Francia reforzará su intervención en Mali con 2.500 soldados. La aviación siguió bombardeando el oeste y norte del país africano por quinto día consecutivo.Además, en el quinto día de bombardeos franceses en Mali, el presidente galo, Francois Hollande, defendió hoy la intervención en la antigua colonia como “la única solución” para “liberar al país” de los grupos islamistas, que controlan el norte de la nación y tienen lazos con Al Qaeda en otras partes de Africa. “Lo pienso en cada instante, pero considero que la operación militar era la única solución, y está destinada a detener la progresión de los grupos islamistas, de asegurar a la capital Bamako y preservar la integridad territorial del país”, manifestó Hollande en conferencia de prensa esta tarde en Dubai.Más temprano, el mandatario socialista había dicho a la radio pública francesa RFI que pensaba que las fuerzas de su país iban a poder derrotar a los islamistas en una semana, pero por la tarde en Dubai pareció formular un compromiso a mucho mayor plazo.
"Tenemos un objetivo: asegurarnos de que a nuestra partida, cuando terminemos esta intervención, haya seguridad en Mali, autoridades legítimas, un proceso electoral y de que los terroristas no amenacen más la integridad del país”, señaló.
Por la mañana, por RFI, Hollande informó sobre la continuación de la ofensiva militar aérea y afirmó que "Francia continúa con sus operaciones y los bombardeos han alcanzado sus objetivos".
"Los territorios no fueron conquistados, pero los islamistas se han retirado de las grandes ciudades y de Diabali para protegerse", agregó el mandatario, quien es criticado por diferentes medios europeos por haber intervenido en Mali sin un apoyo consistente de la ONU.
Diabali, una pequeña localidad del centro de Mali a unos 400 kilómetros de la capital, Bamako, fue tomada ayer por los insurgentes y bombardeada hoy intensamente por aviones franceses, forzando la retirada de los islamistas.
Se trató de un "retiro táctico", según dijo el vocero del grupo islamista Ansar Dine (Defensores del Islam).
El mandatario socialista también confirmó que los aviones galos -una docena de aparatos Mirage y Rafale- volvieron a bombardear esta madrugada, en el norte de Mali, campamentos y centros de entrenamiento de las fuerzas islámicas que quieren derrocar al gobierno y establecer la ley islámica (sharía).
La ofensiva francesa, que tiene apoyo de gran parte de la comunidad internacional, incluido el Consejo de Seguridad de la ONU, cuenta con 750 militares en el terreno, a quienes se sumarán "progresivamente" 1.750 para totalizar 2.500 soldados, informó una fuente del Ministerio de Defensa citada por la prensa local.
Este vocero del ministerio de Defensa, que habló bajo condición de anonimato, precisó que, además de los soldados, se enviaron a Bamako 40 vehículos blindados provenientes de las vecinas bases francesas en Costa de Marfil, informó el diario Le Figaro.
El ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, dijo que la misión será "difícil y duradera".
Desde que comenzó la intervención francesa, 11 soldados malienses -los únicos que han participado en combates terrestres- murieron en enfrentamientos.
El fin de semana pasado se registró la primera víctima mortal entre las fuerzas francesas, un piloto de helicóptero que hoy fue homenajeado en París.
Del lado rebelde, se estima que hay "centenas de víctimas y heridos", según Radio France Internationale (RFI).
El Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR) estimó que unas 150.000 personas emigraron a países vecinos (Mauritania, Níger, Burkina Faso y Argelia) desde el inicio del avance de los islamistas hacia el Sur y de la ofensiva francesa.
Otras 230.000 personas se desplazaron a las provincias del sur de Mali, que se encuentran bajo control gubernamental, precisó desde Ginebra la oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas.
El ministro del Interior francés, Manuel Valls reconoció que "el riesgo de atentados creció considerablemente" por la intervención en la antigua colonia africana. De hecho, los insurgentes volvieron a amenazar hoy a Francia con tomar represalias.
"El riesgo de atentados creció considerablemente"Manuel Valls
El sábado, Francia elevó a su máximo nivel el plan antiterrorista Vigipirate, que incluye el despliegue de militares en denominadas zonas sensibles.
En el plano diplomático, Francia prosigue con rees constantes en la ONU y en el marco europeo, dado que pese al apoyo cuasi unánime de la comunidad internacional a la intervención militar ninguno de las grandes potencias occidentales prevé enviar tropas al país africano.
Francia será acompañada en su intervención por Nigeria (900 soldados), Níger (500), Burkina Faso (500), Togo (500), Senegal (500), Benín (300), Guinea (144) y Ghana (120), quienes enviarán a sus efectivos durante esta semana, ya cuenta con apoyo logístico de Estados Unidos, Gran Bretaña, Dinamarca y Bélgica, al tiempo que Alemania estudia aportar una ayuda médica.
“Francia no escogió venir sola a Mali, pero hay ausencias que son lamentables. En Europa hay una movilización mínima”, declaró a la radio RTL el socialista Alain Videlis, ministro encargado de las relaciones con el Parlamento.
Francia combate a tres grupos de islamistas: Al Qaeda en el Magreb Islámico, el Movimiento por la Unidad y la Jihad en África del Oeste y Ansar Dine. Los grupos conquistaron el norte de Mali en abril del año pasado aprovechando el caos institucional que causó un golpe de Estado en la capital, la sureña Bamako.
Miércoles, 16 de enero de 2013