Con obvias y comprensibles muestras de incontrolable dolor, familiares, amigos, docentes y compañeritos despiden a Andreíta en las instalaciones de la Escuela Nº 719 ‘Hortensio Quijano’ del barrio Yecohá. Marisol, su mamá, no puede controlar el llanto, junto a una hermanita de la nena asesinada, que tiene 10 años.
Aunque la conmoción y el desconcierto inundan el lugar, algunas versiones indican que el adolescente sindicado como el asesino de la pequeña tendría antecedentes penales.
Viernes, 21 de diciembre de 2012