Danny Rose hizo un crudo relato de la discriminación que padecen muchos futbolistas negros.
"Estoy harto; me quedan cinco o seis años para colgar los botines y no veo el final. Ves como se están haciendo las cosas en el fútbol y la verdad es que solamente quiero retirarme. El fútbol está politizado y, para ser honesto, no veo el momento de irme"
La víctima es el defensor inglés Danny Rose. Aunque la frase también podría haber sido enunciada por Moise Kean, el joven italiano de 19 años que juega en la Juventus y cuyos padres nacieron en Costa de Marfil. En varias ocasiones lo sufrieron Mario Balotelli, Blaise Matuidi o Raheem Sterling. El racismo es un flagelo que se multiplica en los estadios de fútbol y del que
Danny Rose, defensor del Tottenham de Mauricio Pochettino y de la selección inglesa, advirtió que piensa en retirarse debido a los actos de racismo de los que es víctima constantemente. El último episodio lo sufrió en el encuentro que Inglaterra venció 5-1 como visitante a Montenegro y en el que un puñado de hinchas locales imitaron el aullido de un mono para hostigarlo.
Rose señala a los responsables del fútbol, que solo otorgan pequeñas multas a los clubes y a los países que no son capaces de controlar a sus hinchas.
"Cuando los países son castigados con una multa equivalente a lo que yo puedo gastar en una noche de fiesta en Londres, ¿qué se puede esperar? Así la lucha contra el racismo es una farsa", sentenció.
Rose dijo no estar sorprendido por los insultos racistas de los que fue víctima el 25 de marzo en Montenegro, en partido de clasificación para la Eurocopa 2020. "Jugué en Serbia hace ocho años y ya me pasó, así que pensé que se podría reproducir y llegó".
Frente a los reiterados actos racistas en los estadios europeos estas últimas semanas, el presidente de la UEFA Alexsander Ceferin señaló que siente "vergüenza".
"Es preocupante ver a los dirigentes mundiales y a los políticos minimizar los incidentes racistas y discriminatorios", insistió el dirigente en una rueda de prensa organizada contra la discriminación.
En tanto, la Federación del Fútbol de Montenegro (FSCG) anunció que planea identificar a los responsables del comportamiento racista en el encuentro que Inglaterra ganó 5-1. En una sociedad multicultural y multiétnica como es Montenegro no hay lugar para este tipo de comportamiento", señala el comunicado.
El secretario general de la Asociación de Fútbol de Montenegro, Momir Djurdjevac dijo que varios funcionarios dentro del estadio en Podgorica no escucharon los abusos denunciados por los jugadores ingleses. Y remarcó que el árbitro no paró el partido. "No estoy diciendo que no ocurrió. Fue un puñado de idiotas y por esos tres o cuatro idiotas Montenegro ha sido escarnecido", se defendió.
Tras ser acusado por la UEFA por los actos racistas ahora Montenegro podría ser sancionado con el cierre parcial de su estadio por un partido.
"A nombre de todos nosotros y ante los medios quisiera disculparme con todos aquellos que han recibido una muy mala impresión de Podgorica y permitir que los investigadores de la UEFA realicen su trabajo sin obstáculos", aclaró Djurdjevac.
El joven, desafiante, metió el gol que selló el triunfo 2-0 de la Juve y en su festejo se paró de frente a la hinchada de la curva del Cerdeña Arena. Enseguida, los hinchas locales descargaron su bronca contra Kean, a quien rescató el defensor Leonardo Bonucci, que lo alejó de esa zona para intentar recuperar la calma en un estadio que ardía. Desde los altoparlantes se le pidió al público que interrumpiera sus insultos racistas contra el delantero de Juventus.
Esta reacción disparó más repercusiones. Por un lado, el presidente del Cagliari, Tommaso Giulini, negó que los insultos fueran racistas y acusó a los críticos de ser unos "falsos moralistas".
"Lo siento porque he escuchado demasiados moralismos. Si hubiera marcado (Federico) Bernardeschi habría pasado la misma cosa. Hasta el gol no había pasado nada. Kean se equivocó en encarar a la afición y me lo dijeron también los jugadores de la Juventus", aseguró.
Además varios futbolistas europeos (Thuram, Balotelli, Sterling, entre otros) reprobaron la actitud de Bonucci, que retiró a Kean de la zona de conflicto y luego declaró que había "culpa compartida" en lo ocurrido en Cagliari.
“Ha habido un buuu racista, pero la culpa se divide al 50%, porque Kean debe contenerse más y pensar en celebrar con el equipo. Los jugadores deben dar el ejemplo a los aficionados, no deben hacer estas cosas. Kean se ha equivocado y la curva se ha equivocado”, dijo el defensor.
Un días después, ante las reacciones que lo reprobaban, publicó un mensaje a través del cual aclaraba sus declaraciones y se manifiesta en contra de cualquier acto racista.
“Después de 24 horas, deseo precisar lo que pienso. Ayer por la noche hablé al final del partido y me expresé de manera demasiado apresurada, siendo malinterpretado sobre una cuestión con la que no bastarían horas de conversación y sobre la que combato desde hace años”, escribió Bonucci. “Condeno toda forma de racismo y de discriminación. Algunos comportamientos no son nunca justificables y en ese punto no puede haber malentendidos”.
Viernes, 5 de abril de 2019