El sorpresivo hecho ocurrió en una vivienda humilde de ese sector de la ciudad. La dueña de la casa contó que se encontró con la imagen y “me impactó su mirada, estaba llorando”. Ayer gran cantidad de personas se acercaron a verla, tocarla y rezar.



Un misterioso, místico y sorpresivo hecho se conoció ayer en el barrio San Martín. En una humilde casa de esa barriada sus habitantes aseguraron ver caer lágrimas de sangre en una estampa de la imagen de la Virgen del Inmaculado Corazón de María.

La repentina señal ocurrió el lunes en horas de la mañana, según contó a época la dueña de la vivienda, Juana María de Navarro (57), quien además fue la persona que se topó con la situación en la habitación del hogar donde se encuentra el pequeño santuario.

“Fue a las 9 menos diez, cuando habíamos llegado con la abuela del hospital (porque andamos haciendo unos estudios por su salud), dejé mis cosas en el comedor y al entrar a la pieza me impactó su mirada, estaba llorando”, relató Juana mientras mostraba la imagen de la virgen colgada en la pared, en un pequeño rincón.

Instantes después decidió correr a buscar a la abuela Ana Medina de 85 años con quien habían llegado minutos antes y le pidió que se fije si veía lo mismo. “Ella quedó impactada y se asustó, se puso muy preocupada pero yo le decía que ella seguramente la vino a curar, nos vino a cuidar, realmente nos quedamos impactados”, agregó la mujer.

A partir de lo acontecido, el hecho fue difundido por los medios radiales ayer y de esa manera se originó una importante conmoción vecinal. Fue así que gran cantidad de personas se acercaron al lugar para verla, tocarla y rezar alrededor de la imagen.

La vivienda se encuentra en Calle Blas Parera 2279, en el sector Sur de la ciudad. Hasta allí fueron llegando a lo largo del día vecinos linderos y también alguno que otro conocido de la familia que quiso corroborar con sus propios ojos lo que se transmitió por los medios.

En fila y por orden de llegada cada uno tras hacer el nombre del padre y tocar la imagen le ofreció una pequeña oración. Mientras que Juana aseguró que a partir de ahora todos los días realizarán frente a la imagen un rezo del rosario.

“Somos muy creyentes, yo no puedo dormirme a la noche sin antes rezar”, exclamó, a la vez que contó que también dieron aviso y contaron sobre la situación en la parroquia que queda a sólo pocos metros de su casa, “Nuestra Señora de Itatí”.

Su llegada al hogar

La estampa llegó a manos de la familia por medio de una señora que ayuda en esa capilla y se dedica a la venta de las mismas para colaborar con la parroquia. “Hace cuatro años que la tenemos porque siempre estamos ayudando a una señora que nos ofrece estampitas para colaborar con el templo”, dijo la dueña de la casa.

Y como se puede ver también en la imagen, la misma data del año 2010.

Según las versiones de quienes se acercaban a mirarla ayer “su boquita está semiabierta, cosa que en el resto de las estampas no aparece así, como si quisiera decirnos algo, anunciarnos algo”, dijo una de las vecinas que acompañó a Juana en su relato.

De esa manera, el misterio de la fe se hizo presente y ahora unió al barrio en torno de la oración.

Seguramente habrá múltiples pedidos por milagros y agradecimientos. En la imagen se puede observar a una virgen cuyos ojos tienen el color de la sangre.

Jueves, 6 de febrero de 2014