En medio de elogios y reconocimientos la actual soberana, María de los Ángeles Güenaga, aseguró sentirse “orgullosa y feliz por todo lo realizado”. Su “damo”, Ramiro Zaracho, refirió que la función “no fue fácil, pero fue una experiencia inolvidable”. A casi un mes de finalizar su mandato es considerado exitoso el reinado del chamamé.
La Fiesta Nacional del Chamamé goza de un histórico prestigio, reconocimiento que desde hace un tiempo trascendió la frontera de la región alcanzando notoriedad a nivel nacional e internacional, brillo que en cada edición fue creciendo no sólo en la celebración central, sino que se esparció por las actividades alternativas.
Una de las más destacadas fue la elección de la Reina Nacional del Chamamé representada por la encantadora María de los Ángeles Güenaga y la designación del Jeroky Yára (dueño del baile) en manos de Ramiro Zaracho, dos distinguidas figuras de notable desempeño a lo largo del año como soberanos de la fiesta de los correntinos.
Siempre fiel a un estilo sobrio y elegante, de encantadora sonrisa y sobrada simpatía, la curuzucuateña María de los Ángeles, hija del prestigioso acordeonista Juancito Güenaga logró inmediata afinidad con el público chamamecero. Desde su elección allá por enero de 2013 en Costanera Sur, no tuvo respiro y participó de cuantas fiestas y eventos fuera invitada, tutelada siempre por la Subsecretaría de Turismo de la Provincia.
“Siento orgullo y felicidad por todo lo que experimenté a lo largo de mi reinado”, expresó la joven soberana que en poco más de un mes entregará el cetro a la próxima reina, la cuarta consecutiva de la fiesta. “Se acerca el final de una etapa, y cuando empezás a ver todo lo que hiciste tenés esa sensación de nostalgia pero a la vez de satisfacción por haber representado algo que amo como el chamamé”, expresó su majestad.
Recordando aquella frase que sentencia que “se es reina por siempre”, ella considera que cumplió con la corona. “Tengo sentimientos encontrados, pero siento un inmenso orgullo de haber podido dar todo lo que pude para representar de la mejor manera posible al chamamé, lo hice con mucha pasión y responsabilidad, pero sobre todo con mucho amor por todo lo que significa para mí el chamamé”, refirió.
A esto agregó que si bien tanto ella como su “damo en el baile” dieron todo de sí en cada presentación, “creo que con mi reinado dejo algo que quedará marcado en Corrientes, no se cuánto tiempo van a recordar, pero me siento una privilegiada de haber sido representante del chamamé”.
En este contexto, resaltó que esta función le brindó incontables satisfacciones, “marcó un antes y un después en mi vida, conocí grandes afectos, nuevos amigos y el cariño de la gente que nos ayudó, acompañó y apoyó a lo largo del año, estoy muy agradecida con todos”, manifestó la “reina peregrina del chamamé”.
A esto agregó que portar la corona le permitió sentir un gran orgullo por su papá. “Me brindó la posibilidad de sentir de cerca todo el cariño que la gente expresa por él, nunca viví esta experiencia de estar cerca de papá en el chamamé, lo cual me hizo valorarlo aún más”, dijo María de los Ángeles.
En cuanto a su inseparable acompañante en el baile, soltó sólo elogios. “Ramiro es una persona muy especial, es paciente simple y muy predispuesto. Al igual que yo ama nuestras raíces y todo lo que tenga que ver con Corrientes, construimos una gran amistad en el chamamé”.
Compañero de la corona
Su semblante de correntino no necesita de presentación para mostrar su precedencia, más aún cuando se es del interior donde el género se embriaga en el alma del provinciano que lleva con orgullo el sentir chamamecero.
Así lo plantó en la Usina del Arte, en Buenos Aires con su sola presencia durante el lanzamiento de la 24ª Fiesta Nacional del Chamamé donde Ramiro Zaracho, el Jeroky Yára, dejó demostrado que él es el dueño del baile.
Su baile armonioso y sincero muestra la armonía necesaria para ser digno compañero de la Reina Nacional del Chamamé, función que Ramiro lo cumplió a la perfección.
“Fue una tarea muy difícil, de acompañarla, representar al chamamé y estar presente en todas las fiesta pero fue una experiencia inolvidable para mí”, expresó Zaracho en diálogo con época.
El sancosmeño, oriundo de la tierra del “Taita”, lleva consigo el sentimiento innato de amor por las raíces correntino y un especial sentimiento por el chamamé. “Me sorprendió mucho haber sido elegido Jeroky Yára, y desde entonces viví un año inolvidable, intenso de emoción tras emoción que disfruté mucho por todo lo que esto representa para mí Corrientes y el chamamé”, explicó el joven.
De boina y manta de cuero, Zaracho disfruta mucho el baile y la melodía litoraleña, pero nunca imaginó ser portador de este título tan importante para él. “Fue un honor ser elegido, cuando me dijeron que fui seleccionado no caí en la cuenta de lo que significaba, en la fiesta recién tomé conciencia de todo lo que estaba pasando, subir al escenario con la reina y ver toda esa gente fue increíble”, dijo.
En este contexto refirió que se sintió privilegiado de ser el primer Jeroky Yára y consideró a modo de consejo que sus sucesores deberán sentir profundamente el chamamé para ser representan del baile. “Es necesario que se tome con responsabilidad y el compromiso de ser el compañero de baile de la reina”, dijo.
Por último Zaracho también habló de la reina y destacó su personalidad, “tan linda como su figura”. “Es una gran persona, espléndida en su forma de ser y admirable en todo aspecto, representó muy bien al chamamé con un destacable desempeño, me siento orgulloso de ella como correntino y ahora como amigo”, dijo.
Miércoles, 20 de noviembre de 2013