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El “rulo” de los exportadores: adelantaron los dólares a un costo muy alto para los productores
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Jueves, 25 de septiembre de 2025

Volaron las declaraciones juradas de exportación y en solo tres días comprometieron US$ 7.000 millones, que estabilizaron el frente financiero.

Para salir del paso, al ministro Caputo se le ocurrió gastar una bala que algunos consideran de plata. Recurrir a las exportadoras de granos con un incentivo que indicó la urgencia de la hora tras una semana en la que se habían dilapidado US$ 1.100 millones para sostener el tipo de cambio.

Así bajaron a cero las retenciones, y en tres días aparecieron lo que se habían propuesto: US$ 7.000 millones y el mercado calmó su ansiedad al bajar la presión y el precio de la divisa.

En la intensidad de estos días, apareció además la queja explicita de los productores de soja de EE.UU. señalando que Trump estaba apoyando a Argentina para que venda soja barata a China. Y se hizo sentir el tweet del secretario del Tesoro, Scott Bessent, dando a entender que había que reimplantar las retenciones. Toda una novedad.

Curiosamente, el último miércoles en un horario muy poco habitual para la ex Afip, actual Arca, se informó que el objetivo se había alcanzado y regresaban las retenciones. Siempre el mismo vértigo.

El mecanismo no fue novedoso: lo utilizaron casi todos los ministros de Economía cuando faltaban dólares, aunque nunca con la baja a cero de las retenciones que implican un agujero fiscal entre US$ 1.100 millones a US$ 1.400 millones según a quién se consulte.

Eso sí les dieron a las cerealeras, que se precipitaron a lograr las declaraciones juradas de exportación, un parking acotado para que en apenas tres días, en vez de los 15 habituales, aparezcan los dólares en la cuenta del Banco Central.

El secretario del Tesoro estadounidense, Scott BessentEl secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent
En la naturaleza propia del comercio de granos, las cerealeras que son pocas y las mismas en casi todo el mundo, tienen facilidad para conseguir los dólares con el compromiso de entregar después los granos. Y es lo que hicieron.

Algunas ya tenían los granos porque muchas veces los productores se los entregan con el llamado “precio a fijar”. Otras se jugaron sin contar con la mercadería.

Esta vez hubo de todo. Cerealeras que quedaron como se conoce en la jerga como “long” de declaraciones, es decir traen los dólares pero no tienen aún la mercadería. Otras con los granos en su poder, ya que el Gobierno les permitió “rollear” las declaraciones y aquellas que aún no habían concretado los embarques podían hacerlo ahora con las retenciones a cero, con mercadería que habían comprado en el caso de la soja con un 26% de descuento por las retenciones.

Eso implicó para muchas de esta compañías un margen muy importante si se tiene en cuenta que el negocio de la exportación es más de oportunidad que de ganancias que suelen ser estrechas. “Fue un beneficio inimaginable”, confesó un ex CEO de una de estas compañías suplicando el off the record.

De cualquier manera ahora las cerealeras entregan los dólares al Banco Central y recibirán pesos y con esos pesos es muy probable que en vez de salir apresuradamente a hacerse de la “originación” o compra de los granos, para las que aún no los tienen, se coloquen en títulos u otros instrumentos financieros y vayan comprando en función de los embarques comprometidos, que pueden estirarse desde los 30 a los 360 días.

Una de las terminales de Cargill en RosarioUna de las terminales de Cargill en Rosario
El tema es que con el regreso de las retenciones, las cerealeras comprarán los granos con fuertes descuentos. Es lo que reprochan a gritos ahora los productores con Nicolás Pino, el presidente de la Sociedad Rural y amigo de Javier Milei.

El enojo crece porque aún esos tres días en los que no rigieron las retenciones, el precio de la soja en el mercado local que debiera haber reflejado la cotización internacional de Chicago, no solo no lo hizo sino que arrancó en US$ 360 la tonelada cuando allá rondaba US$ 374 y además fue descendiendo a los US$ 350.

Se suele señalar que en el caso del campo, el poder de fuerza de los productores es escaso frente a sus compradores ya que en número hay unos 300.000 establecimientos frente a las cinco hermanas, como se llama a las cerealeras que están en el mundo y entre nosotros.

La planta de COFCO La planta de COFCO
En la cima del ranking global se encentra Bunge que unida Viterra, la ex Glencore comercializa en el globo 233 millones de toneladas, casi el doble de toda la cosecha argentina. Bunge es la ex Bunge y Born, nacida en el país y ahora estadounidense. En esa lista siguen las también estadounidenses ADM y Cargill. De China irrumpió Cofco que mueve 132 millones de toneladas. La centenaria y suiza Louis Dreyfus es la última de la lista con un nada desdeñable volumen de 95 millones de toneladas.

En cuanto a lo que se declaró en estos días en Argentina, Dreyfus se llevó las palmas con casi 3.546.000 toneladas, Cargill anotó 3,5 millón, Bunge 2,6 millón, la local Aceitera General Deheza de la familia Urquía, 2,5 millón y Cofco, 1,8 millón.


Jueves, 25 de septiembre de 2025

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