Cecilia, Dana y Cristal alcanzaron un peso ideal y desde el jueves fueron dadas de alta. Las niñas se encuentran bajo el cuidado de su madre y abuela en el barrio Serantes.





Sandra, la mamá, recibió ayer a El Litoral y manifestó su sueño de brindarle a sus hijas un techo digno y educación. Las nenas nacieron en el Hospital Llano el 17 de abril.

Por calle Miami al 3700, tres árboles de mango brindaban sombra a un patio de tierra, en cuyo interior se erigían los cimientos y paredes de una casa de un solo ambiente a medio construir. Le faltaba techo, ventanas y puertas. Detrás de la estructura, en una pieza, compartiendo espacio entre cachivaches y electrodomésticos, dormían Cecilia, Dana y Cristal, las trillizas del Llano.
Las voces parecían interrumpir el sueño de la más grande, Cecilia, quien nació con 2,4 kilos y fue la primera en ser derivada a sala común por su pronta recuperación. Sobre una cama de dos plazas, Dana y Cristal se acompañaban entre la somnolienta respiración de los recién nacidos y mantitas para cubrirse del inesperado fresco otoñal. Ambas son gemelas ya que se gestaron en su saco distinto a la mayor. Son más pequeñas de contextura. Una nació con 1,730 kilos y alcanzó los 2,150 kilos hace semanas. La más pequeña pesaba 1,540 kilos en el momento del alumbramiento y el jueves logró los dos kilos.
De este modo, la mamá pudo salir con sus hijas del Hospital Llano. "Cristal es más despierta para alimentarse", contó Sandra Barrios, la orgullosa madre de las tres nenas y de un varón de 7 años, Uriel, quien ya está acostumbrado a cargar a sus hermanas.
Sandra había perdido un embarazo antes de las trillizas. A los tres meses de gestación la mujer de 30 años temía por un nuevo integrante en la familia. "Entré a la capilla del Llano y le pedí a Dios y a Jesús que todo salga bien", recordó la mamá. "Me acuerdo que hice la ecografía y me miraron raro y entonces pensé: Dios mío que no sea nada malo, y luego me dijeron que eran tres", relató.
La noticia cayó por sorpresa. Quizás una línea genética por parte del padre. Y madre y abuela se pusieron en campaña para recibir a las nenas en las mejores condiciones posibles. Aunque el sexo lo supieron a los cinco meses.
Las niñas nacieron con 35 semanas de gestación. Ayudan en el cuidado su abuela Julia de 51 años y su hermana Natalia de 21 quien estudia en la Escuela de Policía. Cristal, la más pequeña, deberá someterse a una operación para implantarle un pulgar, según contó la mamá. El próximo lunes irán a control médico y aún continúa bajo monitoreo el corazón de la más chica.
La vida con las trillizas demanda el uso semanal de cinco paquetes de pañales de 40 unidades y una lata de leche especial para bebé de 800 gramos. El pasado jueves, Sandra recibió la visita del vicegobernador de la Provincia, Pedro Braillard Poccard, quien donó maderas y órdenes de compra para la construcción de una casilla.
La madre contó que tiene un terreno para edificar pero que aún faltan materiales. "Sueño poder darle todo lo que pueda a mis hijos y que estemos unidos como familia y que estudien mucho", manifestó la madre, mientras Uriel, contó que asiste a la Escuela N° 444 y su abuela Julia ya planificaba que los hermanos deberían acompañarse para concurrir a clases.


Sábado, 2 de junio de 2012