Los allegados a las víctimas del derrumbe ocurrido hace una semana en nuestra capital marcharon hasta el lugar donde están detenidos los hermanos Mayer y el ingeniero Bruquetas.

Enrique Zarabozo, dueño de la casa lindante al edificio siniestrado, participó del reclamo junto a su abogada que realizó declaraciones polémicas.
Luego de la ceremonia religiosa, realizada en San Martín al 600, familiares y amigos de los ocho obreros fallecidos en el derrumbe ocurrido hace una semana, se trasladaron hasta la Comisaría Primera, ubicada por calle Tucumán al 1000, a pocos metros del lugar de la tragedia.

Un nutrido grupo de personas llegó pasadas las 14 horas a la dependencia policial, e hizo oír su reclamo con bocinazos, algunos bombos, y al grito de “Justicia”. Hermanas, esposas, hijos y amigos de los obreros muertos, portaban carteles y llevaban puestas remeras con sus rostros y sus nombres.

En diálogo con diarioepoca.com Silvio, tío de una de las víctimas, expresó que el dolor los motivó a acercarse al lugar “pedimos justicia de esta manera, queremos que alguien nos dé una respuesta por nuestros familiares muertos hace una semana” indicó.

Dos policías custodiaron el frente, y otro grupo permaneció apostado en el garaje de la institución, para evitar excesos. Pese al dolor y enojo de los presentes, la marcha transcurrió con normalidad y tras permanecer media hora frente a la dependencia policial, se desconcentraron.

DECLARACIONES POLEMICAS
Enrique Zarabozo, propietario de la casa lindante al edificio siniestrado y en cuyo patio cayeron algunos de los trabajadores, acompañó la marcha junto a su abogada Laura Olivera, quien realizó manifestaciones polémicas frente a la institución policial.

Olivera aseguró que Mayer, uno de los detenidos en la causa, “es un sinvergüenza” y pidió a los amigos de los obreros que monten guardia frente a la comisaría “a la noche estos sinvergüenzas salen, los buscan en un auto y se van a dormir en su casa, hagan una carpa para que no salgan” pidió la mujer.

Ante la mirada de los familiares de las víctimas, la mujer expresó de manera vehemente “me voy a encargar que se pudran en la cárcel estos asesinos”, los jóvenes acompañaron con palmas y gritos, otros optaron por permanecer en silencio y llorar, alejados del bullicio.

En la Comisaría Primera permanecen detenidos, William Mayer (escribano y accionista del Fideicomiso San Martín 652), Marcelo Mayer (arquitecto que dirigía la obra) y Walter Bruquetas (propietario de la empresa a cargo de la edificación).


Viernes, 30 de marzo de 2012