Independiente se impuso por 2-0 sobre Racing como local con goles de Miranda (PT 2m) y Santana (ST 48m) y metió a San Martín en la zona roja. Los de Zubeldía, que sufrieron la roja de Villar (ST 40m), tuvieron una muy pálida y preocupante actuación.
La diferencia en el historial ahora es de 22 partidos a favor del Diablo.
Independiente se impuso por 2-0 sobre Racing en el estadio Libertadores de América y consiguió lo que tanto añoraba: salir momentáneamente de la zona de descenso. A su vez, estiró a 22 partidos la diferencia en el historial contra su acérrimo rival en el clásico de Avellaneda.
La concentración de los protagonistas tuvo diferencias que se visualizaron desde el pitazo inicial de Abal. El Rojo apretó en la salida de Racing y encontró el premio a los dos minutos. Fredes le robó la pelota a Camoranesi de manera polémica, llegó el rebote en Ortiz y Miranda sacó un bombazo desde fuera del área para desatar el festejo local.
Luego del tanto, Independiente mantuvo su presión en todos los sectores del campo y explotó las espaldas de los laterales, Lluy y García. La conducción de Montenegro le dio vuelo creativo al Rojo, que justificó la ventaja. Por su parte, la Academia no encontró respuestas desde su 4-4-2 y sólo inquietó a los 23 con un tiro de Lluy que dio en el palo.
En el complemento, la temática no se alteró. Independiente dejó atrás las inseguridades que habitualmente lo persiguen y defendió el triunfo con solvencia. También lo ayudó mucho la tibieza anímica y futbolística del visitante, que tuvo a Vietto como único faro.
A los 40, el ingresado Villar vio la roja por una plancha contra Vargas, figura junto al Rolfi. El final fue ideal para el delirio del Diablo: Caicedo asistió a Santana y el 2-0 quedó consumado. Fiesta en la mitad roja de Avellaneda.
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Independiente se impuso por 2-0 sobre Racing en el estadio Libertadores de América y consiguió lo que tanto añoraba: salir momentáneamente de la zona de descenso. A su vez, estiró a 22 partidos la diferencia en el historial contra su acérrimo rival en el clásico de Avellaneda.
La concentración de los protagonistas tuvo diferencias que se visualizaron desde el pitazo inicial de Abal. El Rojo apretó en la salida de Racing y encontró el premio a los dos minutos. Fredes le robó la pelota a Camoranesi de manera polémica, llegó el rebote en Ortiz y Miranda sacó un bombazo desde fuera del área para desatar el festejo local.
Luego del tanto, Independiente mantuvo su presión en todos los sectores del campo y explotó las espaldas de los laterales, Lluy y García. La conducción de Montenegro le dio vuelo creativo al Rojo, que justificó la ventaja. Por su parte, la Academia no encontró respuestas desde su 4-4-2 y sólo inquietó a los 23 con un tiro de Lluy que dio en el palo.
En el complemento, la temática no se alteró. Independiente dejó atrás las inseguridades que habitualmente lo persiguen y defendió el triunfo con solvencia. También lo ayudó mucho la tibieza anímica y futbolística del visitante, que tuvo a Vietto como único faro.
A los 40, el ingresado Villar vio la roja por una plancha contra Vargas, figura junto al Rolfi. El final fue ideal para el delirio del Diablo: Caicedo asistió a Santana y el 2-0 quedó consumado. Fiesta en la mitad roja de Avellaneda.
Domingo, 24 de febrero de 2013