El transporte urbano en Corrientes es deficiente y los usuarios lo padecen a diario. Las falencias en la prestación del servicio público quedó en evidencia una vez más el fin de semana, con la reducción de unidades en circulación lo que motivó que la Comuna realizara relevamientos y tras constar las faltas anunciara sanciones para las empresas, que rondarán entre el valor de 1.000 y 10.000 boletos.
En este contexto, el Concejo Deliberante de la Capital tratará en la sesión de mañana un pedido de envío del pliego de bases y condiciones de la prestación del servicio al Ejecutivo comunal, para avanzar en la licitación, ante la prórroga que se extiende desde hace seis años.
Mientras tanto, las largas esperas y los viajes de pie y amontonados dentro del vehículo constituyen algunas de las quejas que se repiten en las paradas que recorrió NORTE de Corrientes para conocer de primera mano los avatares de quienes utilizan los colectivos.
Entre los reclamos más reiterados se encuentra el incumplimiento de frecuencias, recorridos y horarios. Los fines de semana, con la reducción de unidades, la espera puede extenderse hasta más de 40 minutos.
Las dificultades para acceder al transporte y el maltrato por parte de los choferes, también son motivos de quejas. Fastidio y resignación son los sentimientos comunes.
“Viajamos muy mal. En horas pico el amontonamiento es mucho y poder subir al colectivo es dificultoso. Nadie quiere quedarse en la parada después de 20 minutos de espera porque el colectivo no da abasto. Además, siempre corrés el riesgo de llegar tarde a clases porque los horarios no se cumplen”, comentó María Emilia, una estudiante de abogacía.
“Uno sale de trabajar y no tiene más opción de volver a su casa amontonados como animales, en pésimas condiciones”, agregó Juan Carlos. “Cuando el colectivo está lleno paran a mitad de cuadra para que baje gente pero no pueden subir los que esperan. Tenemos que quedarnos en la parada hasta que llegue otro por la mala frecuencia. Los fines de semana es peor”, agregó otro usuario.
Así la cosas, el servicio vuelve a estar en el reclamo a través de los medios , motivado por la reducción de unidades del fin de semana y aunque las empresas adujeron que fue producto de la afectación de las unidades a la peregrinación a Itatí, la merma habría sido por la poca disponibilidad de choferes ante una inspección del Ministerio de Trabajo de la Nación. “No fue sólo por el fin de semana ni por la peregrinación. El empresariado licenció a los empleados que tiene en negro y eso implicó que no haya choferes para los colectivos”, comentó a este diario el concejal Hugo Calvano (ARI).
Jueves, 25 de septiembre de 2014