Daniel Passarella habló poco y contó que la decisión del alejamiento de Almeyda fue consensuada. “Voy a ir a la tarde al entrenamiento en Ezeiza y hablamos allá”, repitió tres veces desde su auto en San Isidro.
“Me van a romper el auto”. Esa fue la primera frase que largó Daniel Alberto Passarella al salir de su casa y luego de mantener una reunión “en bueno términos” con Matías Almeyda, en la cual definieron la salida del Pelado. El revuelo que generó la noticia llevó a los periodistas en masa a hacer custodia y el Kaiser se preocupó por su auto. Ni siquiera bajó, solo descendió el vidrio. Y entre tantas preguntas, el presidente pudo tirar: “Fue una medida conjunta”.
Un par de meses atrás, frente a los rumores que se habían levantado en torno a la renuncia de Almeyda previo clásico con Racing, Passarella se reunió con el técnico en el vestuario y luego dio una "conferencia" de prensa. En ella había asegurado: "Almeyda merece más oportunidades. Se las ganó. No nos olvidemos que tomó la conducción en un momento muy difícil. Era un fierro caliente River". En 70 días todo cambió.
En la reunión que se produjo en Lomas de San isidro estuvieron Passarella, Almeyda, el resto del cuerpo técnico y otros dirigentes, como el vice Diego Turnes, quién salió junto al presidente. La idea del Kaiser es dejar en claro que la decisión fue tomada en consenso y no como un capricho. “Voy a ir a la tarde al entrenamiento en Ezeiza y hablamos allá”, agregó. “Voy a ir a Ezeiza a la tarde, voy a ir allá”, repitió, con voz más fuerte. “Hablamos a la tarde”, cerró. Nada. A esperar. Pero la frase del comienzo no salió de casualidad…
Miércoles, 28 de noviembre de 2012