Fuentes eclesiásticas indicaron que Jorge Mario Bergoglio, hasta el miércoles arzobispo de Buenos Aires, ya había acordado con el renunciante Benedicto XVI el nombre de su reemplazante, en varios de los viajes que realizó a Roma y aprovechando la buena relación que los unía.
Aunque el arzobispo de Corrientes lo negó, tiene grandes chanches por su perfil similar con el del flamante papa Francisco.
Fuentes eclesiásticas indicaron que Jorge Mario Bergoglio, hasta el miércoles arzobispo de Buenos Aires, ya había acordado con el renunciante Benedicto XVI el nombre de su reemplazante, en varios de los viajes que realizó a Roma y aprovechando la buena relación que los unía.
Antes de que surjan todas estas novedades, dentro de sus posibles reemplazantes al frente del arzobispado porteño, estaban el arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, y el de Corrientes, Andrés Stanovnik.
En realidad, Radrizzani era sindicado como principal candidato, pero por su edad, 68 años, se prevé que tenga un arzobispado “de transición”, y luego llegaría la hora de una gestión más larga –similar a la de Bergoglio–, en la que se perfila Stanovnik, quien tiene una excelente relación con Roma luego de haber sido durante varios años general de la Orden Capuchina a nivel mundial, y presenta un perfil similar al de Bergoglio.
Consultado al respecto en conferencia de prensa el miércoles, tras conocerse la elección de Bergoglio como nuevo papa, Stanovnik dijo desconocer tales versiones, y agregó que tiene pocos años en Corrientes y no se le cruza esa posibilidad.
Señaló que como todo religioso, está al servicio de Dios y de la Iglesia, y que siempre hay que esperar los acontecimientos para saber dónde lo quiere Dios.
Pero reiteró que no está en sus planes pensar en estos momentos en ser arzobispo de Buenos Aires y que su actividad está en Corrientes.
Bergoglio había presentado su jubilación por la ley católica el 17 de diciembre de 2011, cuando cumplió 75 años, aunque permaneció en el cargo porque Benedicto XVI no anunciaba su reemplazante para conducir una diócesis que tiene bajo su órbita 400 sacerdotes, 200 parroquias, 300 colegios y más de 3.500.000 de fieles.
Más allá de ser la diócesis más importante de la Argentina, el cargo de arzobispo de Buenos Aires cuenta con el plus de convertirse automáticamente en cardenal, que asigna derecho a voto en un futuro cónclave y también la chance de ser elegido.
Viernes, 15 de marzo de 2013
