Como sociedad debemos preguntarnos si en realidad podemos decir que “se hizo justicia”. JOSE AURO SILVA, al momento de su muerte tenía 15 años de edad.
El matrimonio constituido por FERNANDO RAMÓN OJEDA e IRIS LETICIA SILVA convivió durante 15 años en la ciudad de Esquina, Corrientes. Tuvieron tres hijos de 12, 10 y 8 años, respectivamente. JOSE AURO SILVA era hijo de IRIS, producto de una relación anterior.
OJEDA siempre fue agresivo con su familia; nunca aceptó a JOSE AURO como un integrante más de la familia, y menos como hijastro, cuestión por lo cual hacia principios de mayo del año 2011, OJEDA se retiró del hogar ya que la relación se tornaba insostenible.
El pasado 18 de junio del año 2011 OJEDA tomó dos revólveres , un cuchillo y fue directo a matar a IRIS, a quien le aplicó cuatro disparos. Porque DIOS no quiso, hoy IRIS está con nosotros. Sin embargo, JOSE AURO no tuvo la misma suerte que su madre, porque OJEDA luego de dispararle dos balazos certeros con arma de fuego –uno de ellos a quemarropa-, murió de manera instantánea.
Los días 27 y 28 de junio pasado, el Tribunal Oral Penal de Goya, encontró culpable a OJEDA por los delitos de HOMICIDIO SIMPLE Y HOMICIDIO SIMPLE EN GRADO DE TENTATIVA AGRAVADO POR EL USO DE ARMA DE FUEGO EN CONCURSO REAL, condenándolo a 30 años de prisión de cumplimiento efectivo; condena que deberá cumplir en la ciudad de Corrientes Capital.
El Apoyo Jurídico y acompañamiento a las víctimas que brindó la Red Infancia Robada de Goya hasta lograr justicia por el crimen, continúa disponible para ofrecer contención a la familia víctima del mismo.
Como sociedad debemos preguntarnos si en realidad podemos decir que “se hizo justicia”. JOSE AURO SILVA, al momento de su muerte tenía 15 años de edad.
¿Se compensa una incomprensible muerte de un niño indefenso con 20, 30 o 50 años de prisión para el criminal que lo mató sin causa alguna?¿Qué derecho tenía OJEDA para quitar la vida de una criatura inocente, dejando trunco el proyecto de vida del adolescente, que según lo describieron sus compañeros que lo conocían desde niño, era “un chico feliz.”?
Ninguna pena por dura que sea puede compensar la muerte de una persona. ¿Será que estamos preparados para vivir en sociedad? La respuesta que se avecina es un NO ROTUNDO.
Roguemos a DIOS que otorgue el descanso en paz que se merece JOSE AURO SILVA . A sus familiares, amigos, compañeros y a quienes lo querían mucho, que DIOS les de resignación.
Miércoles, 4 de julio de 2012