En sólo una semana se tomó conocimiento de al menos ocho incidentes en los que menores, jugando o cerca de sus respectivas escuelas, habrían sido interceptado por presuntos secuestradores. Hay sospechas sobre policías exonerados. Aún no hay detenidos.


Tal como lo adelantara época en su edición del miércoles, es la primera vez que funcionarios provinciales admiten que existen varias denuncias por “intentos de raptos a menores” en la capital correntina, lo que los mantiene en “alerta”. Así lo reconoció ayer el subsecretario de seguridad de la provincia, Guillermo Weyler, quien dijo además que “hay al menos tres vehículos distintos que aparecen en escena, en casi todos los hechos, por lo que estaría tratándose de una posible banda”.
Un dato que disparó el alerta es que sólo en una semana, la Policía tomó conocimiento de al menos siete u ocho casos, con protagonistas y víctimas que mencionaban la presencia de los vehículos con sujetos sacando fotos y hasta los cinco intentos claros de rapto, uno de una alumna de la Escuela Ferré, otra niña de la Escuela Soler, la de la dos adolescentes en inmediaciones de la escuela 345 y el miércoles por la noche cerca de las 21:30 en cercanías del barrio Galván, otra niña de 11 años logró escapar de sus captores cuando intentaron levantarla en un automóvil con al menos tres ocupantes.
Este último hecho reveló además un dato bastante esclarecedor, ya que todos los testigos dieron las características y hasta incluso la patente del vehículo en el que intentaron raptar a la niña, un Renault Clio gris, aunque el código alfanumérico de la patente pertenecía a un Chevrolet Corsa, con lo que demuestra que se trata de una banda que, por lo menos, tiene conocimiento de cómo desorientar a la Policía en caso de que se los persiga.
Ayer por la mañana el funcionario fue más que contundente en aclarar: “Se cuenta con información concreta de vehículos con ciertas características que fueron vistos y denunciados al 911. Pedimos a la comunidad que denuncie los casos para poder actuar en consecuencia, sino no se puede hacer mucho”.
Weyler se refirió específicamente a por lo menos dos automóviles y una camioneta que los testigos aseguran haber visto, en cada uno de los escenarios denunciados a través del 911. Los automóviles son de colores negro y gris con vidrios polarizados, mientras que la camioneta sería de color claro. El funcionario aclaró que se están realizando patrullajes constantes porque “existen denuncias sobre hechos concretos”. En el caso del barrio Laguna Seca, es la primera vez que intentarían “levantar” a dos menores a la vez, en un mismo vehículo, por lo que todo está sujeto a investigación.

¿Menores en peligro?
Los reiterados hechos de intentos de rapto de menores dispararon una psicosis social tremenda. “Ahora se ven más padres acompañando a sus hijos a la escuela”, dijo una docente, o controlándolos mientras juegan en la calle.
La idea instalada es que los menores están en peligro ante el acecho de desconocidos que los quieren “secuestrar”. Rápidamente se pensó en una posible red de trata de personas operando en suelo correntino, algo que si bien no es noticia nueva estaba “dormida”, ya que los casos de menores desaparecidos en forma sospechosa eran sumamente esporádicos, hasta ahora.
Pero la propia Policía también baraja otras hipótesis, que si bien merecen toda la atención necesaria, no apuntaría a una red de secuestradores de niños, sino a un posible grupo de ex policías exonerados de la Fuerza por hechos criminales o de corrupción que podrían estar implicados en algunos de estos incidentes.
Lo que pareciera estar desprendido de un libreto de cine policial negro, surge de datos concretos que arroja cada uno de los incidentes, así como también del “modus operandi” de los atacantes; de los vehículos que aparecen en las escenas, de las patentes “cruzadas” o petenecientes a otros vehículos, de otra marca y otro modelo. Pero principalmente, que todos los hechos terminan en un “intento de rapto” y, afortunadamente, ninguno se concretó.
Para algunos jefe policiales, esto apuntaría a que la banda intentaría o apuntaría a sembrar el caos o la psicosis colectiva de un brote de potenciales secuestro de niños, poniendo en el ojo de la tormenta a la Policía y, claramente, la poca preparación que se tiene en este tipo de temas, como sucedió en el rapto de Christian Schaerer en 2001, ya que pese a tantos hechos, no hay siquiera un detenido.


Viernes, 3 de agosto de 2012