Hace dos años, la arquera se metió de lleno en el mundo de la aviación, inspirada por su abuelo. Hace apenas unas semanas, logró recibirse.
Con un gran presente en San Lorenzo, encuentra similitudes entre atajar y pilotear.
A María Azul Muzio le gusta volar. Lo hace cada fin de semana bajo los tres palos de San Lorenzo, donde ataja desde enero de este año. Pero también lo hace en el aire: hace unas semanas, pilotea aviones sobre el cielo de Buenos Aires, un sueño que pudo cumplir gracias al apoyo de sus abuelos.
Aunque nació en Buenos Aires, Azul creció en Concordia, donde su familia se mudó cuando ella tenía apenas dos años. Desde chica, el fútbol la atrapó: a los cinco acompañaba a su papá al club de la ciudad y se ponía en el arco. A los 12, intentó sumarse a una escuelita de fútbol femenino, pero el proyecto duró poco y cerró a los tres meses.
Sin poder jugar a la pelota, se volcó al handball, donde incluso llegó a probarse para la Selección Argentina. Recién a los 19, el fútbol volvió a tocar su puerta: Brian Curbelo, entrenador de la escuelita, la llamó para sumarse a un equipo de la liga de Concordia. Luego, una prueba en Platense la arrimó a Primera División.
Cada tarde, Azul deja el buzo de arquera en el armario y se pone el traje de piloto. Hace dos años comenzó a estudiar aviación y, hace apenas unas semanas, logró recibirse. Antes de llegar a ese sueño, probó otros caminos: cursó diseño e incluso estuvo a punto de arrancar kinesiología, ya que las clases de vuelo eran muy caras y su familia no podía pagarlas. Todo cambió gracias a una charla con su abuelo Alejandro.
Cómo surgió tu deseo de ser piloto?
-Desde chica siempre que pasaba un avión, me quedaba mirando para arriba. Incluso me pasó cuando me fui a probar a Defensores que entrenaban en la UBA, que está al lado de Aeroparque. Pasaban los aviones y se me iba la cabeza mirando, había algo que me encantaba. Cuando venía de Concordia a visitar a mis abuelos, ellos me llevaban a Aeroparque. Yo les pedía ir a ver los aviones, pero nunca se me pasó por la cabeza la posibilidad de ser piloto. Lo veía imposible. De hecho, arranque otra carrera completamente distinta: diseño de imagen y sonido. Para ir a la facultad, me tomaba el 37 y pasaba todos los días por Aeroparque y te juro que me quería morir hasta que un día me puse a investigar. Se lo planteo a mi mamá y a mi papá, pero la carrera era cara y me dijeron que no.
-¿Cuántos años hiciste de Diseño?
-Hice todo el CBC y mitad del primer año y no me gustaba. Ahí consideré estudiar kinesiología porque mi abuelo es médico y está relacionado con el deporte, entonces no me parecía una mala opción. Cuando estoy por pagar la matrícula, justo ese día voy a almorzar a los de mi abuelo y le cuento que me voy a cambiar de carrera; y él me mira y me dice: “pero vos no tenés ni idea de lo que querés estudiar… cómo puede ser que pases de cosas tan distintas todo el tiempo”. Y le respondí; "No, la verdad es que yo sí sé que quiero estudiar. Yo quiero ser piloto". Me mira y me dice; "Estudiá piloto". Le cuento que ya lo hablé con mis padres. Entonces, ellos toman la decisión de pagarme la carrera. Ahí empecé a llorar, la llamé a mamá y le dije: "No voy a ser kinesióloga, voy a ser piloto".
-¿Cómo se llama tu abuelo?
-Se llama Alejandro, un genio. Ya tengo la licencia de piloto privado, porque aprobé el exámen, me fue bien. Ya soy piloto privado e hice mi primer vuelo ya como piloto oficial. Me fui con un amigo que también es piloto y que en su momento fue instructor mío a la isla Martín García a estrenar la licencia.
-¿Qué sentiste cuando te dieron la licencia?
-Una locura. Ahora el siguiente objetivo es llegar a las 25 horas de vuelo, que a partir de ahí te habilitan a llevar pasajeros porque lo quiero llevar a mi abuelo Alejandro. Porque cuando rendís y obtenés la licencia de piloto privado, las horas de vuelo vuelven a cero. Hay que sumar horas pero como piloto al mando. Entonces, ya tengo 1 hora y media, que es lo que volé el otro día, porque todas las horas anteriores las hice como alumna y no como piloto al mando.
-¿Cómo fue el primer vuelo como piloto al mando?
-Fue re loco porque encima tenés que llenar un montón de cosas, tenés que presentar el plan de vuelo, y firmarlo porque antes lo hace todo el instructor. Era emocionante, lo mismo después allá arriba. Tuvimos que pasar por el aeropuerto de Palomar, ir allá arriba volando, comunicando con San Fernando, que es un aeropuerto internacional, en el medio escuchar conversaciones de piloto que están yendo a San Fernando y demás, es una felicidad tremenda.
-¿Encontrás similitudes entre el rol del arquero y el de piloto?
-Mi psicóloga deportiva me hizo la misma pregunta y lo relaciono con que es el mismo tipo de tensión distributiva; estar mirando que pasa allá, que pasa acá. Lo hago en el avión y lo hago en el arco. Estoy en el avión y tengo que ver adelante, la velocidad, la altura, si estoy subiendo o bajando la potencia todo el tiempo, y en el arco es lo mismo; la pelota está allá, pero tengo que mirar que esta pasando de este lado, si tienen la marca o no, si estamos bien paradas.
Hoy en San lorenzo encontró su lugar. Sus ídolos son Franco Armani y Emiliano "Dibu" Martínez. Incluso, Azul se identifica con los comienzos del arquero campeón del mundo: "Estuvo tantos años peleando la titularidad, siguió, y trabajó un montón la cabeza para llegar a donde está y yo siento algo parecido con lo que me pasó en Platense, que me costó muchísimo", confiesa. La arquera se destaca por su juego aéreo y revela que en los penales "se las come a todas en el club"
-¿Cómo arrancaste a jugar en Primera división?
-Me fui a probar directamente a Platense y a Defensores de Belgrano. Quedé en los dos, y bueno, me terminé decidiendo por Platense, más que nada por mi padrino que es fanático. Asi que me vine definitivamente en enero de 2022.
-¿Siempre fuiste arquera o probaste otras posiciones?
-Siempre fui arquera. Cuando era más chica también me gustaba ir de nueve, pero con los años me incliné por el arco. Mi papá jugaba en el club de Concordia con sus amigos y cuando estaba por empezar el partido, él entraba en calor y yo me paraba en el arco y le decía que me pateé. Tenía entre 8 y 9 años. Mi padre me pateaba y me pateaba hasta que un día me quebró la muñeca. Mi mamá se quería morir. Ese día, me enyesan la mano, y después volvimos al club, y en vez de atajar, pateaba con el brazo todo enyesado.
-¿Cómo se dio tu pase a San Lorenzo?
-Uno de los ayudantes de campo que está hoy en San Lorenzo, Pedro Rodri fue ayudante de campo en Platense a principios del año pasado. En el tiempo que estuvo, me conoció, me vio a entrenar. Junto al cuerpo técnico vieron mis partidos, evidentemente les gustó, y con Rodri mantuvimos el contacto. Una vez que a mí me sacan la titularidad en Platense, lo cruzo a él en la cancha porque justo jugaban Platense y San Lorenzo. Me dijo palabras re lindas y que siga metiéndole porque seguramente a fin de año iba a llegar algo. Yo sabía internamente que iba a terminar en San Lorenzo, por la clase de club que es y por el cuerpo técnico que tienen. Habían salido campeonas y se notaban que estaban para más, sumado a que juegan la Copa Libertadores.
-¿Te alcanza con el sueldo de futbolista?
-Es un buen sueldo. Es más de lo que yo cobraba en Platense pero me parece que para vivir no… A mi me sirve un montón pero porque tengo la posibilidad de que el departamento donde vivo es de mi abuela, entonces no pago alquiler y eso es una gran ayuda.
-Hay dos Azul, la piloto y la arquera; ¿Quién gana al final del día?
-No, ninguna. Empate. Siempre me dicen; ¿qué vas a hacer?. Y la verdad es que no sé ahora. Mientras, pueda hacer las dos cosas, no pienso en elegir y disfruto de eso. Obviamente, hacerlas al 100% y no a medias, yo voy por las dos porque son mis dos pasiones y me encantan y mientras pueda las voy a seguir haciendo a las dos.
-¿Hasta dónde te gustaría llegar con ambas profesiones?
-Como piloto, me gustaría conseguir lo antes posible mi habilitación para llevar pasajeros, así llevo a mi abuelo, a mi familia y amigos. A largo plazo todavía no sé, si quiero entrar a una línea aérea, o trabajar más como piloto privado, pero sí me gustaría en un futuro laburar de eso. Y como futbolista, capaz que es un objetivo más grupal, quiero salir campeona con San Lorenzo ya sea del torneo o de una Copa por primera vez. Quiero sentir lo que eso significa. A largo plazo, estar en la selección, vivir esa experiencia una vez en mi vida.
Lunes, 2 de junio de 2025