El flamante defensor de Racing dio detalles de su salida del Xeneize.
Reconoció una discusión con el DT en el Mundial de Clubes.
Y contó cómo fue su última charla con Juan Román Riquelme.

Marcos Rojo llegó a Racing y se metió en el equipo en tiempo récord. A cuatro días de su salida de Boca se puso la camiseta con la inicial de su apellido y debutó contra Peñarol en el partido de ida por los octavos de final de la Copa Libertadores, en Montevideo. Una semana después, el pasado martes, fue titular en el duelo de vuelta, en el Cilindro de Avellaneda: esa noche metió un gol que le anularon, pidió el cambio por una molestia y lo echaron estando en el banco de suplentes. Luego festejó el pase a cuartos de final, donde la Academia se medirá con Vélez.

En una de sus primeras entrevistas desde su llegada a Racing, charlando con ESPN, Marcos sorprendió al hablar con total sinceridad sobre el conflicto que terminó de definir su salida del club xeneize, que se dio tras una discusión con Miguel Ángel Russo. También habló del papel que jugó Juan Román Riquelme. Y confesó que su nueva aventura en la Academia tiene sabor a revancha.

"¿Por qué me fui de Boca? Todo empezó en el partido contra Independiente, que me sentí mal. Al otro día me entrené pero (Mariano) Herrón me sacó, dijeron un montón de barbaridades, muchas mentiras", comenzó diciendo Marcos, recordando el partido de cuartos de final del Torneo Apertura en el que el club de La Ribera quedó eliminado. El zaguero venía de ser figura en una pobrísima actuación del equipo ante Lanús, que se cerró con clasificación por penales, pero estuvo ausente ante el Rojo: trascendió que sufría una molestia física pero desde Ezeiza filtraban que el motivo eran problemas de indiscipilina y mal clima en el vestuario.

Marcos sabe que esos días marcaron un antes y un después a sus cuatro años y medio en la institución que preside Juan Román Riquelme: "Mi hija es fanática de Boca y entiende todo, me hicieron cargo de muchas cosas que no fueron así. Con Herrón discutimos por cosas de fútbol, nada más. Ahí tuvimos unos días libres antes del Mundial de Clubes y se empezaron a decir un montón de cosas, yo pensé que iba a jugar allá (en el Mundial)", relató. Se decía que el cortocircuito más grande era con Riquelme.

"Un día lo crucé a Román en la cancha, me acerqué. Tenía confianza con él para preguntarle si tenía algún problema conmigo, y me dijo que no, que había confianza y que no pasaba nada, que si tenía algo para decirme me lo decía y yo le dije lo mismo. Así que seguimos bien, llegó Miguel (Russo) y viajamos a Estados Unidos", siguió Rojo.

La estadía de Boca en Miami comenzó con una duda y una confirmación de último momento. Ayrton Costa pudo obtener su visa para ingresar a territorio estadounidense y se sumó a la concentración en Fort Lauderdale poco antes del debut contra Benfica. El exdefensor de Independiente llegaba para ocupar el puesto que venía siendo de Rojo.

"Ahí llegó Ayrton y Miguel me dijo que iba a ser suplente, que no me iba a tener en cuenta", blanqueó Rojo. Y después tuvo que tomar un trago de agua para seguir hablando, se lo vio todavía afectado: "Es duro lo que me dijo, no me lo esperaba. Me dijo que no tenía la edad y que no podía jugar a ese nivel. Le dije que lo aceptaba y no pasaba nada pero que cuando llegaba a la Argentina iba a buscar otro lugar, y quedó todo ahí".

Hasta ahí, una cuestión entre el técnico y el jugador: lo peor llegó después. Rojo confesó que se peleó con el DT en la previa del tercer partido en el certamen, contra Auckland City, cuando no se sintió en condiciones de jugar y Miguel no se lo perdonó.

"Pasó el primer partido (frente a Benfica) y contra el Bayern estaba sentido Ayrton... Ahí Miguel me preguntó si podía jugar, y le dije que sí, pero no terminé jugando. Después contra Auckland sí parecía que me iban a poner pero yo estaba medio sentido y les dije que prefería no arriesgar. Ahí Miguel se enojó y tuvimos una discusión, me di cuenta de que no iba a jugar más y lo hablé con los chicos del Consejo de Fútbol para arreglar mi salida", terminó diciendo Rojo, que llegó a Racing en busca de revancha.

"Quiero demostrar que estoy vigente", manifestó varias veces Marcos, quien también planteó que no es tiempo de hablar sino de expresarse dentro de la cancha.

Marcos Rojo y su nueva vida con Racing
"El cariño de la gente lo sentí desde el primer momento", contó Marcos sobre la gente de Racing, en medio de estos días vertiginosos en los que aceptó el desafío propuesto por Gustavo Costas y Diego Milito. Es uno de esos jugadores que los hinchas quieren en su equipo. "Al día siguiente de firmar fui a verlo contra Tigre y me decían eso, los mismos que me puteaban me pedían fotos", contó entre risas el ex defensor de la Selección Argentina, que sólo está habilitado para jugar por la Libertadores o Copa Argentina.

Una de las primeras cosas de las que habló Rojo fue de la expulsión contra Peñarol, que lo dejará al menos fuera de la ida ante el Fortín. "El árbitro Wimar Roldán estaba mal predispuesto, no lo insulté en ningún momento. Gustavo (Costas) estaba cerca mío y escuchó todo. Cuando me sacó la tarjeta amarilla me di vuelta y ahí insulté, camino al banco, pero no le dije nada a él", se defendió Marcos, sorprendido y con bronca.

El futbolista surgido en Estudiantes de La Plata confía en que la Academia llegará lejos: "Racing es candidato a campeón, apenas llegué me di cuenta de la intensidad que tienen y cómo quieren ganar esta copa. Es un lindo desafío que tenemos todos. Ahora se viene un duelo muy difícil con Vélez, puede pasar cualquier cosa".

Viernes, 22 de agosto de 2025