Deambuló lejos de su provincia natal tras “la vergüenza” de haber perdido la guerra. Arribó a Corrientes el 19 de marzo tras ser encontrado en un basural.
Miguel Angel Britez, un ex combatiente de Malvinas cuyo paradero se desconocía hace menos de dos meses, fue agasajado ayer por sus ex camaradas, autoridades nacionales y provinciales en un acto con motivo de hacer entrega de su DNI.
En el emotivo acto realizado ayer en el Centro de Ex Combatientes, ubicado por calle Ituzaingó, Britez recibió su DNI y también el título de un terreno en Itá Ibaté, donde actualmente residen sus hermanastros que actualmente lo acompañan en su proceso de recuperación.
“La posibilidad de entregar el DNI a Brítez no sólo, es un hecho de mucha emoción también nos recuerda la responsabilidad de preguntarnos si no habrá casos similares de los cuales no tenemos conocimiento”, dijo a época Rodolfo Cortez, coordinador de Gabinete del Ministerio del Interior, quien participó del acto.
Acotó además, la importancia de “reflexionar acerca de cómo hemos actuado y hemos tratado a nuestros ex combatientes en su regreso inmediato de las islas después de la guerra”.
Britez fue hallado en una localidad ubicada a 400 kilómetros de Montevideo, Uruguay, donde deambulaba como un vagabundo.
Estaba afectado con heridas severas en la zona del cráneo a causa de una fuerte golpiza que lo llevó a estar durante un mes inconciente. Al recuperar la conciencia, los médicos indagaron sobre una herida ubicada en la zona del pecho, de la cual respondió que se trata de “un recuerdo de Malvinas”, y que era correntino.
Fue así como los médicos se contactaron con el consulado. “Inmediatamente se tomaron las huellas dactilares y la vicecónsul del Uruguay, Carola del Río, se comunicó conmigo. A través de la Policía y el Gobierno de la Provincia empezamos a investigar de dónde era Miguel Angel.
No fue fácil llegar a su familia, porque en estos 30 años que estuvo desaparecido murió la mamá los hermanos de sangre y los que quedaron fueron sus hermanastros por arte de madre. Nada más”, recordó José Galván, ex combatiente y referente del Centro.
“Ni bien desembarcó Miguel Angel en Corrientes me preguntó: ¿mi mamá me está esperando?, y eso a mi me paralizó prácticamente. Hace 30 años que milito en en Centro de ex Combatientes y fue la primera vez que me encontré con una situación similar”, comentó Galván.
En ese contexto, Brítez escuchó ayer las palabras de cada uno de los funcionarios allí presentes. Se lo observó profundamente emocionado, a tal punto que poco después del acto se retiró del lugar por asesoramiento de los médicos.
Tras 30 años de soledad, y de vivir “como un linyera”, al decir de sus camaradas, recuperó su identidad a través de su DNI y mediante el contacto con sus afectos.
Si bien, no cuenta con sus familiares directos, posee tres hermanastros y sobrinos que hoy por hoy lo ayudan en la rehabilitación.
De a poco se encuentra dejando la silla de ruedas, tras la terrible golpiza recibida y de la cual todavía se observa la reconstrucción que los médicos le practicaron en la zona del cráneo.
Martes, 17 de abril de 2012