El entrenador de los vascos había planificado junto a los dirigentes la refacción de los campos de entrenamiento para realizar la pretemporada y, al sentirse estafado por la empresa constructora, echó a la fuerza al Ingeniero.


“Fue un robo y un engaño, estaba mal hecho y no pude soportar tal atropello”, explicó el “Loco”, quien aceptó haber actuado como un “salvaje”.
Fiel a su costumbre, Marcelo Bielsa se volcó de lleno en el nuevo proyecto con el Athletic Bilbao luego de haberse concretado su renovación de contrato y lejos de tomarse un tiempo de descanso, trabajó a la sombra de los directivos del club y de una empresa constructora para diseñar las reformas en los campos de entrenamiento de cara a la pretemporada. Al encontrarse con una obra fuera de tiempo y totalmente mal formada, explotó.

“Considero lo que hicieron como una estafa, un robo y un engaño. No cumplieron con lo prometido y no era que faltaba terminarlo, era que estaba mal hecho”, comentó primero en la conferencia de prensa (duró aproximadamente una hora), luego de haberse ausentado tres días a las prácticas y haber puesto en alerta a todo el pueblo bilbaíno. A su vez, admitió haber cometido un error al enfadarse con el jefe de las obras, a quien sacó a la fuerza del predio. Pero a la vez se justificó: “Júzguenme como un salvaje, me autodenuncié por mi agresión, pero me comporté de ese modo por el engaño que estaba sufriendo el club”.

Más tarde, se mostró resignado y dolido por haber perdido valioso tiempo y prestigio como entrenador delante de sus dirigidos: “Yo soy el responsable de todo esto, estoy quedando mal delante de mis jugadores. Esto no tiene solución, es irreversible”. No quiso desaprovechar la oportunidad de dejar en claro que esto no era un proyecto solamente suyo, sino para beneficiar a la institución: “Jamás voy a subir al consultorio médico, pero es algo por el bien del Athletic”.

Sin lugar a dudas, la “locura” volvió a pintar de cuerpo entero a Bielsa, a quien le habían prometido una primera entrega el 2 de julio. Al encontrarse con las reformas por la mitad, no pudo evadir la indignación y escribió un capítulo más en su anecdotario. Finalizado el episodio, con las disculpas hechas y su explicación pertinente, no caben dudas que el “Loco” acepta críticas y ofensas, pero cuando se le cruzan en el camino el engaño y la mentira, se sale de sí.

Jueves, 5 de julio de 2012