Buzos rescataron hoy otros 38 cadáveres de los restos de un barco naufragado la semana pasada en Italia en el que se estima que murieron más de 300 migrantes africanos. La recuperación de nuevos cuerpos, que elevó al menos a 232 la cifra de víctimas fatales confirmadas, coronó el segundo día consecutivo de operaciones de rescate submarino cerca de la isla de Lampedusa tras dos jornadas en que los buzos debieron suspender las labores por las malas condiciones meteorológicas y marinas. Un total de 17 cuerpos fueron recuperados por la mañana del barco hundido el jueves pasado a un kilómetro de la costa italiana y actualmente sumergido a unos 40 metros bajo el Mediterráneo, a los que se sumaron otros 21 en otra operación de batida durante la tarde, antes de que se concluyeran los trabajos de hoy.
La búsqueda seguirá mañana, si las condiciones marítimas lo permiten, en una labor muy complicada como demuestra el testimonio de uno de los buzos, que relató que los cadáveres atrapados entre los restos de la embarcación "están todos pegados unos con otros", informó la agencia de noticias EFE.
"Cada uno tiene no más de 30 centímetros de espacio. Hay pilas de hombres y mujeres en la bodega del pesquero", narró este miembro de los equipos de rescate, quien añadió que una buena parte de los muertos se encuentran "amontonados en la bodega" y "de pie", por lo que es necesario sacarlos "uno a uno".
Además, explicó que "muchos otros están aún en torno al barco y quién sabe a cuántos más será posible encontrar cuando se amplíe el perímetro de la zona de rastreo".
El comandante de la Guardia Costera, Filippo Marini, explicó al canal por satélite SkyTg24, que a las operaciones submarinas de los buzos, siguen sumándose los rastreos desde lanchas motoras y también desde el aire.
Ayer, los buzos de las fuerzas y cuerpos de seguridad italianos reanudaron con un ritmo intenso la búsqueda submarina y encontraron 83 cuerpos, gracias a la mejora de las condiciones y en un ir y venir de lanchas que trasladaban los cadáveres a la pequeña isla italiana.
Los testimonios de los 155 supervivientes, que aún esperan ser trasladados a Roma, indican que en el barco, que partió del norte de Africa en dirección a las costas europeas y que naufragó a media milla de Lampedusa, viajaban 518 personas, por lo que en el agua puede haber aún más de 150 cadáveres.
LA RESPUESTA DE LA UE
El gobierno italiano culpa del aumento de naufragios y tragedias a la Unión Europea y su política migratoria, mientras que Bruselas sostiene que es responsabilidad de Roma.
La ministra de Integración italiana, Cécile Kyenge, visitó ayer a los inmigrantes alojados en el centro de primera recepción de Lampedusa, que se encuentra desbordado.
Kyenge, de origen congoleño, aseguró que la ley de inmigración italiana no puede ser "punitiva" y anunció su intención de elevar, en un primer momento, a 16.000, y luego a 24.000, el número de camas en los centros de recepción de inmigrantes. Actualmente solamente cuentan con 8.000 camas.
En este contexto, Lampedusa se prepara para la visita, el miércoles, del presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, quien hoy declaró que viajará a la pequeña isla del Mediterráneo para ver con sus propios ojos lo sucedido y evaluar qué acciones pueden ser llevadas a cabo de forma conjunta.
En esta línea, los ministros de Interior de la UE abordarán mañana la respuesta europea ante el dramático suceso, después de que Italia haya pedido una mayor implicación para afrontar la llegada masiva de indocumentados que sufren sus costas.
Martes, 8 de octubre de 2013