El padre de la modelo, Lionel Ferreira, habló en un programa paraguayo y la panelista tuvo su derecho a réplica en Desayuno Americano. Y no pudo contener la bronca...
uizá sin desearlo, Dallys Ferreira fue la protagonista del programa en el que día a día es panelista. Desayuno Americano se convirtió en el lugar propicio para que ella, sorpresivamente, revele su drama familiar.
El viernes pasado, la modelo había contado que fue criada solamente por su madre, quien tenía sólo 17 años cuando quedó embarazada de ella. Por ello, casi fueron "creciendo juntas", vivieron penurias económicas y tuvo una casi nula relación con su "progenitor" (tal como ella llama a su padre biológico).
"Me llevaban a la casa de mis abuelos paternos y mi hermana más chiquita, hija de otra relación de mi progenitor, me decía 'vos no sos de la familia', así que le pedí a mi mamá que no me lleve más ahí a los ocho años", había revelado Dallys, visiblemente angustiada.
Estas palabras tuvieron mucha repercusión en Paraguay. Por esto, Lionel Ferreira, padre de la modelo y zapatero de profesión, se comunicó telefónicamente con un programa de aquel país. “La vi la última vez en diciembre del año pasado…”, dijo el señor, y declaró que nunca entendió por qué Dallys no le habla, adjudicándole a ella responsabilidad en la distancia.
Ante esta declaración, la panelista tuvo su derecho a réplica en el programa matutino de América, y nuevamente se refirió a su padre con mucho dolor.
“Estoy muy indignada. Primero que me parece un caradura. La última vez que lo vi fue hace 2 años cuando conté que había ido a visitar a mi bisabuela. Es mentira que nos vimos a fines del año pasado”, dijo la modelo paraguaya.
Luego, Dallys le dedicó unas palabras a su padre, mirando directamente la cámara: “Soy totalmente indiferente. No puedo tener ningún sentimiento hacia vos porque nunca exististe. Nunca estuviste". Y sumó: "Cuando lo vi lo saludé porque soy una persona educada, pero nada más".
Por último, cerró la puerta a un acercamiento: “Tuvo 27 años para acercarse. Cuando mi mamá lo llamó y atendió, no me saludó para mis 15 años. Ahí tendría que haberme hablado, no ahora. Es un caradura. Si quería hablar, me hubiese llamado a mí. ¿Para qué llama a un programa?”.
Viernes, 20 de julio de 2012
