La medida dispuesta por el gobierno cubano flexibiliza la salida del país para sus ciudadanos que de esta manera dejarán de necesitar un permiso y la invitación del país de destino que debían presentar hasta ahora.Desde hoy, los cubanos sólo necesitarán un pasaporte en regla y la visa del país de destino para poder viajar temporalmente fuera de la isla.Además, se habilita el regreso de emigrados "ilegales" o "desertores".El gobierno de Raúl Castro anunció el pasado 16 de octubre la reforma, una de las más anheladas desde que el menor de los Castro asumió el poder en 2006. Desde 1976, los cubanos debían presentar un permiso de salida conocido coloquialmente como "carta" o "tarjeta blanca", así como una invitación del extranjero para poder viajar a otros países.
Ya no se necesitará ni la "tarjeta Blanca" (uno de los mayores obstaculos para salir), ni la "carta de invitación" obligatoria para viajar.
El permiso de salida, comúnmente llamado "tarjeta blanca", una autorización del Gobierno cubano para viajar, fue desde 1976 uno de los mayores obstáculos para salir de Cuba, junto con la denominada "carta de invitación", otro de los trámites que también se suprime con la nueva ley.
Desde hoy, para viajar al extranjero los cubanos solo necesitan presentar su pasaporte y el visado que exija en su caso el país de destino, dos ítems que también representan alguna dificultad.
Primero, porque aunque la reforma abarata los trámites para salir al exterior, encarece el impuesto para obtener un pasaporte que pasa de 55 a 100 CUC (moneda fuerte, equivalente al dólar), en un país donde el salario medio mensual no llega a 20 dólares.
Y segundo, porque los cubanos necesitan visado para viajar a casi todos los países del mundo, excepto a 14, con los que existen un acuerdo de exención sobre este documento: Antigua y Barbuda, Barbados, Bielorrusia, Eslovaquia, Granada, Hungría, Liechtenstein, Malasia, Rusia, San Cristóbal y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Ucrania.
Para lograr el pasaporte se estableció una serie de requisitos, entre ellos no estar sujeto a procesos penales ni tener pendiente el cumplimiento de sanciones o medidas de seguridad, ni estar sujetos al cumplimiento del servicio militar.
Además, el Gobierno se reservó el derecho de denegar pasaportes por razones de "interés público" o de "defensa y seguridad nacional", lo que para algunos sectores representa un nuevo "filtro" para limitar movimientos de algunos cubanos.
Esa disposición que obliga a un tratamiento especial para los viajes al exterior abarca a cuadros directivos, profesionales de la salud o la educación y atletas que sean "vitales" para el país. Todos necesitarán de una autorización específica.
La medida apunta evitar el "robo de cerebros" formados en el poco más de medio siglo de Revolución.
Otra de las novedades de la reforma es que se amplía de 11 a 24 meses el tiempo en que un cubano puede permanecer en el exterior por motivos particulares, sin necesidad de las costosas prórrogas mensuales que regían hasta ahora.
Se estima que la histórica modificación beneficiará a un gran número de cubanos que, siempre que puedan financiar el viaje y obtengan el visado del país de destino, podrán viajar con mayores facilidades al extranjero. Hay 195 oficinas en toda la isla para el trámite de pasaportes.
Punto alto de la nueva disposición, la reforma normaliza la "entrada temporal" a la isla de los emigrados que considera "ilegales", incluidos médicos y deportistas que desertaron o abandonaron el país en los ´90.
El Gobierno permitirá las visitas de quienes emigraron ilegalmente pero después de los acuerdos firmados en 1994 con Estados Unidos, que se comprometió a conceder al menos 20 mil visas anuales a cubanos, y si hace más de ocho años que abandonaron el país.
Por razones de defensa y seguridad nacional, no se podrán acoger a esa medida quienes salieron de la isla a través de la Base Naval de Guantánamo, en poder de Estados Unidos.
El Gobierno de Raúl Castro ampliará también las causas de repatriación de emigrados ilegales en casos como los que tenían menos de 16 años cuando dejaron la isla o los que decidan regresar para hacerse cargo de familiares desvalidos.
Las modificaciones anunciadas por Castro implican cambios en más de 100 artículos de diversas disposiciones, siete de ellos de la ley migratoria vigente hasta ahora, y la derogación de normas como la 9/89 de 1961, relativa a la confiscación de bienes, derechos o valores de quienes abandonaban el país.
De las primeras en hacer el trámite, la bloguera opositora Yoani Sánchez se mostró "esperanzada" aunque cauta con la reforma. "Tengo que regresar en 15 días, no naturales, sino laborables", explicó, al salir de la oficina de migraciones del barrio habanero del Vedado, adonde acudió muy temprano a hacer los trámites para su nuevo pasaporte.
"Sólo cuando tenga el pasaporte podré confirmar que al menos han cumplido el artículo 23", comentó Sánchez. "Me faltaría experimentar en carne propia si voy a lograr superar el 25, que es ya en la frontera aeroportuaria", añadió.
Martes, 15 de enero de 2013