En pocas semanas la fiesta de la música litoraleña será anunciada a nivel nacional e internacional. En tanto, la denominada Fiesta de Momo, ni siquiera en la capital provincial saben qué va a suceder. Dos realidades distintas de una misma identidad correntina.
Mientras que la Fiesta Nacional del Chamamé goza de una aceitada organización, el Carnaval sigue empastada de desidia e incertidumbres en torno de su espectáculo. Ambas celebraciones representan la identidad cultural del pueblo correntino, sin embargo transitan por caminos muy diferentes.
Las diferencias organizativas entre ambas son abismales, mientras que la celebración de la música litoraleña tiene prácticamente todo resuelto, por la vereda de enfrente aún no se resolvió lo esencial, la fecha de inicio.
El 14 de noviembre la correntinidad a pleno llegará con referentes chamameceros y funcionarios provinciales hasta la Usina del Arte en Buenos Aires para “hacer barullo” y realizar el anuncio nacional e internacional de la Fiesta del Chamamé que tendrá lugar entre el 6 y el 19 de enero. A diferencia del carnaval, que debe preparar con sobrado tiempo de anticipación debido a los ensayos de comparsa, confección de trajes y elaboración de carros, nada que pueda realizarse en menos de un mes, la liturgia chamamecera tiene “cocinada” la organización desde que se apagaron las luces de la última edición en enero pasado. “Vamos a ampliar las noches para que el público disfrute de 12 noches de chamamé”, había expresado el gobernador Ricardo Colombi en la última luna festivalera en el anfiteatro Mario Cocomarola.
“Estamos trabajando desde principio de año y sólo faltan definir detalles, estamos listos para anunciarlo”, dijo el presidente del Instituto de Cultura de la Provincia, Gabriel Romero. Como es habitual, tienen previsto empapelar los subtes y los puntos neurálgicos de capital federal respaldada por una fuerte campaña de difusión. La fiesta girará en torno de la frase “Universo chamamé”, con una marcada temática de ampliación de la celebración extendiendo aún más las fronteras de la “patria chamamecera”.
Por el lado de la celebración de Momo, la situación es completamente distinta, como si estas dos expresiones culturales fueran entre sí “agua y el aceite”. Sujeta a una habitual incertidumbre, el carnaval correntino sigue en medio de una sensación de penumbras. Como es habitual, la empresa organizadora Fénix Entertainment Group llegará recién en diciembre para ver qué hacer con el espectáculo.
La pobre proyección del espectáculo carnestolendo es evidente ya que a esta altura del año, el Ejecutivo Municipal aún no emitió la resolución que oficializa la fecha de inicio de los desfiles de carnaval. Pero más allá de ese simple trámite burocrático, la empresa aún se mantiene en el anonimato.
Para tener una idea, todavía no se resolvió si el 7 de febrero iniciará el desfile de comparsas y agrupaciones musicales, porque, teniendo presente que el chamamé termina el 19 de enero el carnaval podría aprovechar la oportunidad y comenzar el 30 de enero con los “Show de Comparsas”. Las incertidumbres tampoco permiten realizar con anticipación la difusión del evento, ni definir cuestiones importantes como reglamento de la competencia, designación de jurados, la logística en torno al acceso al Corsódromo (la última edición hubo demoras de hasta dos horas para ingresar al Nolo Alías), entre otros.
El chamamé goza de una vitalidad envidiable a nivel nacional, mientras que el país desconoce si en Corrientes aún se celebra o no el carnaval. La máxima expresión cultural sigue siendo plenamente chamamecera mientras que la denominada fiesta de Momo no logró mayor avance que tener un escenario donde desfilar.
Lunes, 28 de octubre de 2013