Uno está apoyado sólo por un árbol, otro por una casa. Sus propietarios indican que sus paredes sufren rajaduras. Un caso similar tuvo solución semanas atrás; el resto no.
Hace poco más de un mes este medio publicó el caso de una familia del barrio Virgen de los Dolores que convivía con un poste de luz caído sobre su vivienda. La situación se repetía también en otros hogares del sector. La solución llegó pero sólo para el caso más grave, sin embargo a lo largo de la cuadra la problemática continúa y persisten varios postes del alumbrado público sostenidos por paredes de las viviendas o apuntalados por los propios vecinos para evitar su desmoronamiento.
Sobre ello ayer un grupo de habitantes de la zona reclamó en diálogo con época que vienen realizando un reiterado pedido a las autoridades correspondientes pero hasta ahora no reciben una solución.
“Cuando vinieron a arreglar el del vecino se acercaron y sacaron fotografías de éstos también con la promesa de que volverían pero ya pasó más de un mes y nada”, sentenció Selsa Maidana cuyo hogar sostiene en su frente uno de los palos de energía.
“Ese día que vinieron incluso lo movieron y por poco se les vino encima. Quedó así apoyado por mi casa y está rajando toda mi pared, la verdad ya no sabemos más que hacer, estamos olvidados”, agregó la mujer.
Pocos metros más adelante, a lo largo de toda la cuadra que va hacia el río, en la zona ribereña, hay otras casas donde también conviven familias con el peligro de que en algún momento uno de los pilares caiga encima de alguien. Uno de ellos se encuentra apuntalado por los propios vecinos.
La zona está ubicada detrás del paredón del cementerio San Juan Bautista, mientras que la situación es similar también en la manzana Nº 2 del barrio donde uno de los postes está prendido sólo por un árbol. Ninguno de los focos funciona y a la noche mencionan que “la oscuridad es terrible”.
Viernes, 11 de octubre de 2013