Los datos provisionales señalan una victoria de Gingrich en Georgia, mientras que Romney se impone en Virginia y Vermont. En Ohio, el estado clave de los 10 que van a las urnas para elegir al rival de Obama, la lucha es pareja. Con 437 delegados en juego (más de un tercio de los necesarios para ganar la nominación), la de este martes es la cita más trascendente del calendario en la contienda conservadora para designar a su candidato para las elecciones presidenciales de noviembre. Con un Obama en ascenso -su aprobación sube al ritmo de la recuperación económica-, los republicanos se ven obligados a resolver su competencia interna lo antes posible para concentrar recursos en ese objetivo. Y todos apuestan al "supermartes" para que, por fin, uno de los candidatos despegue y se convierta en el favorito indiscutido.
Los últimos escenarios de las primarias han dejado un panorama de polarización, con el moderado Mitt Romney liderando la carrera, seguido muy de cerca por Rick Santorum, quien lucha por erigirse como el representante de los sectores más conservadores.
Aunque son diez los estados que irán a las urnas (Alaska, Georgia, Idaho, Massachusetts, Dakota del Norte, Ohio, Oklahoma, Tennessee, Vermont y Virginia), la atención está centrada en lo que ocurra en Ohio. Y es que ningún republicano ha llegado a la Presidencia sin haber ganado allí. Las proyecciones de la prensa local señalaban una tendencia hacia Romney, con al menos cuatro puntos de ventaja sobre Santorum.
El ex gobernador de Massachussets también se imponía en su estado por una diferencia muy importante, según los sondeos a pie de urna.
En los bastiones conservadores del sur del país, el factor religioso juega un papel esencial. El ultraconservador Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes y ex diputado por Georgia, es dado como ganador en su estado. En Tennessee, Santorum lideraba los conteos, al igual que Oklahoma.
Hasta este martes Romney lleva la delantera a nivel, al haberse asegurado 173 delegados, contra 74 que votarán a Santorum, 37 a Paul y 33 a Gingrich. Serán necesarios al menos 1.144 delegados para asegurarse la nominación en la convención nacional de agosto, a realizarse en Florida.
Hasta ahora, la campaña de Romney aparece como la mejor organizada, sobre todo por el extraordinario despliegue de financiamiento. Gracias a una propaganda electoral inteligentemente repartida en los medios audiovisuales de los estados clave, el ex gobernador ha captado votos trascendentes. Sin embargo, tiene grandes dificultades para sensibilizar al ala derecha de su partido, que lo encuentra demasiado moderado.
"La única razón por la que el gobernador Romney ha logrado una ventaja en los primeros estados es que gasta 5, 6, 7, 8, 9 veces más que los demás", observó Santorum el lunes. Consciente de la erosión sufrida por su candidatura, sobre todo en Ohio, ahora apuesta a que algunos precandidatos se retiren y lo apoyen.
Durante una reunión pública en Canton, Ohio, Romney se presentó como el único postulante capaz de reactivar la economía. "Lo que necesitamos para derrotar a Obama es crear empleo y hacer retroceder al estatismo. Es lo que yo hago. Conozco la economía. Pasé toda mi vida en ella", dijo.
Miércoles, 7 de marzo de 2012