El caso conmocionó a toda la ciudad, ya que la familia no tenía antecedentes de violencia. Al parecer, el presunto asesino sufrió un brote psicótico y cometió el crimen. "Nunca vi algo así", aseguró un experimentado jefe de la investigación
No había antecedentes de violencia familiar. No hubo nunca denuncias por violencia de género. Era una familia ejemplar, muy querida por los más íntimos. Hasta que todo se destruyó a raíz de un rapto de locura. Un hombre mató a cuchillazos a su mujer y a su hija de dos años y causó conmoción en la ciudad de Rosario.
Iván Furiasse, de 34 años, atacó de manera imprevista a su concubina, Fernanda Laconca, de 33 años, y a su hija Camila, de dos en un hecho que todavía los investigadores no terminaron de explicar. En principio, se cree que el homicida actuó producto de una crisis psiquiátrica.
A lo largo del último año, el propio Furiasse había tenido problemas psicológicos y estuvo internado durante un mes en una clínica de salud mental. Sin embargo, sus episodios de desequilibrio no habían estado relacionados a hechos violentos.
El hecho ocurrió en una casa ubicada en la calle Villarino al 3700, en el barrio de Acindar. Si bien la familia Furiasse no mantenía una relación muy fluida con los vecinos (se habían mudado al lugar hace tres años), la alerta surgió cerca de las 10.30 de la mañana, cuando familiares notaron que ambos padres de la familia no acudieron a sus respectivos trabajos.
A primera hora de la mañana, Fernanda le había mandado un mensaje a sus padres, advirtiéndoles que Iván no se encontraba bien. El hombre había dejado de tomar su medicación y no estaba cumpliendo con lo que los médicos le habían recetado.
Desde esa advertencia no hubo más comunicaciones. Es así, que los padres de la joven acudieron a la casa. Allí se encontraron con el peor cuadro posible: Fernanda y Camilia se encontraban en la mesa del comedor, abrazadas sin vida y sobre un baño de sangre. En otra habitación estaba Iván, lleno de sangre ajena en el cuerpo y con un cuchillo tramontina de 15 centímetros en la mano.
En el comedor había vidrios rotos, agua en el piso y mucha sangre. "Nunca vi algo así", le dijo un experimentado jefe de investigaciones al diario "La Capital".
La pareja era reservada en el barrio. Nunca habían tenido problemas con los vecinos ni habían protagonizado episodios de violencia dentro de su hogar, Ambos se casaron en 2013 y en 2015 tuvieron a su hija Camila. Iván trabajaba en una fábrica de la industria automotriz en el Gran Rosario, mientras que Fernanda lo hacía en una tienda de ropa.
De acuerdo al testimonio de familiares, Furiasse atravesó un 2017 difícil, en el que tuvo que hacerle frente a problemas psiquiátricos. Aparentemente, en las últimas semanas abandonó su medicamento, lo cual terminó afectando en su comportamiento.
La noche anterior al crimen, Furiasse había acudido a la casa de un amigo para ver el partido de fútbol entre Rosario Central y Godoy Cruz, por la Copa Argentina. "Por ahí se chupó, como hacía siempre que jugaba Central, y como se dio el alta solo, no tenía control", afirmó una de las familiares de las víctimas.
En tanto, el fiscal de la causa, Florentino Malaponte, advirtió que Furiasse "quedó detenido en una dependencia provincial como presunto autor material del hecho. Hay comentarios sobre sus problemas, pero es una cuestión que vamos a saber a partir de los próximos días, cuando hagamos las entrevistas".
Jueves, 26 de octubre de 2017