El juez federal denunció al letrado querellante ante la Policía tras un altercado en Comodory Py. La discusión cara a cara. Por qué se enfrentan.El juez federal Claudio Bonadío y el abogado querellante Gregorio Dalbón mantienen una contienda aparte en la causa judicial por la tragedia de Once. El segundo pidió recusar al primero, cuestionó cada una de sus decisiones y ahora es el magistrado el que cargó contra el letrado tras un encontronazo en los pasillos de Comodoro Py.Bonadío denunció a Dalbón por "atentado contra la autoridad" luego que el viernes al mediodía mantuvieras dos discusiones, una de ellas por la negativa del juez de permitirle al letrado ir al baño durante una demorada audiencia que convocó Bonadío para unificar las 50 querellas en la causa "porque se le complica el trabajo al juzgado", según arguyó el propio juez.
Me estoy haciendo... El juez convocó el encuentro a las 10 la Sala B de la Planta Baja de Comodory Py. Por falta de espacio se demoró más de una hora: comenzó a las 11.20 en la sala del sótano. Había 100 personas, entre ellos víctimas del accidente de Miserere.
Cinco abogados propusieron que, de unficarse la querella, Dalbón la encabezara. Los abogados Verdú y Parrilli se negaron porque ellos, en cambio, no quieren querellar al maquinista de TBA. El favoritismo de Dalbón pareció no agradarle al juez, quien tuvo que sacar al Estado nacional como querellante a pedido del propio Dalbón.
Uno a uno fueron dando su posición los abogados, hasta que le llegó el turno al abogado enfrentado con el maistrado. Al promediar su discurso, ocurrió el primer "choque".
Claudio Bonadío- Puede redondear la idea, se nos va el tiempo, Dalbón.
Gregorio Dalbón- ¿Cómo redondear la idea? Usted nos citó a las 10 y empezamos a las 11.20. La próxima, doctor, trate usted de ser más puntual.
CB- Sí, cómo no. Ahora remitámonos a la unificacion de la querella.
GD- Discúlpeme, estoy hablando de eso, no de otro tema.
A las 13 horas culminó y todos los presentes procedieron a firmar el acta. Bonadío se fue de inmediato de la audiencia. Dalbón, el último de la fila, pidió permiso para ir a baño después de horas de espera. "Dr. Dalbón, no puede salir por esta puerta hasta que no firme al acta", le aclaró un secretario de Bonadío. "Necesito ir al baño ahora", insistió el abogado. "Dejáme salir" -siguió- y abrió la puerta a la fuerza.
En el pasillo que salió el abogado se encontraba Bonadío sentado en un sillón dialogando con una mujer ajena a la causa. El letrado seguía discutiendo con el empleado judicial. En ese momento el juez se le acercó.
Claudio Bonadío- ¡Baje el tono de voz, Doctor!
Gregorio Dalbón- Es mi tono, no estoy levantando la voz.
CB- ¡Llamen a la (comisaría) 46º!- ordenó a sus secretarios.
GD- Ok, mientras llaman a la 46º yo voy al baño.
El abogado fue al toilette, regresó a la sala de audiencias y firmó el acto. "Al salir había seis policías que me rodearon", le contó Dalbón a Perfil.com. "Me indicaron que me quedara ahí", apuntó. Dalbón quedó "retenido" como 20 minutos.
Luego, Bonadio lo citó en su despacho. "Suba a charlar con el juez así se dejan de pelear", le sugirió un asesor del magistrado. Pero tras una hora de espera, el juez federal no apareció.
El magistrado federal denunció al letrado por "apoyarle la mano en los brazos a secretarios judiciales cuando se disponía a ir al baño", especificó a Perfil.com la socia de Dalbón, Virginia Cassola. "Esto es una pelotudez, pero es una causa al final y algún Carlitos puede ir preso por una denuncia así", estimó por su lado Dalbón a este portal.
La insólita causa quedó en manos de un colega de Bonadío, el juez federal Ariel Lijo, a cargo del boudougate.
*De la redacción de Perfil.com.
Martes, 8 de mayo de 2012