Al menos seis personas murieron y 190 resultaron heridas en Egipto, donde los islamistas reanudaron -con menor convocatoria que en semanas anteriores- las protestas contra el golpe de Estado de julio pasado y la posterior represión contra la opositora Hermandad Musulmana. El Ministerio de Salud egipcio informó que cinco personas murieron en El Cairo, entre ellas dos policías, y que otro civil falleció en la ciudad de Port Said en enfrentamientos entre manifestantes y habitantes de la ciudad portuaria.
Unas 5.000 personas participaron en El Cairo de una de las marchas más grandes, cantando contra el Jefe del Ejército, general Abdel-Fatah al-Sisi, quien lideró el golpe del 3 de julio que derrocó al ex presidente Mohamed Mursi, miembro de la Hermandad.
"¡La gente quiere la muerte del asesino!", gritaban los manifestantes, informó el diario egipcio Al Ahram en su página web.
Las fuerzas de seguridad se desplegaron en las principales arterias de El Cairo cerrando el ingreso a la Plaza Tahrir y otros puntos emblemáticos en los que desde el pasado mes de junio hubo importantes concentraciones.
Policías bloquearon las calles que conducen a la plaza Al Nahda, adonde los seguidores de Mursi mantuvieron un campamento que el 14 de agosto pasado fue desalojado a sangre y fuego, y cerraron las calles que conducen a la mezquita Mustafá Mahmud, otro centro de protestas, informó la agencia de noticias EFE.
Asimismo, las arterias que conducen a la plaza Rabaa Al Adaweya, donde estaba otro de los campamentos de protesta que también fue desmantelado el 14 de agosto, y la plaza Ramsés, fueron cerradas con vehículos militares para evitar las concentraciones.
También se reforzó la seguridad en los alrededores del Ministerio de Defensa y del palacio presidencial de Al Itihadiya, adonde los seguidores de Mursi tenían previsto dirigirse.
Ayer, la Hermandad Musulmana alentó a los egipcios a una intifada (levantamiento popular) para "recuperar su revolución" y poner fin al golpe de Estado que derrocó a Mursi.
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En respuesta, el Ministerio del Interior aseguró ayer que sus fuerzas están "totalmente preparadas" para afrontar cualquier hecho de violencia que se registrara durante las manifestaciones.
Incluso, la policía advirtió que podría utilizar balas de plomo y que va a repeler con "firmeza y fuerza" los intentos de atacar los edificios gubernamentales, policiales y religiosos y los atentados a la seguridad pública.
Otras 150 personas protestaron también pacíficamente frente a una mezquita de la cairota Plaza de la Esfinge. Las fuerzas de seguridad dispararon dos cartuchos de gases lacrimógenos contra la multitud.
También en Benha, Alejandría y Beni Sueif hubo choques entre seguidores y detractores de los Hermanos Musulmanes, así como en Tanta, donde policías lanzaron gases contra unos 3.000 manifestantes de esta ciudad del delta del Nilo, informó Al Ahram.
Desde el golpe, las calles de Egipto se convirtieron en escenario de batallas y enfrentamientos entre los islamistas seguidores de Mursi y el Ejército.
La tensión de redujo hace dos semanas, aunque sólo después de una sangrienta represión policial que dejó 1.000 muertos y unos 5.000 heridos en un solo día, en su mayoría seguidores de la Hermandad, y de que varios líderes del movimiento islamista fueran detenidos.
Entre los detenidos, está el máximo líder y guía espiritual de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badia, quien se encuentra con prisión preventiva en la cárcel de Tora, junto a Jairat Al Shater y Rashad Bayumi entre otros miembros de la agrupación.
Sábado, 31 de agosto de 2013