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BALLOTAGE
Hugo Moyano ya negocia con Macri y en el sciolismo lo acusan de traición
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Viernes, 20 de noviembre de 2015

En poco más de 48 horas, la Argentina tendrá un nuevo Presidente electo después de doce años de kirchnerismo. La intriga por ver si en el ballotage prevalece Daniel Scioli o Mauricio Macri, no invalida una certeza que iguala y entusiasma a toda la dirigencia gremial por encima de cualquier resultado: la de saber que en la etapa que se inaugura el domingo a la noche, recobrarán la cuota de protagonismo que Cristina jamás les quiso dar. Hay razones para pensar que efectivamente será así. Scioli articuló una oferta de campaña inspirada en las mismas demandas que el sindicalismo planteó durante años a la administración K sin lograr torcerle el brazo: reforma integral del impuesto a las Ganancias, 82 por ciento móvil para los jubilados, paritarias "sin techo", obras sociales bajo el control absoluto de los gremios (léase recaudación), etcétera.



Si en cambio ganara Macri, éste necesitará ejercitar un continuado de políticas de acuerdo con los gremios, como él mismo ha reconocido, para garantizarse la paz social que le permita gobernar. Sólo hay que rememorar el desgaste prematuro que sufrieron los gobiernos no peronistas desde la vuelta de la democracia, en especial el de Raúl Alfonsín, a quien los sindicalistas no dieron tregua. Aunque tampoco es para minimizar la incidencia que tuvieron en la debacle de la Alianza.

Además de un mandatario, el ballotage de pasado mañana determinará entre otras cosas el reacomodamiento del tablero sindical, donde se juega un partido aparte de cara a la unidad para la construcción de una sola CGT; un proyecto expuesto a las diferencias de siempre entre las dos grandes mitades en las que se divide la dirigencia. La tensión electoral no hizo más que poner de relieve el abismo que hay entre unos y otros. Una anticipo de las dificultades que habrá en el mundo gremial para arribar al final feliz de una central única.

A diferencia de lo que ocurría en la previa de la elección del 25 de octubre, cuando casi se descontaba un triunfo holgado del peronismo, hoy son las fuerzas de Hugo Moyano -jugadas de pies y manos a la candidatura del líder del Pro-, las que se sienten en situación ventajosa. Pero con la lección aprendida de no descorchar antes de tiempo, como le ocurriera a los gremios que acompañan a Scioli.

A esta altura, Moyano, que ahora pide un "sinceramiento de la economía y no un ajuste", tiene que hacer malabares para no decir con todas las letras que su apuesta es Macri Presidente. En el acto que hizo el martes frente a la CGT, encontró en la crítica despiadada al kirchnerismo por la inflación y la devaluación encubierta, el recurso de mostrar su preferencia sin ser totalmente explícito. No tuvo que andar con tantos rodeos, sin embargo, al dar cuenta a Macri, en un encuentro reservado, sobre cuáles serían sus pretensiones si Cambiemos se alza con la victoria.

En ese escenario supuesto, Moyano quiere tener injerencia directa en el nombramiento de quienes quedarían al frente de tres dependencias gubernamentales que considera estratégicas. Esto es, el Ministerio de Trabajo, el de Transporte y la Superintendencia de Salud, que controla a las obras sociales. La danza de potenciales aspirantes a esos cargos incluye un sinfín de nombres, pero desde el comando macrista advierten que Macri, piensa ocuparse personalmente, "a partir del lunes" de llenar "con muchas sorpresas" los casilleros de los "tres gobiernos"; el nacional, el de la provincia de Buenos Aires (María Eugenia Vidal) y el de la Ciudad (Horacio Rodríguez Larreta).

"Lo que ya aclaró Moyano a Macri es que no haga designaciones que irriten a los gremios. Avisó que va a dar un portazo si en su zona de influencia aparecen la Piba (Patricia Bullrich) o la Hormiguita (Graciela Ocaña), por ejemplo", confió a Infobae un experimentado vocero del ex titular de Boca, que según dicen maneja una hipotética diferencia de entre 8 a 10 puntos a su favor, por encima del aún gobernador bonaerense. "En Capital, Mauricio podría conseguir el 65 por ciento", se entusiasman los macristas.

Idéntico entusiasmo con las chances de Macri se percibe en distintas organizaciones, como el caso de Panaderos, que comanda Abel Frutos, primera espada de Moyano en la CGT y en Independiente. Esta semana, sin ir más lejos, Frutos recibió en su gremio, para la firma de un convenio contra el empleo precarizado, a medio gobierno de la Ciudad, encabezado por Rodríguez Larreta y por Ezequiel Sabor, subsecretario de Trabajo porteño. Compartieron con el dueño de casa una mesa cruzada por una bandera que llevaba la leyenda "Macri Presidente".

La semana pasada, Frutos se reunió con otro macrista, el intendente electo de Lanús, Néstor Grindetti, a quien felicitó por su aplastante triunfo en ese partido. Hubo abrazos, coqueteos y la promesa de continuar con los contactos para "analizar las problemáticas del mundo del trabajo".



Desde la Mesa Sindical Scioli Presidente, que encabeza el metalúrgico Antonio Caló, estos movimientos en la vereda opuesta fueron caracterizados como propios de una "traición" al peronismo. Acusación demasiado fuerte entre partes que, se supone, deberían seguir con las negociaciones de unidad una vez terminada la elección. Los moyanistas pretenden que cualquier acercamiento excluya al taxista Omar Viviani. El cristinismo ahora sciolista dice lo mismo, pero del ruralista Momo Venegas, que adhiere a Macri desde la hora cero.

El sindicalismo oficialista sigue sin digerir la foto de Moyano junto a Macri durante la reciente inauguración de la estatua de Perón en la plaza frente a la Aduana. En cambio, pretenden olvidar que fue Cristina la que bajó el pulgar a la comisión que encabezaba el ex ferroviario Lorenzo Pepe para emplazar un monumento en homenaje al general tres veces presidente.

Formalmente también soportes de la postulación de Scioli, los gremios de Comercio (Armando Cavalieri), los estatales de Upcn (Andrés Rodríguez) y de la Alimentación (Rodolfo Daer), se han hecho a la idea de que un triunfo de Macri es posible y por eso ya negocian con ese candidato. Pero igual no se privan de darle palos a Moyano: "Se envalentonó... Macri debería darse cuenta que el camionero es un salvavidas de plomo", dijo a este medio uno de esos tres "gordos".

También señaló ese portavoz, pragmático como pocos, que "no hay mal que por bien no venga", en el caso de un triunfo del dúo Macri-Michetti. "Con nosotros no se van a meter y desde la oposición será más fácil la reorganización del peronismo. ¿Cristina? No, Cristina ya fue...", remató.


Viernes, 20 de noviembre de 2015

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