Ambas comunidades, con sus patronos, San Antonio de Padua y la Inmaculada Concepción, fueron recibidos en una soleada tarde por el pueblo de la Virgen. Desde distintas latitudes, devotos de la Morenita, portando sus imágenes familiares, inundaron las calles para esperar el aniversario de la Coronación.
Llegaron ayer a Itatí, cientos de fieles que durante dos jornadas, peregrinaron desde Berón de Astrada e Itá Ibaté. También han arribaron peregrinos de Monte Caseros, de localidades entrerrianas y misioneras, y desde distintas ciudades del NEA y otras provincias. La devoción mariana se expresa de mil maneras, a través de la vestimenta, de una bandera, de una pequeña imagen familiar, o por medio de las fotografías de los seres queridos que encomiendan a la Virgen. El 113º aniversario de la Coronación Pontificia de la Virgen es la celebración religiosa más convocante de esta parte del país.
Tras haber recorrido más de cien kilómetros, los pobladores de Berón de Astrada fueron recibidos, alrededor de las 16, por la imagen de la Virgen en el acceso al pueblo. También llegaron los fieles de Itá Ibaté.
Ambas comunidades soportaron el mal tiempo, con lluvias intensas por momentos, durante dos jornadas. El arribo a la Basílica, tal como ocurre cuando alguien visita a la Madre, fue bendecido por un sol radiante y una agradable temperatura.
“Hemos llegado, cansados pero felices”, dijo a El Litoral el párroco de Berón de Astrada, Daniel Danuzo, minutos tras haber pisado el suelo de Itatí. “Después de lo que nos tocó vivir en el camino, la lluvia, la neblina, este último día -por ayer- nos levantamos con toda la fuerza para hacer el tramo final”.
Sobre la experiencia de marcha, indicó que “estamos contentos por lo que se fue generando. Pudimos disfrutar lo que nos propusimos con los que están trabajando más activamente en la parroquia, un compartir en el paradero, generar vínculos, amistades”, relató.
“Eso se nota ya que en el camino se va escuchando a la gente hablar y al visitar las carpas, se descubre un espíritu de comunidad”, explicó.
Danuzo dijo además que en la noche del domingo, en Yacarey, no pudieron pernoctar en la capilla Santa Ana, como estaba previsto, pero, “una vecina, nos abrió las puertas de su casa, nos ofreció todo su terreno, que como es alto estaba bastante seco para acampar. Allí, presididos por San Antonio, pudimos compartir con su familia la misa”.
Reconoció que “hubo inconvenientes que se tienen siempre, aunque lo que uno rescata es que se fueron dando pequeños gestos, en los que se descubre el sentido, el valor del sacrificio, del privarnos de determinadas cosas. En comunidad, todo se supera”.
El padre resaltó lo vivido con el recibimiento de la gente de Itatí. “Nos sentimos parte de una Iglesia, una Iglesia Arquidiocesana que nos recibió y se toma real dimensión de eso ya que emociona y genera lágrimas de alegría”.
Además de estos peregrinos, arribaron otros cientos de feligreses de distintas localidades de la región. Muchos, han venido desde distintas ciudades del gran Buenos Aires para cumplir promesas, agradecer favores recibidos, múltiples formas de expresar la fe en la Virgen se ven desde hace día, en torno al santuario. La peregrinación es una de las manifestaciones más arraigadas.
El templo se vio ayer desbordado de gente, pero también colmado de decenas de imágenes. Santos, patronos de las localidades peregrinas, como San Luisito, San Antonio de Padua de Mburucuyá y Berón de Astrada, Nuestra Señora del Rosario de Caá Catí, la Inmaculada Concepción de Itá Ibaté, o el Sagrado Corazón, de Lomas de González, la réplica de la Cruz de los Milagros; y otras tantas imágenes familiares, la mayoría de la Virgen de Itatí, estuvieron presentes. En torno al santuario se observan calles colmadas de gente, colectivos provenientes de distintos puntos del país, vehículos diversos y jinetes a caballo desbordan las calles.
Miércoles, 17 de julio de 2013