La capacidad del predio se vio duplicada por la gran cantidad de personas. Transitar por el lugar, ir al baño o llegar hasta la cantina se convirtió en una odisea. Desde la organización manifestaron que el escenario chamamecero les "quedó chico".
El público copó el Anfiteatro Cocomarola hasta tal punto de no poder transitar cómodamente en el predio.
La sexta luna chamamecera que se vivió en la 22° Fiesta Nacional del Chamamé y 8° Fiesta del Mercosur fue caracterizada por la masiva asistencia del público que colmó el predio del Anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola registrándose el colapso de los servicios y del espacio para circular. Según estimaciones oficiales, más de 18 mil personas se acercaron hasta el predio festivo atraídos por las presentaciones de reconocidas figuras como Soledad Pastorutti, Mario Bofill, Ofelia Leiva, Julio Cáceres, Daniel Cardozo, Bocha Sheridan, entre otros, haciendo que el lugar quedara insuficiente para tanta cantidad de público.
Los servicios del anfiteatro fueron colapsados ante la gran asistencia: llegar tanto los sanitarios como las cantinas fue una odisea y donde hasta las tribunas se mostraron repletas de los aficionados del chamamé. Vale destacar que la capacidad del predio es de aproximadamente unas 8 mil personas, a lo que se suman unas 1400 localidades pertenecientes a las tribunas que se anexaron para esta edición del festival.
Pasada la medianoche, los encargados de la organización reforzaron los controles en el acceso principal del anfiteatro ubicado por la avenida Sarmiento, ya que la gente se agolpó para intentar ingresar o simplemente escuchar el espectáculo que se iba a registrar en la noche.
Inclusive el acceso destinado para los artistas y para la prensa se vio colmado por fanáticos que se acercaron para obtener algún autógrafo o fotografía con algunas de las estrellas que se presentaron. Ante la presencia masiva de personas. Tanto acreditados como no acreditados, en el ingreso ubicado por la avenida Patagonia, tanto los encargados de la organización y de la seguridad así como los agentes de la Policía de la Provincia debieron extremar las medidas para contener al público presente.
Las entradas se vieron agotadas durante la tarde del jueves, por lo que en muchos casos el público debió recurrir a la reventa en las inmediaciones del anfiteatro.
Dentro del anfiteatro, la capacidad se vio totalmente colmada: las 18 mil personas se distribuyeron tanto en los bancos de cemento, como en las tribunas de madera dispuestas sobre la calle Santa Cruz. Además en los pasillos y en los lugares laterales del predio la gente se agolpó tratando de obtener una visual del escenario o de las pantallas distribuidas por el predio, haciendo que circular por los caminos internos fuera muy complicado, sobre todo para los adultos mayores.
Llegar hasta los sanitarios o hasta las cantinas, también se convirtió en una odisea para aquellos que se encontraban en las localidades del medio y debían sortear al público que se encontraba comprimido en todo el espacio físico. Inclusive ver las largas colas en los baños de mujeres fue una de las postales más comunes que graficaban el colapso del anfiteatro.
Las masiva concurrencia y el anfiteatro abarrotado fueron uno de las temas discutidos tanto por la gente como por la organización del evento chamamecero, ya que en varios pasajes del espectáculo los presentadores manifestaron que el predio Mario del Tránsito Cocomarola "quedó chico" para tanto público.
Un dato fue la circulación de fanáticos en la zona destinada a la prensa y a la circulación de los artistas ubicado detrás del escenario Osvaldo Sosa Cordero. Algunos seguidores se apostaron para intentar obtener alguna postal de sus ídolos, como fue el caso de Soledad Pastorutti y de Daniel Cardozo, cantante de los Charros e invitado del Festival, lo que generó algunos pequeños inconvenientes en el lugar.
Sábado, 21 de enero de 2012