Mientras se adhiere al duelo nacional por la explosión en la ciudad del sur de Santa Fe, el intendente de la Capital ni siquiera atendió a los familiares de los muertos en el derrumbe en una obra ilegal que su propia gestión avala.
En una medida que deja al descubierto cuál es la verdadera importancia que el intendente de la Capital, Carlos Camau Espínola, da a los correntinos, el jefe comunal decidió ayer adherir al Municipio de la Capital al duelo dispuesto por el Gobierno nacional luego de la trágica explosión de un edificio en Rosario, que dejó diez muertos y decenas de heridos. Una medida a la que sólo se le puede dar un cariz electoral, por cuanto en el 2012, cuando 8 obreros de la construcción fallecieron en Corrientes víctimas de un derrumbe en una obra ilegal permitida por su propia gestión no tomó medidas similares e incluso ni siquiera hasta el día de hoy atendió a los familiares que reclaman justicia.
Ayer, el jefe comunal consideró, mediante una resolución, “prudente y necesario” sumarse a la congoja nacional ante la enorme consternación por lo sucedido en la ciudad rosarina, y en ese sentido expresó la solidaridad del Departamento Ejecutivo Municipal de la ciudad de Corrientes hacia los familiares, una solidaridad que nunca expresó con las víctimas correntinas de su propia impericia como funcionario. De su texto se desprende que no consideró necesario sumarse a la consternación y congoja por la tragedia que él mismo y en suelo correntino ayudó a provocar.
Para el intendente Espínola, no quedan dudas, valen más las víctimas de la tragedia de Rosario que las ocho de la tragedia de San Martín 652, a cuyos familiares solo mandó emisarios extraoficiales con ofrecimientos económicos a cambio de silencio y de terminar con las protestas y los reclamos judiciales.
A tal punto llegó el desprecio del intendente capitalino por las 8 víctimas y sus familiares que a poco de producirse la tragedia, el primer camino que eligió fue el desaparecer de los medios y mandar a sus funcionarios a negar toda responsabilidad y hasta el poder de policía que tiene la Municipalidad, algo que también él sostuvo cuando después de varios días no le quedó otra alternativa que responder a la prensa.
Como si todo esto fuera poco, se negó sistemáticamente a atender a los familiares de las víctimas que fueron muchas veces al Municipio sin recibir más evasivas de parte de funcionarios de segunda y hasta tercera línea que fueron mandados a atenderlos. Eso sí, desde su propio padre, a otros funcionarios muy allegados llamaron, presionaron y hasta amenazaron a familiares de los obreros para desistieran de todo tipo de reclamos.
Las ofertas fueron desde casas a puestos de trabajo y pasando por no echarlos de las cooperativas a familiares de las víctimas a cambio de silencio. Nada de eso logró callar a los familiares ni evitar que Camau hoy tenga en su contra dictado el procesamiento y la prisión preventiva por su responsabilidad como funcionario en la tragedia, medida que tuvo después el desparpajo de calificar de política y sorpresiva, cuando sus mismos abogados solicitaban insistentemente a la juez que entiende en el expediente que resuelva su situación procesal. Pero va mas allá aún la cuestión, porque, pese a su absoluta indiferencia a la situación de las familias de los obreros correntinos muertos, y como si sus espaldas no pesara una dura decisión judicial, hoy los trabajos en la obra de San Martín 652 se reanudaron sin que la situación de ilegalidad de la obra se hayan subsanado, sin que se aplique el famoso código de edificación que de acuerdo a la reforma que el mismo oficialismo impulso obligaría a la demolición de parte de la estructura, sino que además se niega a informar qué trabajos se están realizando en la obra y qué autorización de trabajo existe, si es que existe.
Ayer, tras la tumultuosa visita de la presidenta Cristina Kirchner a la zona de la tragedia en Rosario, Camau se adhirió al duelo demostrando que para él valen más más 9 muertos en Rosario que 8 en Corrientes. Claro, en las 8 muertes de Corrientes el tiene gran parte de la responsabilidad, lo dijo la Justicia.
Jueves, 8 de agosto de 2013
