¿Highlander? Algo parecido. El galés Malcolm Lawrence, de 67 años,
debió abandonar toda actividad física por recomendación médica,
después de que sufriera 12 (sí, ¡12!) ataques al corazón, los cuales
lo tuvieron al borde la muerte.
Pero a pesar del consejo médico, Malcolm no se quería quedar con las ganas de “hacerle un hijo” a Ann-Marie, su pareja, una joven de 31 años, quien ante su deseo decidió someterse a la fertilización in vitro.
Lawrence declaró que "he demostrado que superé todo mal, dándole a mi esposa lo que ella siempre ha querido, un hijo propio. Fue un verdadero shock, eso es lo que puedo decir". ¿Un valiente?
Ahora la pareja está tan feliz con la llegada de la pequeña Cerys May, quien pesó poco más de 3 kilos y está perfecta de salud, que ya contemplan la posibilidad de darle un hermanito en un futuro cercano. Ningún corazón con agujeritos.
Jueves, 12 de abril de 2012