con especies nativas comparables. Se habló además sobre el Protocolo de Toma, acondicionamiento y envío de muestras al SINAVIMO -determinación taxonómica por Red de Expertos.
En lo que hace a la articulación interinstitucional, se expuso sobre el proyecto de generación de un circuito de denuncias y análisis de la sospecha, como así la propuesta de articulación interinstitucional para la contención de la especie. Además, la implementación de una metodología de difusión y concientización de la problemática con productores, población en general (escuelas, dependencias municipales) y organismos nacionales y provinciales.
Por la tarde, la actividad fijada fue la de un Monitoreo en conjunto con las instituciones convocadas en la zona “foco” y aledañas, con el objetivo de determinar el área afectada, estimación subjetiva de la densidad poblacional de la plaga, continuar con la difusión de la problemática, informando a la población sobre cuidados a tener en cuenta, vías de denuncias y manejo de la plaga.
Orellana: “Queremos eliminar el foco”
El director de Vigilancia y Monitoreo de Plagas del SENASA, Tec. Agr. Jorge Orellana, explicó el por qué de su presencia en Corrientes y en qué consiste el plan de acción trazado para frenar a la plaga de caracoles gigantes africanos. “En base a las detecciones realizadas por el SENASA en octubre se implementó un sistema de capacitación a los organismos públicos, tanto a nivel nacional, provincial y municipal, para de alguna manera integrarlos en el tema y establecer un sistema de vigilancia interinstitucional para promover la cooperación de los mismos organismos, que es una de las maneras claves para contener el avance de esta especie tan peligrosa”, resumió.
Las instituciones que trabajan a nivel nacional son la Prefectura Naval Argentina, Gendarmería Nacional, SENASA en sus diferentes delegaciones, el INTA, el Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires, Administración de Parque Nacionales, y los Ministerios de Ecología y de Salud de la Nación. “Están colaborando en Puerto Iguazú y ahora estamos sumando a la provincia de Corrientes en la idea del trabajo conjunto”, indicó Orellana.
En el último de los cuatro días de capacitación en Corrientes, Orellana consideró que “la información que salió en los medios generó una suerte de estado de paranoia, y con estas charlas pretendimos bajar un poco ese estado de alarma, sobre todo en lo que hace al peligro de la salud”. “La recepción de los organismos locales fue muy buena, se mostró mucho interés y eso fue muy rescatable, que es el principio de un trabajo que va a ser bastante grande y útil para la sociedad”, consignó el profesional.
Con respecto a qué acciones se encararán para detener el avance de la plaga, Orellana indicó que “básicamente se va a implementar un sistema de monitoreo, control y campañas de prevención y concientización, ya que nuestra idea es ir casa por casa y hacer el censo, y controlar al caracol”. “El método de control aplicado hoy en día es la recolección manual y la eliminación a través de la aplicación de sal –con un sistema de trampa y también en la recolección manual-, porque no es recomendable el uso de agroquímicos, de ningún molusquicida, ya que la presencia de esta plaga es urbana”, explicó. “No existen controladores biológicos ya que a nivel mundial los que se implementaron dieron resultados negativos”, aseveró, e insistió en que “el control manual y la aplicación de sal es la técnica de hoy, que es lo que venimos haciendo desde 2010 en Puerto Iguazú”.
Es una de las especies más dañinas del planeta, ya que “una vez que ingresa a un sistema ecológico es muy difícil su erradicación, su comportamiento es de tipo invasor, consumidor de 200 tipos de vegetales tanto cultivo como ornamentales y especies silvestres”. Y al mismo tiempo indicó otra gravedad: “produce el desplazamiento de especies nativas de moluscos por la gran tasa reproductiva, las altas poblaciones con la que llega”.
A modo de recomendaciones al vecino acerca de la cómo actuar en caso de hallar un caracol de estas características, Orellana indicó que en esta etapa del plan de acción, lo recomendable es que “si detecta un caracol con características similares al de Achatina fulica, se comunique con SENASA; que capture ese ejemplar con la utilización de guantes, que los coloque en una bolsa, y que llame inmediatamente a SENASA y un técnico local se va a acercar para determinar si se trata de uno”.
Al referirse a cómo sigue este proceso, el técnico de SENASA explicó que “esta es la primera etapa que consiste en un control masivo, queremos llegar a eliminar el foco, es difícil pero se puede implementar ese plan, y queremos sumar las charlas y capacitaciones en escuelas tanto primarias como secundarias en un ciclo posterior al inicio de clases, donde se va a capacitar a los alumnos en un sistema de prevención y alerta”.
Por último y con respecto a qué resultados arrojó el control sobre el foco de caracoles en el barrio Yapeyú, las conclusiones de esta semana de trabajo arrojaron que ese sector “está afectado en una manzana, cien metros cuadrados, y en muy pocas casas”. “La cantidad de ejemplares recolectados hasta el momento es de trescientos, un número relativamente bajo y eso es bueno para el sistema”, concluyó Orellana.
Viernes, 6 de diciembre de 2013