Ante la alerta de que el fin de semana la altura del río se duplicaría en la capital, activaron operativos y analizan los lugares para albergue.
El lunes comenzó a regir la alerta cuando en la provincia de Misiones el río Paraná creció de forma desmesurada. Los pronósticos son poco alentadores y tanto desde el Gobierno provincial como el municipal apuran operativos de contención de crisis ante una posible inundación. Aseguran que las evacuaciones podrían comenzar en esta capital hacia el fin de semana.
En ese marco, desde el Municipio capitalino, el Comité de Crisis que se encuentra en funcionamiento analiza el predio de Santa Catalina como una de las zonas que podrían habilitar trasladar a las familias de la ribera correntina que resulten afectadas. Las instalaciones de la Policía provincial que se encuentran el ese campo ex militar ya había sido barajado el año pasado durante la gestión de Carlos Mauricio Espínola. En su momento fueron los vecinos quienes se negaron a ir a ese sitio por considerarlo lejano de sus viviendas. Por tal motivo habilitaron el ex Regimiento 9 donde se albergó a las familias del Bajo Caridi.
Mientras se llevan adelante los preparativos, anoche se anunciaba que hoy el río registrará una importante suba.
El año pasado, la inundación perjudicó a más de 200 familias y el agua vuelve a convertirse en una amenaza para las familias ribereñas.
Según precisiones dadas por el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (Icaa), el río trepará en pocos días a una altura superior a los ocho metros. “Tenemos previsiones poco alentadoras”, afirmaron fuentes municipales que indicaron que el Paraná entre la noche de este sábado y la mañana del domingo podría superar los 8 metros de altura.
En ese sentido, fueron confirmados los operativos de alerta que desde hoy comenzarán a recorrer los barrios que se encuentran en la ribera.
“Es imposible saber cuántas serán las familias afectadas, estimamos que deberemos trabajar al menos en diez barrios”, destacó una de las fuentes municipales consultadas. En la tarde de ayer el río había comenzado a subir mientras las rees se sucedían en busca de prever una situación que siempre pega fuerte cuando llega.
Es que como aseguran los vecinos, ellos viven en la costa del río porque en su mayoría son pescadores o ladrilleros. Todos comenzaban a recuperarse poco a poco de los daños del año pasado, cuando la noticia del agua preocupa de nuevo. Aseguran que solo les queda rezar y esperar de Dios lo que no logran de los políticos.
Por su parte, las áreas provinciales recorren el interior donde ya comenzaron las evacuaciones preventivas sobre todo en Isla Apipé (ver página 14).
“Estamos en alerta, sabemos que se pueden dar situaciones similares a las del año pasado”, dijeron desde la Provincia, buscando disminuir la situación.
Mientras ya evalúan los posibles centros de albergue y en primer lugar suena el predio de Santa Catalina al igual que la Escuela 299, o los centros integradores comunitarios (CIC) y los salones de usos múltiples (SUM) de las zonas costeras, los cuales ya dijeron que podrían estar listos para recibir a los
posibles evacuados.
“Cuando suceden estas cosas la gente no se quiere irse muy lejos, e inclusive prefieren quedarse en sus viviendas, a pesar del agua, por miedo a que le roben lo poco que les queda es una realidad muy difícil de revertir”, explicaron fuentes provinciales que ya trabajan en el control de los barrios que podrían estar afectados. s
Miércoles, 11 de junio de 2014