Maia Cabrera descubrió el deporte gracias a un profesor de la Técnica 2 de Garín y arrancó en los Juegos Evita. Ahora la convocaron desde la universidad norteamericana Central Methodist, potencia del deporte, para integrar un equipo y seguir una carr
Maia Cabrera vivió toda su vida en Garín, Escobar y hoy se lanza hacia Estados Unidos. A los 19 años tiene una trayectoria que abarca títulos nacionales, medallas internacionales y el reconocimiento de ser una de las mejores luchadoras de playa del mundo.
Descubrió la lucha casi por casualidad, cuando un profesor de educación física la invitó a competir en los Juegos Bonaerenses. Desde entonces, su vida dio un giro: dejó la escuela técnica para poder entrenar, viajó representando al país, convivió con lesiones y hoy se prepara para continuar su carrera en una universidad de Estados Unidos, con un sueño claro en mente: llegar a los Juegos Olímpicos.
Previo a su camino en la lucha, Maia practicó algunas artes marciales como taekwondo y judo. “Hacer estos deportes me ayudó un montón más que nada a entender lo que es el deporte de contacto, para más que nada sacarme el miedo de la competencia y el rose. Pero también me brindó un montón de cosas como la flexibilidad y la fuerza. Los dos deportes se complementaron mucho”, cuenta la luchadora
Cuando tenía 14 y estudiaba en la Escuela Técnica N°2, el profesor de educación física Diego Alcázar la convocó, junto a otras chicas, para participar en los Juegos Bonaerenses. Inicialmente compitieron en fútbol y handball. Ese mismo entrenador luego propuso que las chicas compitieran en lucha y Maia Cabrera con otras compañeras aceptaron.
“Tuvimos solo un día para entrenar antes de la competencia, entrenamos cuatro horas en el polideportivo Escobar, nos enseñó algunas caídas, algunas cosas básicas y al día siguiente, viajamos a Ezeiza. Ahí fue mi primer torneo que era para clasificar a los juegos Evita. Clasificaban las primeras tres y yo quedé cuarta en esa categoría, luchando con chicas que ya estaban hace mucho tiempo entrenando. Ese día un entrenador de Don Torcuato me vió y me invitó a entrenar en su club”, recuerda Maia.
Desde agosto de 2019 a diciembre entrenó en Don Torcuato para su primer nacional en Chaco. Compitiendo con otras luchadoras de todo el país, ganó el primer puesto en la categoría de 49 kg, y fue seleccionada para la selección nacional de lucha. Se capacitó con ellos para los Juegos Olímpicos de la Juventud hasta que la pandemia COVID-19 la obligó a ejercitarse virtualmente.
Una vez de nuevo en la presencialidad, en 2022, se preparó para un torneo clasificatorio para los Juegos Sudamericanos de la Juventud. Clasificó, compitió en 57 kg, y fue campeona nacional en esa categoría, ahí arrancó su carrera de forma internacional triunfando en Turquía y Singapur.
Durante todo este proceso, Maia también debía terminar el colegio secundario. Estudió en la Escuela Técnica N° 2 hasta cuarto año, donde debía cumplir con la asistencia y los tres turnos de jornada, por lo que no podía faltar mucho por competencias.
“Tuve que decidir entre dos cosas que eran el estudio, que me estaba yendo muy bien, y el deporte, que era una oportunidad única la de poder entrar en la selección, entonces tuve que decidir entre las dos y sí se me hizo bastante difícil, ya que si seguía a la escuela me hubiese me hubiese recibido técnica electromecánica. Al final fue más fuerte el deporte, pero también sabía que tenía la opción de terminar el secundario en otra escuela”, cuenta Maia.
También comparte lo importante que fue para ella el apoyo de sus seres queridos pero sobre todo de la propia escuela técnica que la ayudó a decidir, ya que si seguía allí, no podría continuar con el deporte, y si no seguía el deporte, tendría que dejar la escuela. Maia siempre sintió el acompañamiento de ambas partes.
Este año fue contactada por una universidad en Estados Unidos debido a su carrera deportiva y sus resultados. Planea mudarse en agosto para estudiar allí. Maia se muestra muy entusiasmada por esta oportunidad, ya que le permitirá mejorar mucho en su deporte, porque EE.UU. es una potencia en lucha. Su objetivo es llegar a los Juegos Olímpicos.
“De alguna manera mi deporte nunca me condicionó a nada, sino más bien me ayudó y me ayuda a abrir la mente, a saber que tenía muchas puertas para elegir, a saber cómo elegir y a tener más madurez. Al conocer más el mundo, de alguna manera las luchas me abrió mucho las puertas el de conocer el mundo en lo que sería el deporte y también lo personal. Mi deporte me permitió crecer como persona, quizás si hubiese seguido la vida normal, ir a la escuela y demás, eso sí me hubiera condicionado mucho”, concluye la luchadora.
Jueves, 3 de julio de 2025