Se trata de la familia Romero, que aseguró haber comprado el inmueble hace dos años por $80 mil pesos. Los vecinos se sienten dolidos. Representantes del Juzgado Civil y Comercial Nº 3 hicieron cumplir una orden tras la denuncia del área Recupero del Invico, que ya nombró custodio.
Por orden del Juzgado Civil y Comercial Nº 3, una familia que vivía en una casa del barrio Independencia quedó en la calle. Fue alrededor de las 16 de ayer, cuando llegaron dos camiones para poder llevarse todas las cosas.
La casa en cuestión es la Nº 59 y queda en el grupo de las 65 Viviendas sobre una peatonal que comunica las calles Wenceslao Domínguez y Comechingones. Está en la manzana 31 y según Marta, una vecina que hace 25 años vive en el lugar, “acá siempre hubo problemas, desde que el primer dueño decidió vender”, explicó.
Además contó que “eran buenas personas. Ella se dedicaba a la venta de ropa y él era remisero. Los dos estaban muy enfermos. Lo que me llamó mucho la atención fue todo lo que invirtieron. Desde el primer día que llegaron comenzaron a hacer mejoras. Gastaron mucha plata para dejar la casa en las condiciones en que está ahora”, resaltó la mujer.
Por la mañana, cuando llegaron los mandatarios judiciales trataron de atrincherarse. El hombre, ante FM Radio Dos dijo que “estamos muy mal (...) nos quieren desalojar de esta casa que habíamos comprado hace dos años de buena fe y al final nos estafaron”.
Añadió el remisero que “fuimos al Invico para hacer bien las cosas y nos encontramos con que eran todos truchos los papeles que nos dieron. No tenemos dónde ir, estoy viviendo acá con mi mujer y mi hija”, detalló.
A su vez, Felisa, su esposa, señaló que “no recibí ningún aviso previo para esto, me vendieron la casa con un papel trucho, fue Juan Carlos, me estafaron, yo no sabía nada. Hablé con un abogado que empezó el trámite y nunca recibí nada, ningún papel, y ahora recién me enteré de que tengo que desalojar la casa”, se lamentó.
Los vecinos dijeron que “ella se descompuso en varias ocasiones porque tiene problema de presión. Ahora con esto no sé dónde fueron a vivir. Se me ocurre que quedaron en la calle”, resaltó.
La hija de la pareja (de 20 años aproximadamente) es estudiante de peluquería, indicaron los vecinos, quienes destacaron “lo bien que estaba la casa ahora con ellos. Antes estaba otra gente que destruyó toda la vivienda, ponían música fuerte. No se podía vivir”, recordaron.
Miércoles, 6 de noviembre de 2013