María del Rosario Ayala es hermana de Vicente Víctor “Cacho” Ayala, uno de los correntinos desaparecidos en la última dictadura Militar.
A 37 años del inicio del último golpe, recibió a época para repasar los momentos vividos de su infancia y la adolescencia para dejar en claro los objetivos que pregonaban junto a Cacho.
El pasado viernes de agenda periodística se presentó cargada. La muerte de un reconocido artista del medio y el accidente de dos obreros en un edificio en construcción, ganaron espacio en los distintos medios de comunicación. Ese día, un equipo periodístico pactó una entrevista con María del Rosario “Charito” Ayala, hermana de Vicente Víctor “Cacho” Ayala, uno de los correntinos desaparecidos en la última dictadura Militar. A 37 años del inicio del último golpe de Estado en Argentina, “Charito” contó los momentos vividos con su hermano y los proyectos que él tenía.
La jornada del viernes se presentó agradable. La entrevista estaba pactada para las 18 pero la dinámica de los hechos anteriormente comentados, hizo que se retrasara un poco.
Cerca de las 19, María del Rosario recibió a época. Pidiendo las disculpas por la demora, la entrevista se concretó en su domicilio del barrio Ex Aero Club.
Con la amabilidad que la caracteriza, nos atiende con la imagen de “Cacho”. El portarretrato estaba en el centro de la mesa, y mientras contaba los arreglos que su hija -diseñadora gráfica- le hizo a la foto; comenzó el intercambio de preguntas y respuestas.
-
¿Cómo fue tu infancia junto a Cacho?
Uuuuuuu… éramos muy compañeros, compartíamos muchas cosas. Vivíamos frente a la Escuela Misericordia y allí realizábamos diversos juegos con amigos que teníamos en común. Era un morocho de buen porte, tenía un carácter hermoso vital y carismático.
-
¿De este grupo de amigos sale el nombre de Cacho?
No, le decían “Cambi” –era una manera cariñosa de decirle negro Cambá-. Mi madre una vez que nos necesitaba y nosotros estábamos jugando gritaba Cambi y los dos salíamos de la casa de algún vecino para ver que necesitaba.
-
¿Dónde realizaron los estudios?
Él en el Salesiano y yo en la Misericordia. En esa escuela Cacho tuvo una buena formación religiosa y terminó en los Capuchinos de la ciudad de Concordia.
-
¿Por qué terminó allí?
Cuando cayó el peronismo mis padres decidieron ir vivir a Entre Ríos. Este fue el principal motivo. Pero una vez terminada la secundaria mi hermano quiso volver a Corrientes donde comenzó la carrera de Derecho en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).
-
¿Le gustaba esa carrera?
No, creo que terminó su carrera por darles el gusto a mis padres. El volvió solo y fue a vivir al pensionado católico que pertenece a la Liga de Madres y Familia –ubicado en Santa Fe casi 9 de Julio-. El lugar estaba regenteado por Raúl Marturet –cura tercermundista-.
-
¿De ahí comienzan a fortalecerse sus aspiraciones políticas?
Si, por ahí mi madre se enojaba porque dejaba de lado el estudio por la militancia activa. Era un tipo que lo que decía lo cumplía –interrumpe el relato por la emoción que le genera recordar este momento-. Siempre fue de poner el cuerpo por las cuestiones sociales. Fue un militante de tiempo completo que se hacia espacio para la familia, para los amigos, para los humildes y para terminar su carrera de abogado.
-
¿Cómo fueron sus comienzos en la política?
Siendo de la Juventud Peronista (JP), hablaba con gente del Partido Comunista y de otras fuerzas políticas.
-
¿Si hoy estuviera con vos, cómo te lo imaginás?
Seguramente barbado y con una prestancia al trabajo social. No me lo imagino trabajando de abogado, aunque antes de su desaparición alcanzó a defender a personas en juicios laborales. Si hoy estuviera, mi hermano lucharía por los más necesitados.
-
¿Cuáles eran sus objetivos en esa época dura del país?
Al igual que muchos jóvenes de la época, quería ver que Argentina alcance el socialismo nacional, para tener una sociedad igualitaria. El creía en esa alternativa y la peleó hasta la muerte. Yo lo califico como cristiano marxista.
-
¿Estuvo detenido antes de su secuestro y posterior desaparición?
Si, antes de su desaparición estuvo preso en la U7 de la ciudad de Resistencia –fue desde noviembre de 1974 a abril de 1975-. Salió de ahí por gestiones de mis padres. Creo que si el permanecía preso, hoy no estaría desaparecido. Gente que estuvo en prisión con él permaneció en la U7 y en la actualidad están vivos.
Luego de salir de la cárcel se fue a vivir a la ciudad misionera de Posadas. Allí iba y venía por cuestiones políticas y laborales, hasta que el 16 de febrero de 1976 un grupo de personas a plena luz del día –cerca de las 13-lo levantan desde el Club San Martín para nunca saber más nada de él. Luego en el juicio –se realizó en 2009- nos enteramos que hubo varios testigos del hecho pero nadie quiso comprometerse para aportar datos.
-
¿Cómo se enteraron del secuestro y desaparición?
Nosotros nos enteramos recién cuatro días más tarde. La falta de coraje de la gente era llamativa. El ya estaba viviendo en Posadas. Realizaba viajes permanentes desde Corrientes a la capital misionera, por eso nosotros pensábamos que estaba en Posadas.
-
¿Cómo fue la búsqueda?
Muy dura ya que los propios vecinos te ignoraban. Estaba impuesto el “por algo será y eso nos ponía en una lucha solitaria”.
¿Con el regreso a la democracia eso cambió?
Al regreso de la democracia sucedieron cosas que nos dolieron. La ley de Obediencia Debida y Punto Final es uno de los ejemplos. Luego llegó el menemismo y la alianza que siguieron entregando al país.
-
¿Es por este motivo que los familiares de desaparecidos están cerca del kirchnerismo?
Si, muchos estamos cerca de Cristina y antes de Néstor porque algo está mejorando.
Uno de los primeros puntos del kirchnerismo fue desarmar la corte suprema menemista. La actual conformación es un lujo y nos permitió que muchos de los represores sean juzgados por la desaparición de personas. Se desempolvaron los expedientes y se trabajó de manera mas seria.
-
¿Cree que con este modelo alcanzarán los objetivos que tenían en los ‘70?
Hemos reducido las aspiraciones que teníamos en esa época pero hay que decir que este proyecto nacional y popular me conforma bastante. Aunque tenemos algunas observaciones para hacer.
-
¿Cuáles serían esas observaciones?
Queremos que haya soluciones más rápidas para algunas cuestiones como el de la vivienda. Los pobres aún sufren mucho, falta salud y el mejoramiento de la educación son materias pendientes. Creo que vamos por el buen camino, lamentablemente las soluciones son lentas. Nos dejaron un país devastado y se está tratando de salir adelante. El kirchnerismo tuvo que asistir a la gente porque los últimos gobiernos dejaron un país devastado. En dos días no se arregla un país.
Lunes, 25 de marzo de 2013