El italiano, que arrastraba un malestar desde el domingo, aguantó apenas 23 minutos en cancha y se retiró cuando Alcaraz estaba 5-0 arriba en el marcador.
Por la manera en la que venían jugando y por las batallas que habían protagonizado este año, sobre todo aquella épica en la final de Roland Garros, había una expectativa enorme de cara a la final del Masters 1000 de Cincinnati entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz. Pero el partido que todos esperaban duró apenas 23 minutos. El español, implacable, se aprovechó de un Sinner disminuido y sin energía -arrastraba un malestar desde el domingo y el fuerte calor de este lunes no lo ayudó- y se llevó el título del último torneo grande previo al US Open casi sin esfuerzo.
El marcador estaba 5-0 a favor del murciano cuando el italiano, tras una breve charla con los médicos en un descanso, decidió retirarse y le regaló el triunfo. Decepcionado, el número 1 se quedó con las ganas de defender su corona y cortó una racha de 26 victorias consecutivas en canchas duras (no perdía desde la final de Beijing 2024, también ante Alcaraz). Y el español tuvo revancha de la derrota que le había propinado Jannik en el duelo decisivo de Wimbledon hace 36 días. Aunque su venganza no fue dulce por cómo se dio el partido.
Es que quedó claro desde el primer minuto que Sinner no era el de siempre. Quien había llegado a la final sin ceder sets, salió a la cancha tenso y en los primeros games del encuentro estuvo errático, poco preciso con sus tiros y con demasiadas dudas con su primer saque. Y Alcaraz, mejor plantado, aprovechó para sacar una buena ventaja. Rápido de piernas y sólido con la devolución, el dos del ranking hilvanó dos quiebres y se puso 4-0.
Lejos de reaccionar, Sinner siguió equivocándose y no encontraba respuesta a lo que proponía su rival desde el otro lado de la red. Hasta se lo vio tomándose la zona del estómago, como sintiendo un malestar. Desconocido, lento y sin fuerzas, el de San Candido volvió a ceder su saque en un quinto game que cerró con una doble falta y quedó 0-5 abajo.
En el descanso antes del sexto game, tras una rápida charla con el médico y las autoridades del torneo, decidió retirarse. "No puedo moverme, siento que voy a colapsar", alcanzó a decir. Y solo le quedó energía para levantarse, darle la mano a Alcaraz y al umpire y pedir perdón al público, juntando las palmas de las manos.
Alcaraz gritó campeón en Cincinnati por primera vez. Foto Aaron Doster-Imagn ImagesAlcaraz gritó campeón en Cincinnati por primera vez. Foto Aaron Doster-Imagn Images
A la gente le dedicó también sus primeras palabras en una ceremonia de premiación con muy poco clima festivo.
"Normalmente empiezo con el rival, pero hoy tengo que empezar con ustedes", arrancó Jannik tras recibir el trofeo de subcampeón. "Siento muchísimo decepcionarlos. Ayer no me sentía muy bien. Pensé que mejoraría durante la noche. Pero empeoré. Intenté salir y jugar al menos un partido corto, pero no pude más. Sé que algunos quizá tenían que ir a trabajar o hacer algo más hoy, que es lunes, así que lo siento muchísimo".
Y continuó: "Carlos, felicidades. Otro título. No es como querías ganar, pero es increíble la temporada que estás haciendo".
"Como dijiste, Jannik, así no es como quiero ganar partidos ni un trofeo", le respondió Alcaraz al tomar el micrófono. "Lo siento. Sé y entiendo cómo te sentís ahora mismo. Pero como ya he dicho muchas, muchas veces, sos un verdadero campeón. Estoy seguro de que vas a volver mejor de esta situación, incluso más fuerte. Siempre lo hacés porque eso es lo que hacen los verdaderos campeones".
El murciano celebró con mesura. Escribió "Lo siento, Jannik" en el lente de la cámara. Se acercó a consolar al italiano en su banco, antes de la ceremonia. Y luego se sacó algunas fotos con su equipo y el trofeo. Pero no hubo ni puño apretado ni el grito de "¡¡¡Vamoooosss!!!", siempre presentes en sus consagraciones.
El triunfo igual valió un título, aunque haya sido en solo cinco games y ante un rival afectado físicamente. Fue el primero para él en Cincinnati, el octavo en un Masters 1000, el sexto del 2025 y el 22° de su carrera, para ampliar su récord como tenista nacido en los años 2000 más ganador.
"Simplemente quería ganar este torneo. En 2023 perdí la final y desde ese momento realmente quería levantar este trofeo", reconoció, recordando la definición de hace dos años en la que perdió con Novak Djokovic tras dejar pasar un match point.
El español estiró su racha ganadora a 17 victorias consecutivas en esta categoría, en la que su última caída fue en la segunda ronda de Miami, en marzo. Luego, hilvanó títulos en Montecarlo, Roma y ahora Cincinnati. Y ganó además su 54° partido de la temporada, para transformarse en el primer jugador en alcanzar esa marca en el año, antes del US Open, desde que lo hicieran Djokovic y Andy Murray en 2015 (con 56 cada uno).
Aunque el peso más importante de esta consagración es, probablemente, que le permitió acortar mucho la distancia con el italiano en el ranking mundial. Es que la diferencia entre ambos, que era de 3.440 puntos antes de este torneo, es ahora de 1.890. Y como en el "grande" estadounidense, Carlitos defenderá apenas 50 puntos y Jannik, vigente campeón, pondrá en juego 2.000, el español será el gran favorito a salir de Nueva York con el número 1 en su poder.
Swiatek y Paolini, por el título femenino
Iga Swiatek y Jasmine Paolini protagonizarán la final del WTA 1000 de Cincinnati, que se disputará no antes de las 19, después del choque entre Sinner y Alcaraz.
La polaca, tres del mundo y reciente campeona en Wimbledon, venció por 7-5 y 6-3 a la kazaja Elena Rybakina, 10ª de la clasificación de la WTA, tras dar vuelta una desventaja de 3-5 en el set inicial. Y jugará ahora por primera vez la instancia decisiva del certamen, tras caer en las dos ediciones anteriores en semis, en 2023 ante Coco Gauff y el año pasado frente a Aryna Sabalenka.
La polaca, ex número 1 del mundo y ganadora de seis Grand Slams, desplazará a Gauff del segundo escalón del ranking si levanta el trofeo en Cincinnati, lo que la dejaría muy bien parada de cara al US Open.
Paolini, número nueve de la WTA, doblegó con mucho trabajo este domingo a la rusa Veronika Kudermetova (36ª) por 6-3, 6 -7 (2-7) y 6-3; y también se metió por primera vez en la final del torneo.
La italiana estuvo muy cerca de cerrar el partido en el segundo set, en el que sacó con el marcador 5-4. La rusa le quebró el servicio y luego forzó el tercer capítulo, en el que Paolini finalmente selló la victoria.
Swiatek y Paolini se enfrentaron cinco veces, con pleno de victorias para la polaca. La última en junio, en las semifinales del WTA 500 de Bad Homburg.
Lunes, 18 de agosto de 2025