El mediocampista campeón del mundo sería la gran sorpresa del mercado de pases, dejando Atlético de Madrid rumbo a la MLS.
Según confirmaron a Clarín, en cuestión de horas se definirá.
Rodrigo De Paul y Lionel Messi, esa sociedad transformada en amistad que nació en la Selección Argentina, ahora se repetirá en el día a día. Es que en un movimiento de mercado de los más sorpresivos del verano europeo, el 'Motorcito' dejará al Atlético de Madrid para sumarse al Inter Miami de la MLS, a un año del Mundial 2026 que se disputará en Estados Unidos, Canadá y México.
Según confirmaron a Clarín fuentes cercanas al futbolista surgido en Racing, el traspaso se definirá "en cuestión de horas". "Todavía no está hecho, pero se va a hacer", fue la frase que graficó el momento en el que se encuentra la negociación entre los clubes, ya que el contrato del mediocampista campeón del mundo está resuelto.
Este mismo martes, el entrenador Javier Mascherano esquivó la respuesta sobre De Paul durante la conferencia de prensa previa al encuentro que las 'Garzas' disputarán ante New England Revolution, su segundo luego de la participación en el Mundial de Clubes.
"Todo el mundo conoce este tipo de jugador, pero no me gusta hablar de jugadores que de momento no están con nosotros. Sería una manera de faltarle al respeto a los que hoy en día tenemos", afirmó.
Los hermanos Jorge y José Mas y David Beckham, propietarios del club, cumplirán entonces un nuevo deseo del rosarino, de 38 años, después de haber conformado un plantel con varios compañeros que lo acompañaron en los mejores momentos de su carrera como Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba.
Hay una diferencia sustancial con De Paul, que llega en el mejor momento de su carrera, después de haber disputado cuatro temporadas en el equipo dirigido por Diego Pablo Simeone, aunque con vaivenes en su relación con los hinchas. Fueron 187 partidos vestido como 'Colchonero', donde arribó en julio de 2021 desde Udinese de Italia.
Su contrato vencía a mitad de 2026, justo antes del Mundial, y esta transferencia le sienta bien al Atlético de Madrid, más allá de las intenciones que en algún momento existieron para renovar. De otra forma, De Paul, que cumplió 31 años el 24 de mayo pasado, se hubiera ido en condición de libre.
De Paul, entonces, será también la llave de la renovación para Messi, tal como había adelantado Clarín el último lunes. La tapa del diario francés L'Equipe, siempre crítico con el mejor jugador del mundo desde su salida del París Saint-Germain a mediados de 2023, alimentó los rumores de una posible oferta multimillonaria desde Arabia Saudita para sumarse al Al Ahli de ese país.
En los últimos días, antes de que estallara esta noticia con forma de bomba, había trascendido sin demasiado fundamento que Messi analizaba encontrar un club que juegue en una liga más competitiva para llegar con más ritmo al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026.
De hecho, algunos osados dejaron entrever que Newell's podría ser ese destino y más teniendo en cuenta que en la vereda de enfrente, en Rosario Central, ya selló su regreso Ángel Di María. Sin embargo, eso luce poco probable por estas horas. Casi tanto como la chance de que Leo se mude a Arabia Saudita.
Un mate y una partida de truco, el inicio de una sociedad que excedió la cancha
Para entender la relación entre Lionel Messi y Rodrigo De Paul es necesario viajar al inicio del ciclo de Lionel Scaloni como entrenador de la Selección Argentina. Allí está el disparador del hilo conductor. El DT fue ayudante de Jorge Sampaoli en el Mundial de Rusia 2018 y luego tímidamente anunciado como interino para reorganizar un plantel que no tenía recambio generacional y un grupo de estrellas agotadas que conformaban el círculo rojo.
Como cabeza de grupo, le dio “descanso” a todos y comenzó a citar a muchos de los que luego construyeron este ciclo inolvidable que tuvo su pico con la tercera estrella en Qatar, pero que todavía no se detiene.
Con un grupo de “nuevos” que conformaban el núcleo de Scaloni, la selección empezó a tomar forma y, a cuenta gotas, comenzaron a regresar los apellidos de peso. Messi, con Mundiales y récords en el lomo, volvió a ponerse la celeste y blanca y se metió en un grupo que hacía sus primeros palotes en la Selección. Para la mayoría, no había finales perdidas, ni “cuentas pendientes”.
El capitán argentino era una deidad sin la red de confianza que conocía sus hábitos y humores. A De Paul lo tenía apenas de vista. Lo cruzó por primera vez en una cancha antes de un Valencia vs Barcelona, en el que se sacaron una foto que Rodrigo publicó en sus redes sociales como un sueño cumplido.
Con el mismo ímpetu, rompió el hielo cuando Messi le dijo a Scaloni que estaba preparado para retomar su participación con el seleccionado. La llegada del crack del Barcelona representaba en el resto de los convocados, una sensación nueva. Messi estaba con ellos, era un compañero. Pero no sabían cómo tratarlo.
“Una tarde, después de un entrenamiento vi que se fue caminando, no se quedó con nosotros. Pensé que algo podía haberlo fastidiado, entonces me fui a duchar, después subí a las habitaciones y armé el mate. Habían pasado 40 minutos, así que le toqué la puerta: ‘¿Vamos a tomar mate y a jugar un truco?’”, cuenta que le propuso. “Dale”, le contestó Messi. Así rompió el hielo y empezó una relación.
“Con el tiempo vas entendiendo los momentos, cuándo sí, cuándo no, todos tenemos problemas: que te llaman tus hijos, que te extrañan, cualquier cosa puede pasar. Nos entendemos mucho desde ese lado y por eso la relación que tenemos”, explicó De Paul muchos años después de aquel momento fundacional y que ahora se repetirá vestido de rosa en el Inter Miami.
Miércoles, 9 de julio de 2025