El Matador venció 1 a 0 al conjunto de Ricardo Gareca y pasó a Boca en la cima de las posiciones del torneo de primera división. Con los tres puntos, además, los de Arruabarrena quedaron fuera del descenso directo y la promoción.
Con un grito furioso de Carlos Luna que hizo estremecer a Victoria, Tigre venció por 1-0 a Vélez en Liniers y alimentó la esperanza de conseguir las dos premisas que lo desvelan: llevarse el Clausura y evitar la Promoción. Gracias al ajustado triunfo de esta noche, los de Arruabarrena quedaron como únicos líderes (Boca quedó a dos puntos) y jugará mañana con Arsenal, que está a tres) y también salieron de la zona de reválida. Un festejo alocado por partida doble.
Como ninguno de los protagonistas quiso ser amigo de la especulación, el partido nació a pura intensidad. Ambos fueron por las bandas: Augusto y Martínez en Vélez, Galmarini y Morales (recostado por izquierda junto con Leone) en Tigre. La primera gran acción de riesgo llegó a los 7, cuando Barovero debió lucirse para desactivar un potente tiro de Cachete.
El Matador complicó al Fortín por la franja derecha con las proyecciones en soledad de Galmarini, a espaldas de Cabral y de frente a un desbordado Papa. Mediante esa maniobra, los visitantes coquetearon con la apertura del marcador. Sin embargo, Gareca logró subsanar la falla y, desde los 25, Vélez asumió el control y estuvo cerca de García.
El déficit del anfitrión estuvo en la elaboración de juego, porque no pudo sacar a relucir sus clásicos circuitos de fútbol. Las jugadas terminaron con centros incómodos para Obolo o remates desde fuera del área. Tigre se retrasó y antes del descanso sacó dos arañazos. A los 41, Maggiolo marcó en posición adelantada. Y a los 44, Luna se fue por derecha y fue interceptado a tiempo.
El prólogo del complemento fue un show de vértigo. En el primer minuto, lo tuvo Orban de cabeza y, en la contra, Obolo avisó con un disparo rasante. La temática del partido entusiasmó porque los dos arriesgaron y fueron al frente con más impulsos que ideas claras. Las gambetas de Morales y Augusto fueron las espadas más filosas de la noche en el Amalfitani.
La roja merecida para Cubero por el pisotón en el pecho de Morales le complicó los papeles a Gareca. Con uno más, Tigre encontró más espacios y generó tres chances claras de gol en cinco minutos. En todas las situaciones fue brillante el papel de Barovero, que le dijo que no a Orban y a Luna (en dos oportunidades). Tres tapadas espectaculares del cordobés.
Sin embargo, la resistencia de Barovero se quebró a los 33. Papa quedó enganchado en un pelotazo por encima de la línea defensiva y habilitó a Luna, quien se escapó por la izquierda y definió por arriba de la figura del duelo. Premio merecido para el Chino, que llegó a 11 conquistas y es el máximo goleador del campeonato. Y premio merecido para el elenco del Vasco, que sin traicionar nunca su filosofía de juego se ilusiona con festejar en las dos tablas.
Domingo, 17 de junio de 2012