Fueron mayoría las llamadas consultoras políticas y los medios de comunicación que buscaron mentir y confundir a la sociedad, durante la campaña electoral con la difusión de datos. Un escaso puñado publicó sólo la verdad.




Las elecciones 2013 en Corrientes dejarán mucha tela para cortar. Se podrán analizar las razones del triunfo o la derrota, las traiciones y los desempeños electorales, los millones gastados por el Gobierno nacional inútilmente y quienes ganaron o perdieron más allá de los fríos números. Uno de esos capítulos debe ser sin duda el papel de los medios de comunicación y el de consultores y analistas que llevan muchas veces a los políticos a ese lugar de donde no se vuelve: el ridículo.
Muchos medios en Corrientes presentaron en las últimas semanas “guerras de encuestas”, algo que en rigor de verdad no existía más que en la imaginación de unos pocos que buscaban con eso confundir. Podría decirse que había una guerra de encuestas si en la provincia hubieran estado trabajando muchas consultoras serias y de reconocidos aciertos, pero esto no fue así.
Del lado de Encuentro por Corrientes trabajaron OPS, de Enrique Zuleta Puceiro y Vox Populi, dos firmas de reconocida trayectoria y con conocimiento del terreno en Corrientes. De ahí tantos aciertos. Del lado del Frente para la Victoria solo Julio Aurelio, entre los que pueden lucir pergaminos, más allá de otras pifias anteriores en Corrientes. El resto, todos más conocidos por sus errores que por su inexistente prestigio profesional.
¿Cómo terminó la historia?, décimas más, décimas menos, como lo plantearon OPSM y Vox Populi. Lo demás fue como decimos en el ambiente, carne podrida a la que los medios se prendieron desnudando falta de seriedad, de conocimiento del terreno y desprecio por la sociedad a la que dicen informar.
Los políticos del FPV, tal vez sin saber del calibre de sus “consultores” contratados, démosle el derecho a la duda, no dudaron en caer en el ridículo del que no se vuelve. Camau Espínola, fue el abanderado en este sentido: “No necesitamos de encuestas porque sabemos que ganamos en primera vuelta” decía mintiéndole, una vez más, a los correntinos. Ni siquiera la humildad de decir, “aspiramos a estar en segunda vuelta”.
Ni aún en la derrota apareció ese atisbo de cordura que debería caracterizar a un buen político. ¿Habrán sido los falsos gurúes los que lo llevaron a Espínola a seguir sosteniendo un inexistente triunfo suyo cuando las cartas ya estaban echadas? ¿O habría sido un acto más de soberbia de inexpertos dirigentes que se creyeron el cuento de que eran invencibles?
Algunos consultores no dudaron en poner la cara para mentir. ¿Cuánto nos habrá costado eso a los correntinos? Otros dirigentes políticos tampoco dudaron, es más, incineraron a sus propios medios de comunicación haciéndolos titular en tapa con grandes mentiras.
Diarios, portales, radios, canales de TV, locales y foráneos, estos últimos pretendidos paladines de la verdad en tierras ajenas pero ciegos en su propia casa, siguieron el tren de la confusión informativa, mas allá de también en recuadritos perdidos publicar las noticias verdaderas. Total, después, con pomposos eslóganes tratarán de revertir una desteñida imagen.
Las capturas de campaña hablan por sí solas, de cómo políticos en algunos casos, y medios en los otros, les mintieron a la sociedad correntina. De esto también hay que hablar tras las elecciones.


Martes, 17 de septiembre de 2013