Problemente, esta noche, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, se levantará de su cama y una vez más se acercará preocupado a la cuna de su beba Antonia, pero esta vez será por la posibilidad de que su hija esté usando ropas confeccionadas por bolivianos ilegales.



Es que Cheeky, la marca de ropa infantil propiedad de la familia de su esposa, Juliana Awada, fue denunciada una vez más por reducción a la servidumbre, evasión fiscal, violación a la ley de migraciones y violación a la ley de trabajo a domicilio, por la Fundación anti esclavista La Alameda.

“Hace pocos días un costurero ingresó con cámara oculta a un taller clandestino con cama adentro donde 13 personas eran sometidas a la servidumbre y el hacinamiento. El taller clandestino, ubicado en la calle Hubac 5673 en el barrio de Mataderos hace tres años que trabaja exclusivamente para la firma Cheeky que actualmente dirige Juliana Awada”, señala un comunicado de La Alameda.

Asimismo, la organización señaló que varios de los costureros están “en situación migratoria irregular o sea sin documentación” y trabajan “en extenuantes jornadas de 7 a 22 hs por la miserable suma de $ 1800”.

Gustavo Vera, presidente de La Alameda, explicó a El Sensacional que tras la denuncia radicada ayer en el juzgado Nº 9, a cargo de el juez Sergio Torres, solo queda esperar la decisión del magistrado, que en 2007 actuó en una causa en la que procesó a un tallerista por trabajo esclavo, pero también al fabricante y, además, exigió que las maquinarias secuestradas fueran al INTI.

En ese sentido, Vera señaló que “si Torres replica ese fallo, va a haber una coherencia lógica con respecto a la ley y a la propia jurisprudencia que sentó, pero, de no ser así, eso va a explicar que la ley solo se aplica a los perejiles”.

En respuesta a la denuncia, Cheeky emitió un comunicado, según consignó el diario Perfil que es el único medio donde se halla dicho texto, que no se encuentra ni siquiera en la página oficial de la empresa.


De acuerdo con el comunicado "Respecto de la denuncia realizada por La Alameda el día 11 de julio, CHEEK S.A informa que la empresa, de acuerdo a su procedimiento habitual, ha resuelto suspender inmediatamente la relación comercial con este taller hasta tanto se esclarezca su situación", por lo que, de ser así, está admitiendo haber mantenido una relación comercial con el taller denunciado.

El texto de descargo señala, también, que "La señora Juliana Awada nunca integró la empresa", aunque en una entrevista que le realizó el diario La Nación en abril de este año se identifica de la siguiente manera a Awada: "Empresaria, trabaja en la compañía familiar que, además de la marca de ropa que lleva su apellido, desarrolla también Cheeky y Como quieres que te quiera".

CÓMO VIVEN LOS ESCLAVOS

La cámara oculta presentada por La Alameda explicita que los costureros están encerrados en un lugar precario. El informe realizado por la entidad asevera que “para ir a hacer un simple mandado a la calle y traspasar la puerta de hierro, deben dejar siempre sus pertenencias como garantía de que no se escaparán”.

Asimismo, “el propio costurero que hizo la cámara oculta, tuvo que dejar su bolso para poder salir con la excusa de buscar una farmacia. Los costureros están hacinados en cuartos muy pequeños con cama cuchetas. Y en esas mismas camas cuchetas deben comer, ya que carecen de mesas y sillas como puede verse claramente en la cámara oculta”.

Quizás, lo más grave del asunto sea que “los niños de varios de esos costureros también están sometidos al encierro”.

Viernes, 13 de julio de 2012