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EL DUELO YA PASO
Tobal: "mi separación fue como un sartenazo"
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Jueves, 14 de marzo de 2013

En una charla profunda, Teté Coustarot entrevistó a Eugenia para el Semanario Democracia donde se animó a abrir su corazón. "Tuve una fortaleza que, creo, me salió de las entrañas", dijo sobre la ruptura con Nicolás Cabré. Además contó sus planes para el futuro.


Teté Coustarot dialogó con Eugenia Tobal en una charla profunda de mujer a mujer para el Semanario Democracia. Feliz y renovada, después de la dolorosa separación con Nicolás Cabré, volvió a creer en el amor. “Yo fui siempre de ir al frente, de llevar mi vida siendo de armas tomar, con una personalidad muy definida”, expresa tratando de analizar cómo pudo salir adelante, y confiesa: “La gente ha logrado ver esa fortaleza que salió de no sé dónde, creo que de las entrañas, para no caer; incluso me piden consejos”.

Metida de lleno en su trabajo, confió que este año, cuando termine de grabar “Sos mi hombre”, se dedicará exclusivamente al programa "Pura química" por ESPN que comparte con Germán Paolosky, Mex Urtizberea, Mariano Zabaleta y José Chatruc, sus “hermanitos”, como ella misma los describe. “Todo lo que pasa al aire es real, nada es actuado; gracias a este programa pude volver a conectarme con lo que fui”, explica con una sonrisa que no hace más que confirmar sus dichos.

–Estamos en una etapa de tu vida muy pródiga, con tantas cosas que te pasan.

–Me lo dijiste hace un año, casi como viendo mi futuro. La verdad, es así, y tiene que ver con todo lo vivido hasta hoy y el sartenazo del año pasado (dice en clara alusión a su ruptura con Nicolás Cabré, a quien no nombra en ningún momento).

–Me encanta la palabra “sartenazo”: es muy gráfica.

–Es que así lo sentí. Creo que hoy está reflejándose esa madurez; los dolores más profundos generan sabiduría, por lo menos a mí me pasó así: cosas que creí que no tenía pero que estaban ahí.

–Tenés una relación familiar que es muy linda, te llevás muy bien con tus hermanos.

–Con los dos. Yo soy la más chica; tengo uno que me lleva un año y otro que me lleva tres.

–¿Había algún artista en la familia?

–Nadie. Cuando empecé con todo esto le pregunté a mamá: “¿De dónde salí? Allí fue cuando empezó a recordar que tenía un tío que era actor. Igual mi papá se atribuye todo él, dice que salí a él, cosa que no es cierta aunque le hagamos creer que sí. Mamá también le dice: “Sí, sí, Pedro, tenés razón”. Mi hermano del medio, Guille, había empezado a estudiar actuación cuando tenía 16, y yo a los 15, ahí fue cuando empecé.

–¿Cómo fue que empezaste?

–Fuimos a ver a mi hermano a una muestra de teatro en un club de Ramos Mejía; lo vi divertirse tanto arriba del escenario y hacer cosas que no eran de él, que me agarraron ganas. Al año siguiente arranqué creyendo que mi hermano iba a seguir, y él ya se había aburrido porque no era lo que le interesaba. Yo me quedé estudiando con Carlos Moreno en ese club, que me quedaba muy cerca porque vivía en Villa Luzuriaga.

–Empezaste a descubrir que había otro mundo.

–Sí, igual estaba en el secundario y después seguí la facultad mientras estudiaba actuación.

–¿Qué estudiabas?

–Relaciones Públicas. El mundillo recién lo descubrí cuando decidí volcar toda mi energía en la actuación, mientras tanto la tenía un poco repartida; sí me divertía, era algo que sentía que me apasionaba y se lo decía a Carlos. Cada vez que me subía sentía que me transformaba y él me aconsejaba: “Bueno, no lo pienses, no lo analices, dejate transformar”. A esas palabras no me las voy a olvidar más porque cada vez que estaba en el escenario me pasaban cosas que hasta él se sorprendía. Me lo encontré después de mucho tiempo y me dijo eso.

–¿Cuándo empezaste? Uno se prepara en la vida, pero hay un momento clave cuando todo se inicia.

–Bueno, yo había terminado el secundario, empezado la facultad, y más o menos en el tercer año dije: “Estoy haciendo las cosas mal”. Estaba haciendo las dos cosas, y comencé a pensar en cómo repartir las energías para hacer algo que me apasionaba y otra cosa que estaba buena, que había elegido en la mitad del secundario, pero lo otro me terminó ganando el espacio. Soy una convencida de que las energías se tienen que volcar todas en lo que uno desea y sueña, así que me largué sola. No tenía ningún contacto ni nada, así que empecé a recorrer canales con material mío: currículum, foto. Empecé haciendo algún que otro bolo hasta que me llegó lo primero importante que fue “Alas”, en Canal 13, con Gustavo Bermúdez y Paola Krum. Entré con un personaje muy chiquito que fue creciendo cada vez más y se terminó quedando toda la novela. Ocurrió por un empuje mío de llevar, llamar, golpear. Hoy en día soy así, incluso siendo más conocida y con trabajo; si tengo la iniciativa de querer conocer a alguien, un director de cine por ejemplo, mando un mail y me presento.

–Empezaste a formar parte de una generación de actrices no tan elaboradas, mucho más naturales y cercanas a una chica que uno ve en la calle. Los norteamericanos dicen “la chica de al lado”.

–Claro, alguien par. En realidad arranqué medio tarde; mi primer papel importante o conocido fue en “099 Central”, con un personaje que revolucionó un poco todo. Era una policía que termina enamorándose de su compañera, que era Carolina Pelleritti. Esto fue en el año 2002 y tuvo su impacto; yo tenía alrededor de 23 años, ya era grande. O sea, no empecé a los 15, tuve la madurez suficiente de poder entender que el proceso era así como lo estaba llevando y me preparé, estudié. Ahora que miro para atrás agradezco que haya sido así; hoy me considero mucho mejor actriz que antes, gracias a Dios. Cada vez tengo menos vicios, siento que voy puliendo muchas cosas... y lo que me falta todavía. Los años te dan la sabiduría y la experiencia de cuando hacés un personaje por tener un backup de historia e interpretar eso que tenés que contar. Yo digo siempre: a los 15, ¿qué podés saber?

–Se da algo bueno también en torno a lo físico. Antes los personajes de las novelas eran como mucho más armados, las mujeres con mucho maquillaje, vestuario.

–Cambió muchísimo todo, y es bueno el cambio. Eran las divas inalcanzables de la tele, estaban ahí arriba. Pienso que costaba mucho bajar a la naturalidad, lo cual no quiere decir que no te pasen las cosas, sino que nos pasan de una manera más natural; hablo de la sobreactuación.

–Hablando generacionalmente, de mujeres y de lo que te tocó vivir en tu última relación, pertenecés a una generación que no se queda en una relación que no funciona, sino que busca permanentemente su camino.

–Fui siempre de ir al frente, de llevar mi vida siendo de armas tomar, con una personalidad muy definida; eso siempre me lo remarca mi madre. Es cierto que después de haber pasado todo lo que pasé, las mujeres y los hombres, llamativamente, se han identificado mucho con este dolor. No solo eso, sino que han logrado ver esa fortaleza que salió de no sé dónde, creo que de las entrañas, para no caer. Me ha pasado que me han pedido consejos y me han preguntado cómo salí de todo eso.

–Es que el dolor de las relaciones sentimentales es muy fuerte.

–Para mí la macana fue que se haya hecho todo tan público. Traté de resguardarme lo que pude, vos lo sabés, y creo que el silencio fue una manera inteligente para que la gente entendiera qué era lo que estaban sucediendo, porque estaba todo muy expuesto. Correrme para un costado y poder conectarme con otras cosas, con los seres queridos, con la familia y con los amigos fue el camino para volver al eje.

–Pienso que a la persona que trabaja seriamente, el trabajo siempre le tiende una mano en momentos difíciles. A vos te pasó con “Pura química”.

–Vos me lo dijiste en su momento: “Si no lo hacés, te mato”. Todo había ocurrido hacía muy poco, pesaba 49 kilos mojada (risas) y vos me decías: “Lo vas a hacer, te vas a maquillar y vas a estar divina”; realmente había bajado mucho de peso y cada vez que venía me acordaba de vos. “Me tengo que poner bien, me tengo que poner bien”, decía.

–Tenés una enorme ventaja: al ser hermana de dos varones estás acostumbrada a moverte naturalmente en un grupo de hombres. Hay mujeres que anteponen una especie de coquetería, de seducción, que ni siquiera es sentida. Ellas creen que tienen que hacer eso porque están con varones.

–Es verdad. Además mis hermanos tenían muchos amigos varones e iban todos a mi casa, así que viví con varones todo el tiempo. Ojo, no es que acá no juego con la seducción y la femineidad, pero predomina la Eugenia que se crió con varones. Todo hace que esa mezcla sea explosiva también. Soy muy genuina con lo que me pasa en “Pura química”, nada es mentira, todo lo que se ve es verdad. Por suerte, gracias a Dios, este programa me devolvió a mí. Me volvió a conectar con lo que siempre fui.

–Claro, porque la otra parte de tu trabajo es hacer un personaje.

–Totalmente, por eso cuando apareció lo de “Pura química” no quería hacer tira. No estaba en condiciones mentales ni anímicas para armar algo. De hecho, me habían ofrecido hacer “Graduados”; era enero y estaba en el peor momento, por lo cual no estaba en condiciones de estar 12 horas grabando y componiendo un personaje con el cual tenés que atravesar situaciones emocionales, de locura. Yo estaba rota. Como dije antes, a “Pura química” me lo mandaron de arriba.

–¿No te pasa que sos un poco “El libro gordo de Petete” ahora que llevás este tiempo trabajando en un programa de entrevistas?

–Sí, me encanta. Descubrí cosas maravillosas de gente que no conocía y cosas de gente a la cual creía que conocía, hasta que las supe. Es diferente ver de lejos a las personas que tenerlas adelante. Me pasó no poder creer estar sentada con gente a la que admiro, es genial. Deportistas, actores, músicos, es muy amplio el espectro.

–Hay una frase que escuché y me quedó grabada: “Hoy es el mañana que tanto me preocupaba ayer”. Uno se preocupa sobre las cosas que le pueden venir y cuando llegan resulta que no eran nada.

–También te vas dando cuenta que cuando más calma estás, las cosas pasan mejor, pensás mejor. Lo que tiene que ser, será.

–¿Hacés terapia, leés?

- Hago terapia hace mucho, 13 años más o menos. Empecé cuando me fui a vivir sola.

–¿A qué edad te fuiste?

–A los 22, una loca de mierda (risas). La más chica se va y los hermanos quedaron ahí. Ellos se fueron casados, bien chapados a la antigua. Yo me fui y fue todo un tema, todos enojados.

–Vamos a hablar de “Sos mi hombre”, que estás muy bien ahí.

–Es un elenco bárbaro. Yo soy una loca de mierda (risas). Arranqué como la mujer de Luciano Castro, y con Joaquín Furriel éramos un poco las contrafiguras de él y Celeste. Después fue mutando tanto el personaje que ahora estoy en el medio de los dos haciéndoles la vida imposible. Es una locura insostenible para Gloria ya, además con un hijo. La verdad que me divierto porque pasé de ser una chica normal, un poco resentida por la separación, a ser una loca desatada que no para de hacer maldades.

–Estás feliz de la vida con eso.

–La verdad que sí. Cuando estaba haciendo “Pura química” me llamaron para hacerla y puse como condición salir antes para poder seguir con el programa. Me dijeron que sí, que lo veían y les encantaba. Con ese arreglo empecé a hacer esta tira que hasta mayo sigue y anda cada vez más interesante. Al principio estábamos con “Graduados” ahí, compitiendo, y nos costó un poco más; ahora ya no sé con quién competimos porque los horarios se dieron vuelta tanto que la verdad ni idea. La gente un poco se enoja porque arrancamos a las 21.30, y la gente que comenzó a verla después la tiene que seguir a las 23, por ejemplo, pero se duermen porque tienen que llevar a los hijos al colegio.

–¿Cómo te sentís con el personaje?

–Muy bien. A veces me resulta difícil hacer determinadas cosas porque pienso: “Esto no es real”, pero después me llega cada comentario de gente que es peor que Gloria... la realidad supera a la ficción siempre. Hay una historia que no podés creer, parece que estás haciendo una sobreactuación tremenda y resulta que nada que ver, que todo pasa en realidad. Yo trataba de ser moralista con mis personajes, que no fueran tan tremendos, pero ahora ya no. Decidí divertirme con todas las locuras que hace esta mujer.

–Euge, te deseo lo mejor. Vas a tener un año espectacular.

–Este año termino de grabar y ya me quedo con los chicos, me dedico solo a ellos porque me reclaman, se ponen celosos (risas). Somos como hermanitos y Germán es el mayor, porque Mex es como un nene más.



Jueves, 14 de marzo de 2013

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